La Plaza Mitre se tornó este miércoles en escenario de una especie de robo borgeano, cuando un adolescente de 15 años denunció haber sido atacado con un arma blanca por otros dos jóvenes que le querían sustraer su teléfono celular, y luego la policía supo que, en realidad, la propia víctima había asaltado antes a otro menor.

Un asalto dentro de otro asalto. Cajas chinas. Lo cierto es que, alrededor de las 19, el hecho llamó la atención de los uniformados y del propio fiscal del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil, Marcelo Yanez Urrutia, quien quedó a cargo de la investigación del caso.

De acuerdo a la información que recopiló LA CAPITAL de las fuentes consultadas, personal de la comisaría segunda arribó a la plaza al tomar conocimiento de un presunto robo. Al entrevistarse con la supuesta víctima, observaron que presentaba dos tajos en la espalda y comenzaron la búsqueda dos dos delincuentes que, según su versión, lo habían atacado con un arma blanca tras querer sustraerle un celular.

El joven le dijo a los uniformados que el robo no se había consumado porque él no llevaba consigo su teléfono. En rigor de verdad, no tenía el aparato y sí dos heridas cortantes en la zona lumbar, aunque ninguna revestía gravedad. De todas formas, sería atendido más tarde en el Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA).

Simultáneamente, la Central de Emergencias 911 recibió una denuncia telefónica: otro adolescente de 14 años decía haber sido víctima, a la salida del colegio Mariano Moreno, de un intento de asalto cometido por un joven que más o menos tenía su misma edad. Conforme explicó, había logrado escaparse corriendo sin que el ladrón se pudiera quedar con su mochila.

Acto seguido, el denunciante manifestó haber visto cómo el delincuente era abordado por otros dos jóvenes. Y por ese motivo se trata de un hecho confuso: los investigadores deben establecer ahora si hubo dos asaltos o solamente uno, por el que quedó aprehendido durante unas horas el adolescente de 15 años que al principio había dicho ser la víctima.

El primer dato que tomaron en cuenta los investigadores para dar por cierta la versión denunciada por el alumno escolar en forma telefónica, fueron las características que le adjudicó al delincuente. “Tenía puesto un pantalón chupín, un camperón y llevaba un skate”, explicó.

Y esas eran, precisamente, las particularidades que presentaba el menor herido. Pero al entrevistarse con los policías, éste dijo que había sido atacado por otros dos jóvenes. Y ese detalle también fue descripto por la víctima durante el llamado telefónico. “Cuando me fui corriendo vi que otros dos lo agarraban”, confesó por teléfono el alumno del Mariano Moreno.

Por esa razón, los investigadores deben averiguar ahora si el menor herido y presunto ladrón no fue también víctima de un asalto, ya que esas dos personas, anoche, aún no habían sido identificadas. La otra hipótesis es que, al ser testigos del intento de asalto, esos jóvenes podrían haber intercedido para golpear al supuesto delincuente.

Finalmente, el menor herido recuperó la libertad horas después del hecho -caratulado como tentativa de robo-, debido a que por su edad es inimputable. En tanto, la policía intentaba averiguar al cierre de esta edición si ese mismo adolescente cuenta con otra entrada anterior a una comisaría, en el marco de un caso por resistencia a la autoridad del que él mismo dio cuenta en diálogo con los uniformados.