El disco-libro “Mareas“, de Luis Caro, es el resultado de un vasto trabajo de investigación musical que su autor se encargó de realizar en Mar del Plata, esta tierra de sonares difusos, dispares, mezclados. A punto de presentarlo oficialmente en el Teatro Auditorium, hecho que sucederá el próximo 17 de septiembre, Caro contó cómo llevó a cabo esta idea que, nuevamente, pudo concretar a lo que él llama “el Ministerio de los Amigos”.

Su voz, más el piano de Fermín Ferraris, los ritmos de su hijo Juanmi Carotenuto y el contrabajo de Nico Pasetti repasan canciones de compositores clave de esta parte de la Argentina. Roberto Cambaré, Tito Ramos, Ricardo Arriagada, Marcelo Sanjurjo, Andrea Porcel, Luis Reales, Daniel Robles, Daniel Reguera, José Teixidó, Norberto Albornoz, Mario Corradini, Pitu Farías, María Wérnicke y de él mismo fueron las creaciones musicales que forman este recorte, ahora compilado en un disco.

Pero no es sólo un disco, es también un libro con historias de diferentes escritores marplatenses y con imágenes que le aportaron artistas plásticos. Es decir, un objeto que al tiempo que suena se deja leer y ver.

“El proyecto surge hace unos cuatro años -empieza Caro-. Hablábamos casualmente con un amigo y compañero de la música sobre Tito Ramos (cantante surero que nació en General Alvarado). Recordábamos la nobleza, la sutileza de su trabajo artístico. El silencio de su partida. De repente me pasó una imagen como de cine o de teatro que dispara siempre una paradoja. Lo vi a Tito en los trenes del Sudeste, rodeado de peones de juntada, con su guitarra y sus grabaciones al hombro. Tito Ramos fue un ejemplo, un espejo de cómo verse limpio y digno de ser un artista popular. Y enseguida pensé en Roberto Cambaré”.

Caro se detuvo en “tantos artistas importantes que habían vivido entre nosotros, que hicieron referenciar a la ciudad” y mientras daba forma mental a su proyecto se preguntaba y se pregunta “¿había sido injusta, acaso, Mar del Plata con ellos? ¿somos tan frágiles de memoria? O es que en la sobremodernidad todo pasa a la velocidad de la web, a la velocidad del olvido”.

Por eso, Caro es contundente al momento de las definiciones. “Mareas no es un disco más para mí. Tal vez sea la apuesta de una vieja obsesión, de un sueño compartido: contribuir mínimamente a la memoria y a la identidad cultural de nuestra ciudad. La alegría, como diría el poeta Antonio Machado, de haber trabajado con sincero amor para más nuevas y robustas primaveras. Bendita música, bendito el trabajo”.

Así, una vez reunidos a los que considera “grandes autores fundacionales”, armó este disco que también incorpora a los compositores del canto popular en el regreso a la democracia y a los más jóvenes, “que siguen sumando a la canción popular en nuestra costa con las mismas dificultades de entonces”, agregó.

El collage de canciones lo vistió con un sonido actual, lejos de recrear los arreglos originales. “No me imaginaba recrear Angélica con el mismo sonido y los mismos arreglos de hace cincuenta años. No hubiera sido legítimo. Aquellas versiones originales lo habían dado todo. Nos habían dado hasta parte de la historia de lo que somos”, deslizó.

Finalmente, a pesar de que el proyecto no encontró eco el año pasado, “no le interesó a nadie”, dijo Caro, en marzo de este año sus amigos, “el Ministerio de los Amigos reunió unas habichuelas con la venta de algunos ejemplares anticipados y entonces las Mareas se subieron a la costa para ver el sol”, finalizó, ampliamente satisfecho.