“Los datos duros dicen que cada vez hay más consumo”
El presidente de la Asociación de Psquiatras Argentinos (APSA) Juan Cristóbal Tenconi, explicó por qué el Congreso de Pisquiatría consagró este año un lugar preponderante a los "consumos problemáticos".
La 32º edición del Congreso Argentino de Psiquiatría que se desarrolla en Mar del Plata se enfoca en profundizar el debate sobre los denominados “consumos problemáticos”, los que por su creciente impacto con considerados una “epidemia contemporánea”. Al iniciarse las actividades, que reúnen a más de 5 mil especialistas en el NH Gran Hotel Provincial, el flamante presidente de la Asociación de Psquiatras Argentinos (APSA) Juan Cristóbal Tenconi, analizó la relevancia de este tema, subrayando el desafío que su abordaje representa para para la salud mental, le medicina y la sociedad en general.
-¿Cuál es la razón por la que en esta ocasión el Congreso decidió ubicar a este tema en un lugar preponderante?
-Es un tema que tiene un impacto enorme en la clínica de todos los días. En algún momento era extraña la patología dual. En cambio hoy la presencia de pacientes con patología dual, en la que se combinan la psiquiátrica y los problemas de consumo es más bien es la regla. Cada vez el consumo es mayor y creo que la sociedad va armando determinadas realidades en las que los va permitiendo más o menos.
-¿Considera que existen condiciones que favorecen que, al margen de la sustancia de la que se trate, los consumos tiendan ahora a escalar a una condición de problemáticos con más facilidad que antes?
-Sabemos que uno de los problemas es sustancia. No es lo mismo tener problemas con el juego que comer chocolate o alguien que consume heroína, ya que muy probablemente en poco tiempo este último se convertirá en un adicto por la naturaleza de la sustancia. Pero además de la sustancia otro factor tiene que ver con el individuo. También sabemos que las personas más propensas son aquellas que ya tienen un problema que de alguna manera preexiste al consumo. Y el tercer gran punto es la sociedad. Algunas de ellas tienden a que se consuma más y otras a que se consuma menos. Y esto va a depender de la oferta y de qué es lo que pasa en ese momento en esa sociedad.
-Basándose únicamente en la percepción, hay quienes tienden a agigantar o a minimizar el problema. ¿Usted que dimensión le daría?
-Digo que tenemos cada vez más consumo. Todas las cifras así lo sugieren. Argentina que era un país de pasaje, se ha transformado en un país de consumo. Se consume marihuana, paco, cocaína o psicofármacos, que a veces los médicos prescriben como si fueran pastillas Renome.
-¿Y qué sugieren los datos duros sobre la dimensión de este problema?
-Los datos duros dicen que cada vez hay más consumo. Hay instituciones con datos fiables que muestran que el 44% de los pibes de las villas tienen algún tipo de consumo de drogas ilícitas y eso es muy alto. Hace un par de años en Argentina se realizó un estudio epidemiológico en grandes ciudades que nos dio un panorama más claro, con datos globales, que nos alertó sobre la magnitud del problema. Es cierto que deberíamos tener datos más firmes. Lo que no podemos negar es que por ejemplo que la demanda de sustancias en los hospitales es mucho mayor que la que había antes. Desde mi experiencia para mi también es clarísimo en la cantidad de pacientes adolescentes con serios problemas, que no pueden parar de consumir.
-¿Qué se puede decir que la red de prevención y contención para esta problemática?
-Que falta mucho. Esto es dinámico porque a medida que crece el consumo el Estado tiene que adaptarse. Faltan lugares y las leyes no ayudan. La ley homologa al paciente con problemas de consumo con un paciente psiquiátrico, lo cual es totalmente cierto pero, para internar a un paciente tiene que tener “peligro cierto e inminente” lo que no es lo mismo que el riesgo “para si y para terceros” que es lo que decía la anterior ley. Una de las cosas con las que nos encontramos es la vaguedad de esa norma. Tampoco pasa por penalizar porque los países que han hecho la guerra contra la droga han fracasado y está claro que por ahí la solución no va.
-La postura de ‘esto a mi no me va a pasar’ genera además indiferencia sobre este problema en amplios sectores de la sociedad.
-Es así y quien piensa que esto no le va a pasar empieza con el pie izquierdo. Es una postura que sugiere una omnipotencia problemática. La realidad es que las sustancias causan problemas así que no hay por qué pensar que eso no le va a pasar a alguien, más allá de que también es cierto que no todos quedan ‘enganchados’. Pero las condiciones sociales producen efectos aún entre los que piensen que ‘no les va a pasar’. Eso lo vimos en los que por ejemplo combatieron en la guerra de Vietnam y desarrollaron en un alto porcentaje de conductas de consumos. Hay circunstancias vitales como un duelo mal resuelto o circunstancias en las que a veces se ven envueltos los adolescentes que consumen alcohol para pasar un momento supuestamente más agradable o estar dentro del circuito social. Hay múltiples circunstancias inductoras por las que nunca es buena consejera la postura de ‘esto no me va a pasar’ a mi o a mi entorno.
-Fuera de las sustancias, ¿de qué otros consumos problemáticos se hablará en el congreso?
-En realidad en ciertas circunstancias puede desarrollarse un consumo problemático de casi cualquier cosa. La adicción a internet, por ejemplo, está bastante definida y se la ve como un problema. Se trata de adicciones comportamentales que son algo que están desde siempre entre las cuales la más conocida es la relacionada con el juego. Lo que vemos es que de todos modos estas adicciones no han tenido un crecimiento tan sostenido como las otras.
-¿Qué desafío tiene ante sí la psiquiatría frente a estas problemáticas?
-Es más bien un desafío para la sociedad. Los profesionales tenemos que tener receptores más claros, poder implementar terapias más efectivas, poder definir mejor ciertos cuadros, trabajar cada vez más en equipo con otras disciplina y poder trabajar mejor cuestiones sociales. Está comprobado, por ejemplo, de qué manera al otorgarles una casa a un adicto estos mejoraron en Estados Unidos sus pronósticos de recuperación. Hay que poder hacer además campañas más efectivas. El tabaco y alcohol sin duda alguna son las dos drogas más extendidas y problemáticas y a pesar de estar asociadas a la mayor cantidad de muertes, casi no hay campañas.