Por Fernando del Rio

El incendio en la distribuidora Torres y Liva se originó en uno de los medidores del suministro eléctrico sito sobre la calle Rivadavia y fue provocado por un agente iniciador de fabricación casera.

Esa es la hipótesis investigativa principal de la Justicia, la que llevó al fiscal de delitos culposos Pablo Cistoldi declinar competencia y pasarla a Juan Pablo Lódola. Y todas las medidas de prueba que se solicitaron, con principal acento en las labores periciales de los bomberos, apuntan al incendio intencional.

La idea de un acto vandálico se encuentra en el extremo más benevolente de las averiguaciones iniciales, en contraposición con la temeraria posibilidad del atentado. La revelación periodística efectuada por LA CAPITAL en las últimas horas y que asegura que gran cantidad de episodios similares se registraron en las últimas semanas –naturalmente, sin las graves consecuencias de lo del domingo- pudo ser corroborada de fuentes judiciales.

El incendio en Torres y Liva se desató el domingo cerca de las 22.30 y se propagó a una velocidad tal que ni siquiera la pronta llegada de los bomberos (alertados por un sereno) pudo evitar la catástrofe. “Es uno de los incendios de mayor magnitud que se recuerden, muy superior al de Caromar. Ese nos llevó 1 día y medio de trabajo. En este pensamos que hasta el miércoles no vamos a terminar con el enfriamiento y extinción de pequeños focos”, dijo Alberto Gabba, jefe de Bomberos de Mar del Plata.

El fuego arrasó con la histórica firma local pero también con el edificio de departamentos ubicado sobre un sector de las instalaciones. La labor de Defensa Civil, policía de la comisaría primera, los propios bomberos y particulares hizo que todas las personas que allí vivían pudieran haber sido evacuadas. “Es increíble que no haya una sola víctima”, fue la frase más repetida desde la mañana de lunes cuando se pudo apreciar, a la luz del sol, la verdadera magnitud del siniestro.

Tal como lo adelantara de forma exclusiva LA CAPITAL en su amplia cobertura, el hallazgo de dispositivos incendiarios caseros en los medidores puso patas para arriba la investigación. Tal como sucede en los incendios, incluso aquellos con víctimas fatales, comienza la tarea judicial la fiscalía de Delitos Culposos. Pero el fiscal Cistoldi, junto con la contribución del fiscal Rodolfo Moure (una especie de coordinador general), fue notificado de la certeza de un incendio intencional. Esa certeza, sujeta aún a “resultados periciales” respaldada por la evidencia física hallada en los medidores, transformó el incendio casual o circunstancial en otro indudablemente doloso.

Y entonces un dato más se sumó para abonar ese escenario: de septiembre al 4 de diciembre una gran cantidad de medidores de EDEA (la distribuidora de energía eléctrica) fueron atacados.

En la mañana de este martes los peritos de bomberos que tienen la responsabilidad de presentar el informe final sobre las posibles causas del incendio en Torres y Liva tenían acotado su campo de acción. Peligro de derrumbe, escombros aún recalentados y pequeños focos de incendio impedían un trabajo total. No obstante, se supo que algunos avances pudieron realizar.

En la madrugada de este martes fueron utilizados 300 mil litros de agua para acelerar el proceso de enfriamiento aunque los cálculos apuntan recién a una liberación de la zona para el miércoles.

¿Ataques en el centro?

LA CAPITAL había adelantado en la tarde del lunes que varios comercios y domicilios particulares de la zona céntrica de Mar del Plata habían sido blanco de ataques en sus medidores de energía eléctrica.

Una imagen que circuló por canales digitales exhibe aquello que fue encontrado en Torres y Liva: una bolsa de nailon, con una vela y una mecha en su interior. Ese sería el “dispositivo casero”.

La denuncia ingresada a la fiscalía de Determinación de Autores del día 4 de diciembre pasado y que lleva el número de IPP 36055/19 se inició en la comisaría primera por un operario de EDEA. En ella se describen todos los medidores vandalizados en el centro de la ciudad y ahora los investigadores intentan encontrar puntos en común con lo hallado en los medidores de Torres y Liva.

El 19 de septiembre a la 1.46, EDEA fue notificada por los bomberos sobre el incendio de un medidor en La Rioja 1546, en lo que fue el inicio de la serie. Luego siguieron 5 de noviembre a las 5:22 una caja eléctrica de Bolívar y Catamarca, tres días después un medidor de la obra en construcción del Royal Park (Diagonal Alberdi y  Santiago del Estero) y el 30 de noviembre el medidor del comercio Frávega, de Luro y Santa Fe.

Ese mismo día se reportó el incendio del medidor del cine Ambassador y al día siguiente, en horas de la madrugada, un nuevo buzón de conexiones fue destruido por el fuego, esta vez en Entre Ríos y Bolívar.

El caso que más se asemeja al de Torres y Liva sucedió en San Martín 3022 el 3 de diciembre cuando los operarios de EDEA habrían hallado restos de bolsas de polietileno en la caja de toma de calle. Finalmente, el 4 de diciembre un medidor de Diagonal Alberdi al 2600 también se incendió y fue el que, por acumulación de hechos, impulsó a EDEA a realizar la denuncia penal.

Vinculación

El fiscal Lódola y la DDI están a cargo de la investigación del siniestro de Torres y Liva. Está claro que el punto de partida es el incendio intencional, pero por ahora no hay imputados ni una evolución importante. “Poco a poco se van sumando testimonios y se está relevando el sistema de cámaras de seguridad de la zona, tanto las del COM como las particulares. Aunque no hay ningún muerto, por suerte, se está investigando como si fuera un homicidio. Con todos los recursos posibles”, confió una fuente.

En la tarde del lunes los responsables de la firma afectada por el siniestro prestaron declaración en las oficinas de la DDI local y lo hicieron en carácter de damnificados. El contenido de la comparecencia no trascendió pero se les preguntó, en algún momento, si tenían alguna enemistad conocida ya sea desde los personal como en lo comercial.

En estas horas serán convocados los representantes de EDEA y se tratarán de distinguir aquellos hechos que pudieran haberse originado en desperfectos propios del sistema (oscilación de tensión, por ejemplo) y los que se presume fueron ataques deliberados.