Los Tabaleros: “Nuestro lugar es la fantasía, no sólo la naturaleza o la coyuntura”
La banda de folklore "con impronta punk y rockera", da el puntapié inicial de la gira de su cuarto disco, "Chuy", este viernes en Teatriz. "Fuimos una pandilla, más que una banda, pero siempre estuvimos seguros de lo que queremos decir" asegura "Beto" Martínez, voz y guitarrista.
“Nuestro lugar es la fantasía, no sólo la naturaleza o la coyuntura”, define Roberto Luis Martínez, Beto, a “Los Tabaleros, la banda que, por mucho tiempo, fue una “pandilla” y en la que transitan el folklore, desde una impronta punk y rockera, con letras propias, mensajes llenos de poesía y presentaciones en vivo potentes y entretenidas.
Si bien nació hace casi una década, la banda llegará por primera vez a Mar del Plata este viernes. Como lanzamiento de la gira de presentación de su disco Chuy, tocarán a las 23 en Teatriz.
La formación se completa con José María Martínez, Daniel Giannico, Ignacio Díaz, Félix Mateos y Joaquín Lagos.
Anticipando su desembarco musical el la ciudad, “Beto Martínez charló con LA CAPITAL en una nota en la que repasa el devenir de la banda, los conceptos y mensajes que quieren transmitir con su música, la poética de sus letras y la cruza entre la urbanidad y el ambiente provinciano.
– Desde sus inicios a hoy, hay cerca de dos décadas ¿Por qué hasta ahora no habían llegado a tocar en Mar del Plata? ¿Cómo se dio esta posibilidad de incluirla como puntapié de gira?
– Fuimos una pandilla por más de una década, más que una banda. Nuestras motivaciones eran sólo disfrutar las peñas y embriagarnos de música. Muy lentamente devenimos en una voz cargada de un contenido que ansiamos mostrar al mundo.
Este año, Mar del Plata, ciudad que conocemos y que adoramos, es la punta de la lanza con la que empezamos a mostrar lo nuevo de “Chuy” por el país. Así que no vemos ocasión mejor para sacarnos las ganas de llegar y nunca irnos de la gran perla del Atlántico.
– Aunque van por su cuarto disco, hace un tiempo que comenzaron a sonar más, hacerse más ¿”populares”?, compartir escenario con otros referentes del rock y del folklore. ¿A qué creen que se debe esa especie de “explosión”?
– Llevamos 4 discos de estudio como decís, pero trabajamos desde una brutal inocencia durante mucho tiempo. Recién en el tercer disco, Tuy, nos preocupamos por mostrarnos más de forma oficial, eso y lo democrático de las redes logró que una banda tan particular como la nuestra se haga visible, como quien dice tardamos en levantar la mano. Pero siempre estuvimos por demás seguros de qué queríamos decir. Por eso podemos echar mano de los cuatro discos para hacer nuestro repertorio y nos encanta que sea así.
– Cuando se lee sobre ustedes se encuentran definiciones como “surrealistas”, “desfachatados”, “provocadores”, “salvajes”. ¿Cómo se perciben/definen ustedes mismos?
– Nuestra obra es posmoderna, pero nos definimos por sobre todo como un gran equipo. Aprendimos a sacar lo mejor de cada uno, para un bien mayor a todas las voluntades. Y eso es un mundo donde crecen la fantasía, la risa y el existencialismo por igual, nos reconforta como el oxígeno de un terminal. Ese valor que le damos a nuestro arte es el que nos une, que es nuestro lenguaje y es vivir con una mueca risueña que no se puede borrar, sabiendo que hacemos folklore. En mi caso me percibo como un mamífero grande con barba, que muchas veces puede ser la más lánguida bailarina en el lago de los cisnes, o la gota que cae sobre la hoja germinal.
– Tanto sus letras, como su música remiten a conceptos muy orgánicos, al contacto con la tierra, con la naturaleza ¿coinciden? ¿Una manera de “compensar” la urbanidad en la que se criaron o de homenajear a sus familias?
– Caschi es como en el Norte se define al perro que no tiene raza, que es de la calle y su entorno y puede ser la cruza de varias sangres. Eso es lo que somos, tenemos una fuerte conexión con la provincia. Somos hijos de provincianos criados en la capital. Los dos mundos tan dispares y aldeanos al mismo tiempo son nuestra fuente de percepción. Pero no vomitamos crónicas, nos entregamos a la fantasía, al polen del verano que puede olerse en una grieta llena de plantas en una casa abandonada en Almagro.
El tren atraviesa nuestras cuadras y nuestras canciones, también la montaña y el mar. Como una mula todo terreno nuestro lugar es la fantasía no sólo la naturaleza o la coyuntura.
Los Tabaleros: Roberto Luis Martínez, José María Martínez, Daniel Giannico, Ignacio Díaz, Félix Mateos y Joaquín Lagos.
– ¿Hay también intención de reivindicar, homenajear a la lengua quichua, darle visibilidad?
– Hay aromas, expresiones familiares que te zumban por siempre en la cabeza, y estas Chuy y Tuy estuvieron ahí, a la mano todo el tiempo hasta que las resignificamos y en eso nos congratulamos. Y claro que encontrar el lugar para visualizar nuestras raíces, es parte del significado de nuestra obra.
– ¿Cómo es el trabajo de encontrar la poética de sus composiciones?
– Está en el aire y se moldea con los impulsos eléctricos de los conceptos que abrazamos, cuando ya sabemos cómo va a ser el disco. Asimismo todos somos los más crueles editores de la obra, sin importar quién la traiga. Escribimos mucho y mostramos poco.
– Están arrancando gira ¿esos momentos, igual les dan tiempo/oportunidad de componer?
– Es muy difícil que una obra nazca en el contexto de gira, pero sí es posible que una canción se manosee, se talle y tome forma como un entretenimiento colectivo. Pero la realidad es que nacen en la intimidad de una idea y va tomando forma, socios y brillo con el devenir de los días, nada en nuestra vida se da de un día para el otro, y aprendimos a comer si tenemos ansiedad.
Ahora estamos justo con algo nuevo que nos entusiasma para el futuro pero también estamos súper concentrados en hacer Chuy, nuestro nuevo gusto de helado de gaseosa psicotrópica, de dulce de leche infinito para nuestra euforia y la de los que nos siguen.
– ¿Cómo prevén el futuro cercano y a más largo plazo de Los Tabaleros?
– Bueno, tenemos uno días locos pasando por Mar del Plata, Tandil, Suárez, Rosario, Córdoba y Río Cuarto. Pero pensamos seguir viajando por el país, mostrando nuestra alegría, mientras pergeñamos una gran fiesta en el patio del Kónex, para diciembre, donde pensamos hacer algo muy pero muy intenso. A largo plazo me imagino con el mismo equipo en nuevas aventuras para el folklore.