La marplatense Lorena Liggi es una de las exponentes de la revista en la actualidad. Por tercer año consecutivo, los espectáculos que genera junto a su marido y socio Leandro D’Angelo y Petón Producciones para la temporada de verano en la ciudad, han obtenido el Estrella de Mar a la mejor revista.

La vedette y empresaria, asegura que con su propuesta busca mantener el glamour y el espíritu del género, pero aggiornado gracias a “una camada joven” de artistas, para quienes es natural, adaptarse a los nuevos tiempos.
“La revista siempre ha evolucionado y ha sido fiel al contexto sociopolítico”, analiza.

Liggi es la primera vedette, directora general -junto a D´Angelo- e integra la producción de La Revista 2020, el espectáculo que están realizando este año en el Teatro Victoria.

La propuesta cuenta con coreografía de Maxi Ortuño y producción de Petón y Arteando y actuaciones de Roberto Peña, Paquito Wanchankein y gran elenco.

“Es un género difícil, que requiere de talento, esfuerzo, laburo, plata y ¡todo mucho! Pero se puede hacer y bien, aggiornándose a los tiempos, con humildad, escuchando y aprendiendo continuamente”, entiende la artista marplatense en una larga charla con LA CAPITAL.

– Por tercer año obtenés el premio Estrella de Mar a la mejor Revista de la temporada. ¿Te sube la apuesta?

– Es un reconocimiento muy importante para nosotros. Es el reflejo del trabajo de muchas personas cuyo único fin es premiarnos. Te renueva, te empuja, te da más aire para seguir adelante. Te dice… seguí por ahí… Y sí, claro que te sube la apuesta, porque eso quiere decir que el show fue visto, estudiado y gustó… entonces ahora hay que trabajar para superarlo. Y así trabajamos año a año, no solo por los premios, tenemos un público muy fiel, que año a año nos sigue o que nos descubre y adopta y creemos que la mejor manera de mantener el éxito y seguir desarrollándolo es trabajando para brindar siempre cosas nuevas, diferentes, y sobre todo un espectáculo enteramente nuevo cada año.

– Además del premio, han tenido el incentivo de trabajar a sala llena ¿Qué les generan esas noches, el éxito, teniendo en cuenta que muchas veces es impredecible, cuando estás preparando un show saber cómo va a reaccionar el público, si va a funcionar o no?

– Creo que esa es la mejor parte (risas)… que la gente elija, apueste (porque el teatro es así… la gente paga antes, se arriesga) que cada año sea más y más creo que tiene que ver con eso. Saben que los vamos a sorprender, que hay trabajo atrás, que lo que van a ver será algo original, nuevo, hecho a medida… pensando en el público. Uno arma un show bajo un criterio y la experiencia que acumula en los años. De ir sabiendo y entendiendo lo que la gente busca… que básicamente es divertirse, entretenerse, despejarse. A veces es difícil ante una platea tan variada que a todos les guste todo. En este género sostenemos el dinamismo, que creemos favorece mucho, porque quizá algo puede no gustar, pero no hay dudas de que tiene un laburo atrás. Y si nos encontramos con algo que no funciona como esperamos, no nos quedamos en la conformidad, vamos a seguir buscando que el resultado sea el que esperamos. A veces nos damos cuenta que estamos en febrero y seguimos perfeccionando luces o una pantalla escenográfica. Todo vale y la satisfacción es indescriptible cuando tenés toda una platea aplaudiéndote.

– ¿Cuál creés que es la clave para mantener la vigencia de la revista hoy? ¿Piensan los contenidos en función de los cambios que ha habido en el humor, lo que es hoy políticamente incorrecto?

– Desde hace unos años a esta parte venimos trabajando con un humor propio, particular… diferente al que tenía la revista de la época dorada, de los 70 u 80. Pero porque te va llevando, quizá sin pensarlo. Y porque tiene que ver con nosotros. La revista lleva más de un siglo en nuestro país y ha siempre evolucionado y siempre fue también acorde al momento sociopolítico que se vivía, y ahora es lo mismo. En nuestro caso no lo planeamos tanto, nos sale así. quizá tiene que ver con que somos una camada joven, fresca y ya nuestra cabeza, nuestra mentalidad evolucionó también. La revista es un género que vende, que sigue vendiendo como siempre… que gusta… porque la gente quiere ver lujo, cuadros deslumbrantes, brillo. Revistas hay pocas, muchas dicen serlo porque sirve. Pero es un rubro difícil, que requiere de talento, esfuerzo, laburo, plata, y todo mucho. Pero se puede hacer, y se puede hacer bien, aggiornándose a los tiempos, con humildad, escuchando y aprendiendo continuamente y trabajando pensando en el objetivo.. la gente.

– Mar del Plata es cuna de muchísimos talentos, inclusive en baile -vos sos un ejemplo- ¿Cómo trabajaste la selección del elenco de bailarines? ¿Qué buscás al armar el equipo?

– Este año sí, hicimos un casting aquí buscando gente nueva. Por muchos motivos, pero principalmente porque como decís, yo soy un ejemplo de ello. Aquí hay muchos talentos que merecen tener oportunidades, queríamos conocer, ver.. y pudimos armar un hermoso grupo. Uno, al haber pasado por varios estadíos de esta profesión (incluso ese de los casting) tiene un poco el ojo al ver a alguien (nos podemos equivocar) pero generalmente podemos proyectar un poco y ver el brillo que se le puede dar al artista luego de pulirlo… y de eso se trata, con Leandro mi marido y coequiper/ socio/ creativo/ productor/ realizador/ compañero/ padre de mi hija (y mucho más) tratamos de ver mas allá, de buscar y potenciar lo mejor de cada uno de los que forman nuestras compañías, que para nosotros siempre es un equipo.

– En tu caso ¿qué te provoca hoy subir al escenario? ¿Es lo mismo que cuando estabas comenzando tu carrera?

– Cada día que pasa lo disfruto más. Porque el paso del tiempo te da enseñanzas, seguridad, te da el manejo.. y cada día es más placentero cuando se levanta el telón. No soy alguien a quien le guste quedarse en su zona de confort. Imaginate que cada año sumamos más y más proyectos (este año junto a Petón tenemos 2020 La Revista, Trasformando el Varieté y Mashup) y en lo personal tampoco. Así que a cada nuevo proyecto trato de sumarle desafíos, disciplinas nuevas que requieran aprender algo nuevo, cada día alimentar un poquito más mi lado artístico, aprender.

– ¿Qué recordás de las épocas en que te estabas formando?

– Recuerdo que era muy chica y estudiaba y lo hacía porque me gustaba, me llenaba pero no imaginaba que llegaría acá. Yo era chica y lo único que quería era estudiar danza… bailar…por hacerlo, porque sí… con el tiempo empecé a tomarlo de otra manera y a darme cuenta también que mi cuerpo no estaba destinado al “ballet” pero que era perfecto para las plumas (risas). Después con el tiempo fui estudiando, investigando y entrenando otras disciplinas para poder desarrollarme como artista.

– Hace más de 20 años que trabajás arriba del escenario ¿Cómo te mantenés en training, cómo te cuidás?

– Soy un desastre y una afortunada. La energía me la da la pasión que me despierta mi profesión. Cuidarme, en las comidas lo poco y necesario, por salud más que por otra cosa. De a etapas entreno pero no es algo que haga siempre. A veces no me da el tiempo. Creo que el equilibrio mental, el sentirse a gusto con uno mismo y con lo que uno transita, es fundamental.

– ¿Cómo es la experiencia de trabajar también en la producción y con tu pareja?

– La verdad que increíblemente fantástica. Algo que creí toda mi vida que sería muy difícil… se fue dando naturalmente y logramos por suerte armar algo lindo. Nos complementamos muy bien, nos respetamos… peleamos sí, pero hemos podido lograr que lo laboral quede ahí… en lo laboral. Lo que es difícil a veces es cortar… más de una vez en el medio de una película terminás hablando del nuevo cuadro que vamos a hacer, pero bueno, eso tiene que ver con lo apasionados que somos, generalmente no hay horarios ni restricciones para laburar. En cuanto a la producción, se dio como una inquietud, como una necesidad de más de crecer, y ambos, cada uno por su lado, nos habíamos interesado siempre por aprender, por planificar, por dirigir, por gestionar y cuando llego el momento nos largamos, apoyándonos mucho uno en el otro.

– Otro desafío de las producciones, en esta época es el costo ¿Cómo logran mantener la espectacularidad, las plumas y brillos que caracterizan la revista en este contexto?

– Esa es una de la partes mas difícil hoy por hoy. Porque de un día para el otro te cambia todo. La mayoría de los materiales son importados. Y nos gusta cambiar. Cada show nuevo tiene todo nuevo. Ale Gallego es nuestro director de vestuario, un artista con mucha creatividad no solo para diseñar sino para poder realizarlo. Es parte importante de este equipo… lo hacemos juntos. Y buscamos la forma de poder hacerlo. Hay mucho trabajo de mano de obra, artesanal tanto en los vestuarios, como en escenografía todo lo hacemos nosotros mismos.

– Están en un trabajo, en un ambiente en el que las diferencias, las peleas, se hacen públicas y eso forma parte del juego. ¿Cómo lo llevás?

– Me cuesta mucho. Me ha pasado por supuesto y si tengo que contestar o defender lo mío, lo hago… pero soy de las que le esquiva, en los medios y en vida. Trato de charlar, de acordar y no gastar energía de más en ello. Entiendo que es parte del juego, lo acepto y a veces soy parte pero no soy de las que lo fomentan… Voy tratando de manejarlo porque no es un lugar en el que me sienta cómoda, no puedo hacer como que nada pasa.. me afecta. Aun hoy, me afecta.