Los movimientos de Montenegro alimentan las especulaciones
El intendente se mostró con Santilli para reclamar una alianza con La Libertad Avanza en territorio bonaerense. Pero el acuerdo no parece cercano. ¿Qué pasará si no produce? La defensa a Milei y el pronóstico de Bullrich.

Intendente Guillermo Montenegro.
Por Ramiro Melucci
Una definición política debería ayudar a despejar interrogantes. Es lo que no ocurre con la que dejaron el lunes Guillermo Montenegro y Diego Santilli. El intendente y el diputado nacional coincidieron en la necesidad de un acuerdo con La Libertad Avanza para derrotar al kirchnerismo. Con la lógica de que, si todos los sectores opositores de la provincia van juntos este año, ganan en 2027.
El mensaje del intendente y el diputado tuvo como principal destinatario a su propio partido, el PRO. Intenta convencer de esa hipótesis a los que no lo están. Contiene el reclamo de que dejen de lado “las mezquindades personales” para priorizar el armado bonaerense.
El recado fue enviado en la previa del cónclave que mañana el PRO de la provincia realizará en San Telmo. Y genera una presión al interior del partido. En el entorno del jefe comunal reconocen que hay “varios” dirigentes han dado muestras de no pretender lo mismo. “No entienden que esta no es una elección más para empezar a barrer con el kirchnerismo, solo cuidan su quinta”, critican.
¿Qué ocurrirá si mañana no hay una definición del PRO bonaerense favorable al acuerdo? “Vamos a seguir insistiendo”, dicen en la mesa chica de Montenegro. El interrogante se emparenta con una pregunta que le formuló el periodista Eduardo Feinmann a Montenegro en una de las tantas entrevistas que dio la semana pasada a medios nacionales:
–¿Santilli y usted se pasan a La Libertad Avanza?
–En este momento yo no lo veo de esa manera.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, sí parece verlo de esa manera. Pocos días después de pasar una jornada completa con Montenegro, en la que al margen de la agenda de seguridad hubo encuentros con dirigentes y legisladores de La Libertad Avanza, pronosticó “un éxodo muy grande” en el PRO. Podría insinuar que es el éxodo de los que deberían ser convencidos por Santilli y Montenegro.
En las terminales locales de La Libertad Avanza juran que hoy un acuerdo con el PRO “está lejos en la provincia de Buenos Aires”. Y todavía más alejada ven la posibilidad de que a ese hipotético acuerdo se sume un sector de la UCR, el partido que en Mar del Plata es socio de Montenegro.
Otra vez: ¿si el acuerdo no se produce, cuáles serán los pasos del intendente? El sueño de ser gobernador podría tener otros hitos intermedios. Los que más lo conocen guardan silencio. Y él insiste en que quiere estar en un acuerdo más allá de dónde le toque. ¿Pero termina el mandato? “Pueden pasar muchas cosas. No podemos saberlo ahora”, rechazó un hombre de su confianza. Es la primera vez que la respuesta a esa pregunta no es un sí rotundo.
Hace tiempo que el intendente cambió el suéter por el saco, la remera por la camisa y las zapatillas por los zapatos. Habla de las penas, la reincidencia, la reiterancia y la ley antimafia. Clama por más dureza de parte de los jueces, los fiscales y las leyes. “Esto no tiene que ver con uno o dos jueces, sino con que el sistema está mal”, dijo la última semana. Uno que lo aprecia lo observó con detenimiento en la conferencia de prensa que compartió con Bullrich en el COM. Y sacó su conclusión: “Habló como un ministro de Justicia”.
No siempre lo que parece termina siendo, pero es evidente que el rumor que hace tiempo está instalado en el escenario nacional tiene un correlato en la gestualidad y el marketing del jefe comunal. Un ejemplo contundente fue el de ayer: mientras una parte de la oposición cuestionaba al Presidente por haber promocionado una criptomoneda que movió millones de dólares y en minutos se desplomó, el intendente salió a defenderlo con los libros de Derecho bajo el brazo. “Nada de lo acontecido –afirmó– constituye un delito”.
Ahora los irresponsables que fundieron al país son estudiosos de Bidart Campos y Elon Musk. A los desconocedores del Derecho les digo: nada de lo acontecido constituye un delito. Seguramente ahora todos arrancan a pedir informes y llamar a funcionarios con tal de colgarse del…
— Guillermo Montenegro (@gmontenegro_ok) February 15, 2025
En simultáneo, el pliego de su amigo Ariel Lijo para la Corte Suprema ingresó en una etapa decisiva en el Senado. Tiene dictamen de comisión, pero necesita dos tercios de los votos en el plenario, por lo que de fracasar esa vía el Gobierno no descarta nombrarlo (como a Manuel García-Mancilla) por decreto.
Por lo demás, resulta verosímil la versión de que una de las tantas discordias entre el asesor presidencial Santiago Caputo y la presidenta de La Libertad Avanza, Karina Milei, tuvo como protagonista a Montenegro. Habría acontecido en el marco de la visita de la hermana del presidente a Mar del Plata el mes pasado, en la que el intendente no tuvo un resquicio para entablar conversaciones y, además, recibió críticas del titular del partido en la provincia, Sebastián Pareja.
No siempre lo que parece termina siendo, pero es evidente que el rumor que hace tiempo está instalado en el escenario nacional tiene un correlato en la gestualidad y el marketing del jefe comunal.
Sea como fuere, el gobierno municipal sigue siendo un compendio de guiños al de Javier Milei. Montenegro se presenta ante el gran público nacional como alguien que siempre la vio como el Presidente, aun desde antes de la asunción del libertario. Tiene argumentos para sostenerlo, pero no es difícil encontrar otros para refutarlo. No viene al caso: ahora lo que se ve es una sobreactuación de las coincidencias.
Los amigos de Milei también son sus amigos. Hace unos días contó con fruición que el wifi del Parque San Martín será provisto por Starlink, la empresa de servicio satelital de Elon Musk. El secretario de Desarrollo Local e Inversiones, Fernando Muro, aporta en la misma dirección: destacó la desregulación de la industria de las frutas impulsada por el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, así como antes había aplaudido la salida del país de la Organización Mundial de la Salud (OMS), una medida cuestionada por el principal socio de Montenegro en el municipio, Maximiliano Abad.
El radical igual dio una muestra de por dónde pasa la confluencia de lo que supo llamarse Juntos por el Cambio. Después de varios meses sin “novedades” de Punta Mogotes, retomó el reclamo del municipio para que “sea devuelta a los marplatenses”. Una exigencia a Axel Kicillof. Otra, que se manifiesta con mayor claridad entre los legisladores, es la de normalizar las prestaciones de IOMA.

Axel Kicillof y Gustavo Pulti, la semana pasada, en Balcarce.
El rival es el mismo. Montenegro lo cuestiona por la denuncia penal que formuló la Comisión Provincial por la Memoria referida a sus operativos contra los “trapitos”. Antes machacaba con la “discriminación”, un calificativo que la Provincia intentó enterrar desde un inicio. Y lo sigue haciendo: el viernes pasó por Mar del Plata el ministro de Infraestructura, Gabriel Katopodis, y le dejó a los medios un dossier sobre la puesta en valor de la Rambla (“va a ser una de las obras más emblemáticas”, pronosticó) y un listado con las obras que ejecutó, ejecuta y planifica el Gobierno bonaerense en la ciudad. Entre estas últimas figura el ensanche de la avenida Jorge Newebery, devenida en un caos esta temporada.
Pero lo que mantiene el vilo a la política es el incierto calendario electoral. La expectativa está puesta en el sábado próximo, cuando Kicillof podría anunciar el desdoblamiento en Mar del Plata y definir el curso de su relación con Cristina Kirchner, Sergio Massa y los intendentes. Mientras, Gustavo Pulti y Raúl Calamante acumulan imágenes para su álbum de fotos con el gobernador y Fernanda Raverta aguarda, con el sello del PJ en la mano, la negociación por las listas.
