Por Elena Stapich
Integrante de la ong Jitanjáfora

Llegan las fiestas de fin de año y –aunque el presupuesto sea reducido- pensamos en qué regalar a les más chiques. Proponemos elegir un libro, que nos permitirá compartir un grato ritual al leerlo juntes. Aún cuando ya sepan leer, el libro genera la ocasión de charlar sobre una historia, comentar una imagen o repetir una rima.

Los libros acompañan la adquisición de la herramienta lectora. Si están bellamente ilustrados, se convierten en pequeños museos de arte para la infancia. No son efímeros como el juguete de moda y su permanencia –si media un mínimo de cuidado- nos acompaña toda la vida. A veces, pasan de una generación a otra, actuando siempre como puentes. Aquí, algunas propuestas:

Para pre-lectores:

-¡Hola!, que me lleva la ola. Rimas, juegos y versos. Selección de Sergio Andricaín. Ilustraciones: Ana María Londoño. Santillana. Excelente antología poética, con textos anónimos tradicionales y otros de reconocidos autores, para leer en voz alta y compartir con bebés y pequeñines.

-¡Al agua, patatús! Gabriela Keselman. Ilustraciones: Marcelo Elizalde. Sudamericana. Tres cuentos protagonizados por crías de animales (castor, cocodrilo, pato) que transitan conflictos y peripecias semejantes a los de las crías humanas.

-Ladrón de gallinas. Béatrice Rodríguez. Libros del Zorro Rojo. Encantadora historia sin palabras: un oso, un conejo y un gallo corren una viajera aventura para rescatar a una gallina secuestrada por un zorro. El final no es tan inesperado si se fueron leyendo las imágenes paso a paso.

Para quienes se inician en la lectura:

-Orejas negras, orejas blancas. Nelvy Bustamante. Ilustraciones: Claudia Degliuomini. Editorial Ruedamares. Un conjunto de poemas cantantes y sonantes que tienen un común denominador en los animales, incluyendo al oso de la cañería, en guiño a Julio Cortázar.

-Cielo de agua. Aramís Quintero. Ilustraciones: Betania Zacarías. Fondo de Cultura Económica. Poemario del escritor cubano que le habla a la infancia con empatía. Un lugar principal en su temática lo ocupa la naturaleza, atravesada por una mirada no exenta de curiosidad y fantasía.

-El rey de nada. Guridi. Adriana Hidalgo – Pípala. En este libro – álbum se cuenta la historia del rey de un reino en el que no había absolutamente nada. Hasta que un día el monarca, escandalizado, descubre que hay “algo” ante sus ojos.

Para lectores en carrera:

-El mercado de las pulgas. Juan Lima. Atlántida. Con humor y poesía somos invitades a una visita guiada por un mercado que ofrece, entre otras cosas: roperos con fantasma propio, nubes con forma de, piedras preciosas y no, eclipses, sombras, luz del faro del fin del mundo y las inasibles huellas de los ciervos en el bosque de arrayanes.

-Los crímenes de Alicia. Guillermo Martínez. Destino. Novela policial de enigma. Una serie de asesinatos se desencadenan, vinculados con un manuscrito de Lewis Carroll, el autor de Alicia en el País de las Maravillas. Los hechos serán investigados por los personajes que ya aparecieran en la novela Crímenes imperceptibles, del mismo autor.

-Los que volvieron. Márgara Averbach. Sudamericana. Novela basada en hechos reales: en 2003 un grupo de estudiantes secundaries emprende una investigación a partir de una tumba NN que existía en su pueblo. Es el punto de partida para descubrir un fragmento de la historia de los años de la última dictadura.