Por Elena Stapich (*)

 
En un bolsillero de tela colgado de la pared, dentro de un carrito arrastrable, en un canasto, sobre un estante, en cualquier rincón de la casa, bebés, nenas y nenes, y también púberes y adolescentes, es saludable que tengan su biblioteca personal.

El encuentro con un libro abre un paréntesis en el ruido y el apuro de la vida cotidiana. En esa pausa, todo se detiene para que las y los lectores se encuentren consigo mismos, imaginen que son otros, se identifiquen, viajen a otros tiempos y lugares, se rían, se emocionen, y todo a través del lenguaje –no el que usamos todos los días, sino otro, particular- y de imágenes que no pasan en rápida sucesión, sino que pueden ser controladas, examinadas, salteadas o vueltas a ver una y otra vez.

Los libros son un puente entre la niñez y los adultos: se regalan, se comparten, se leen, se comentan, se discuten. Nuevas palabras y frases entran a circular en la comunicación, portadoras de mundos nuevos, ficcionales o no (hay libros informativos, de divulgación, biografías, etc.)

Al revés de lo que ocurre con los juguetes, los libros generalmente perduran y acompañan en el crecimiento. No son pocos los que pasan de una generación a la siguiente.

Es importante ofrecer libros. ¿Cuáles son los más adecuados? Ya lo iremos descubriendo al frecuentar con la gente pequeña bibliotecas, ferias y librerías. Cada lector y lectora irá construyendo su propio gusto y, en algún momento, sabrá expresarlo. Mientras tanto, aquí van algunas sugerencias:

Para quienes todavía no saben leer (al menos, no de manera convencional):

1-Una niña con un lápiz, de Federico Levin – Nicolás Lassalle (Ilustraciones). Buenos Aires, Limonero, 2021.

Una niña pequeña no tiene nada, pero tiene un lápiz. Y gracias a sus dibujos, va apareciendo lo que ella necesita, incluso una hermana mayor que sabe leer y le lee un cuento: este cuento, precisamente.

2-Salta canguro, de Mariana Baggio / Ivanke y Mey (Ilustraciones). Buenos Aires, Los duraznos, Pequeño Editor. 2020.

El canguro Lilo está tan cómodo en la panza de su mamá que no quiere salir a conocer el mundo. Pero algo lo hará cambiar de opinión. El texto es la letra de una canción, a la que se puede acceder escaneando el código que se encuentra en la contratapa.

3-Miedo, de Graciela Cabal – Nora Hilb (Ilustraciones).
Buenos Aires, Sudamericana. 2021.

Cuando se tienen pocos años, se tienen muchos miedos. No ayuda que los demás se burlen. Pero si un día nos encontramos un perro y lo adoptamos, tal vez las cosas cambien.

4-Tapioco, de Sandra Siemens – Adriana Kesselman (Ilustraciones). Buenos Aires, A-Z. 2021.

Tapioco era un hipopótamo loco por la música. Todos los días iba a escuchar a un mono que tocaba el organito. Hasta que un día, el mono no estaba, pero estaba la caja que Tapioco llamaba “violín”. Y entonces, pasó lo que pasó.

Para quienes ya saben leer:

5-Una niña hecha de libros, de Oliver Jeffers. México, Fondo de Cultura Económica. 2017.

Una niña viene a buscarte para correr aventuras: descubrir tesoros, perderse en los bosques de los cuentos de hadas, escapar de los monstruos. “Porque este es nuestro mundo y estamos hechos de historias”, dice ella.

6-Esa cuchara, de Sandra Siemens – Bea Lozano (Ilustraciones). Buenos Aires, Limonero. 2020.

A esa cuchara nunca me dejan usarla, piensa la niña. Siempre hay que guardarla en el cajón de los cubiertos. ¿Qué tiene de especial? Es que a esa cuchara la trajo de la guerra la abuela vieja…

7-¿Qué forma tiene una casa?, de Slvia Sirkis – Paula Fränkel (Ilustraciones). Buenos Aires, Arte a babor. 2018.

Vivimos en una casa y nos rodean muchas otras. Pero ¿alguna vez nos preguntamos cómo eran las casas de antes y cómo son las de ahora?, ¿de qué están hechas?, ¿quién decide la forma que tendrá una casa?, ¿qué hace falta para construirlas? Un libro que invita a mirar como arquitectos.

Para lectores y lectoras en carrera:

8-Un libro para todos los días, de Isabel Minhós Martins – Bernardo P. Carvalho. Buenos Aires, Ediciones Iamiqué. 2021.

Este libro se adentra en la enorme variedad de la experiencia humana: días en compañía y otros en soledad, días en que todo sale mal y días en que se alinean los planetas. Las imágenes aportan sentidos y algunos de los “días” mencionados dan para charlar largamente, como “Hay días trágicos”, con la imagen de un avión que se acerca a dos torres… gemelas.

9-Las cosas que guardo, de Mo Gutiérrez Serna. Buenos Aires, Calibroscopio. 2020.

La niña que habita este libro enumera las cosas que va poniendo dentro de su cabeza: lo que aprende, lo que le gusta, lo que puede ser peligroso. Las cosas nuevas van desplazando a algunas que ya no parecen interesantes. Pero también hay cosas tan especiales que no las guarda en la cabeza, sino en el corazón.

10-Las reglas del verano, de Shaun Tan. Abolote, Bárbara Fiore Editora. 2014.

Durante el verano, dos niños juegan. El mundo en que se mueven se rige por reglas que no son las de los adultos. Pueden parecer absurdas, pero tienen su lógica y graves consecuencias aguardan a quien no las respete: “Nunca arruines un plan perfecto”. La fantasía desborda en las ilustraciones, pictóricas y surrealistas.

(*) Integrante de la ong Jitanjáfora.