La mujer tiene 68 años y trabajó en la educación gran parte de su vida. Lo hizo en el país, pero también en Europa. Y dice que lo que más le interesa es sacar la violencia de los corazones. Por eso se molestó cuando en la crónica periodística sobre el asalto que sufrió hace un par de días se hablaba de amenazas permanentes cuando en realidad “fueron muy gentiles”.

El episodio sucedió en la madrugada del martes en una casa del barrio 9 de Julio cuando la mujer y su marido se encontraban durmiendo. El estallido de un vidrio alertó a la mujer pero a los pocos segundos los dos ladrones, que tenían entre 25 y 30 años, estaban dentro de su casa.

“Lo único que me dijeron fue ‘Callate, la boca’, y tenía razón el muchacho porque yo gritaba mucho. Pero después de eso no hubo una sola amenaza y fueron ladrones, pero ladrones con códigos. Todos los ladrones deberían tomar de ejemplo a mis ladrones. Puede ser que algunos crean que estoy loca, pero lo que yo quiero explicar es que pueden robar, hacer su trabajo, sin ejercer la violencia”, dijo la mujer cuyo nombre prefirió mantener en el anonimato.

“La verdad es que fueron muy gentiles -agregó-, abrieron solo dos cajones, nos preguntaron si teníamos dólares y les dijimos que no. Entonces se llevaron lo que teníamos. Algunos pesos, una computadora, una máquina de fotos… Lo que me interesa destacar es que fueron pacíficos, pero después leo la nota en la que hablan de amenazas permanentes y los comentarios de la gente y eso me afectó mucho más”.

Tras recordar que trabajó en la educación durante muchos años y que lo que desea es quitar la violencia del corazón de las personas, señaló que “los ladrones no van a dejar de existir, lo que tiene que dejar de existir es esa violencia que los que no tienen códigos ejercen; quiero creer que se puede ser como en otra época, cuando si te tenía que tocar, solo te robaban y se iban”.