Loewe presentó en París su colección para el próximo invierno en el mejor marco posible: la artística sala Ségur de la sede de la Unesco, repleta de muros de hormigón y pinturas de Miró, que sirvió de telón de fondo a un desfile sofisticado y fresco.
El británico Jonathan Anderson sigue trabajando en la concepción de un nuevo Loewe, manteniendo el lujo y la artesanía como símbolo de la histórica firma española, pero apostando al mismo tiempo por introducir símbolos de la cultura del momento que pronto se convertirán en iconos de moda.
“La ropa necesita tomar su tiempo, no tiene que tener sentido ahora, sino con el paso del tiempo”, comentó al final de su desfile Anderson, un treintañero con un gran bagaje cultural y artístico que intenta siempre reflejar en su concepto de la marca.
Faldas asimétricas y vestidos marcados en la cintura fueron las piezas principales para acentuar las formas femeninas en una gama de tonos crudos, algo de negro y varios “total color block” en violeta y rojo caldera.
Como no podía ser de otra forma, los accesorios tuvieron un espacio excepcional en esta colección, con unos curiosos bolsitos en napa con la cara de un gato colocados al cuello como collares y talismanes de la suerte, que prometen convertirse en éxito de ventas.
El bolso más famoso de Loewe, el Amazona, acompañó varios looks en tres modelos diferentes, incluyendo una versión todo terreno con varios bolsillos, como también lo hizo el nuevo modelo “Joyce”.
Accesorios y vestidos iban acompañados por joyas en dorado y tamaño maxi, especialmente como collares, aunque en algunos looks estas se convertían en parte de la propia prenda.
“No creo que puedas crear un icono, es la gente la que da su confianza para convertir una pieza en icono”, señaló a EFE Anderson, que promete seguir trabajando como hasta ahora para mantener la buena posición de la que disfruta la marca y que no dejó de mejorar desde que él tomara las riendas hace tres temporadas.

EFE.