“Los corderos” o cómo una obra de teatro puede ser una trompada
La pieza llega con producción del Teatro Nacional Cervantes, en el seno de una gira federal que termina en Mar del Plata. La interpreta un destacado elenco: María Oneto, Gonzalo Urtizberea, Tamara Garzón Zanca, Diego Velázquez y Tony Lestingi.
“Cuando terminás de verla, la obra se transforma en una trompada en el estómago, muchos salen abrumados”. Lo asegura el actor Tony Lestingi, integrante del elenco de “Los corderos”, obra que llegará hoy y mañana a Mar del Plata, dentro de una gira federal que realiza el Teatro Nacional Cervantes, institución que produce la pieza. A las 21.30 se la verá ambos días en la sala Astor Piazzolla del Auditorium.
La trama de la obra -la llegada de un hombre vendado y con los ojos cerrados- se desarrolla en el seno de “una familia muy vulnerable, que la vida ha tratado como corderos, personas sin demasiadas herramientas”, agregó el actor, que interpreta la obra acompañado por un destacado elenco. María Oneto, Gonzalo Urtizberea, Tamara Garzón Zanca y Diego Velázquez completan el grupo, al tiempo que Daniel Veronese es el autor y director.
Con un ritmo vertiginoso, verdadera vorágine sobre el escenario, indica Lestingi, la obra exige “un gran trabajo del oficio del actor”. “Veronese rompe con muchas de las normas del teatro, hay cosas que tuvimos que crear” y dijo que cuestiones como conflictos, tiempo y espacio adquieren otro volumen en el seno de la historia.
“Los corderos” arranca con la casa de la familia que componen Tono, Berta y su hija. Allí es llevado un hombre, atado y con los ojos vendados. No se sabe por qué. En el lugar sólo están Berta y la hija. El que llega, de esta manera abrupta y forzada, es un amigo que reaparece así en la vida de esta familia después de veinte años. Una valija parece guardar ese tiempo transcurrido.
Parábola sobre la fragilidad humana y sobre la ambigüedad bien-mal en las relaciones humanas, plantea que ya no hay lobos, solo corderos, o sea víctimas.
Los corderos tiene diseño de iluminación de Sebastián Blutrach, de vestuario de Valeria Cook y la escenografía es de Franco Battista. La asistencia de dirección es de Gonzalo Martínez y la producción del TNC de Daniela Szlak.