El supuesto “Ministerio Apostólico y Profético Monte Sión”, que encubría maniobras delictivas por parte de una organización que esta semana fue procesada por el delito de trata de personas, no sólo usaba mensajes de fe y la existencia de un “ser superior” para reducir a la servidumbre y explotar laboralmente a hombres, mujeres y jóvenes en situación de vulnerabilidad, sino que también el líder de la banda usó la misma pantalla para abusar sexualmente de al menos cuatro mujeres.

Para ello, después del sometimiento psicológico, les decía a sus víctimas que debían acceder al abuso: “Dios dijo que vos vas a ser mi mujer entonces tengo que santificarte con mi semen ungido”, les repitió. Les dijo también que de esa manera llegarían “a un nivel mayor de espiritualidad”, y a “comprender cosas que ahora no comprendes”. Les decía también que “sus espermas estaban ungidos por eso su descendencia era bendita y que la autoridad que Dios le había dado a él te lo pasaba a través de la relación sexual”.

Otro denominador común fueron las amenazas con lastimar a sus hijos, lo que planteaba una situación de temor en las mujeres víctimas.

“Vamos a tener relaciones porque yo te voy a liberar de todas tus ataduras, yo sé que vos siempre quisiste estar conmigo”, le dijo Hurtado a una de sus víctimas. 

LA CAPITAL accedió a las 283 páginas donde el juez federal Santiago Inchausti dispuso el prisión preventiva para los acusados de integrar la banda que estafaba y reducía a los fieles a la servidumbre . De ahí surgen reveladores testimonios de las mujeres que aseguran haber sido abusadas por Hurtado. “Decía que sus espermas estaban ungidos por eso su descendencia era bendita y que la autoridad que Dios le había dado a él te lo pasaba a través de la relación sexual, por eso él no estaba con cualquiera sino sólo con quien Dios le revelaba”, relató una de las mujeres que asegura haber sido abusada por Hurtado. Y narró cómo ocurrió el hecho: “Un día me pide que lo pase a buscar por el consulado de Chile. Voy a buscarlo en mí auto y me pide que lo lleve a otro lugar y terminamos en Camet, y ahí se me tiro encima y me besó. Me dijo que Dios lo había elegido a él como hombre para mi yo no sé que me pasó, hay un trabajo previo de culpa y de psicopatearte que te lleva a estar en una situación que no querés. A partir de ahí, él se apropió de mi vida”.

El pastor Hurtado durante una de sus prédicas.

Otra de las jóvenes que denunciaron haber sido abusadas por Hurtado tiene hoy 22 años. Pero los hechos ocurrieron cuando tenía 16 en Buenos Aires, lugar al que la adolescente había huido para alejarse de la Iglesia.

En su declaración judicial, la chica contó que ya había sido abusada por su padrastro y que el pastor lo sabía. En medio de fuertes hostigamientos que sufría en “Monte Sion”, Hurtado invitó a cenar a la joven a un restorán.
“Ordenó la comida por los dos y me daba la en la boca. Me sentía con el estómago revuelto y temblaban las manos. Me dijo que iba a casarme con uno de sus discípulos pero que primero tenía que estar con él“, relató la joven. Y siguió: “Luego de que pagara por la cena salimos caminando y a unas pocas cuadras entramos a un hotel con luz roja. No puedo explicar lo que sentía en ese momento. Fue una mezcla de sensaciones como recobrar cosas de la
infancia. Quedé totalmente dura porque ya había pasado situaciones similares. Ojalá yo hubiese tenido en ese momento la fuerza de poder reaccionar, no sé, pegarle un empujón y llamar a la policía, pero no podía. Quedé callada, quedé quieta y hacía lo que él me decía. Me llevó a una habitación y me dijo:vamos a tener relaciones porque yo te voy a liberar de todas tus ataduras, yo sé que vos siempre quisiste estar conmigo“.

La joven relató que en ese momento ella le dijo a Hurtado que era igual que su papá. Y el pastor le respondió: “No,
Dios me dijo que tenía que ser de esta manera”. Y, luego, la joven relata de manera estremecedora: “Se acostó arriba mio y tuvo relaciones. Mientras las mantenía, él oraba y decía lenguas que me liberaba según él . Tenía 16 años, para mi tener a un tipo de 42 para mí era un asco. Yo no me esperaba de él y jamás pensé que podía llegarme a pasar algo así”.