“Ex casados”, el filme en el que Moldavsky debuta como actor
Interpreta a un publicista abandonado por su esposa y obligado a entender el empoderamiento femenino. Tiene dirección de Sabrina Farji, con actuaciones de Jorgelina Aruzzi y Campi. Se la verá este miércoles en el Teatro Colón.
Farji y Moldavsky, ayer en el NH Hotel Provincial.
Actor y directora coinciden: “Desde el humor es más fácil decirlo todo”, apunta Roberto Moldavsky. “Con una sonrisa honesta se pueden decir cosas muy profundas”, asegura Sabrina Farji. Ambos compartieron set y estreno de “Ex casados”, una película que integra el ciclo “Noches marplatenses” del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.
Historia inspirada en la lucha de las mujeres que repiensan sus vidas en el seno de sus matrimonios, “Ex casados” es una comedia dramática que cuenta el fin de una pareja. Ella advierte -siempre con humor- que él no la escucha, ni la acepta, ni la reconoce. Entonces decide partir. Pero lo que llega tras esa decisión es una cadena de hechos inesperados.
Jorgelina Aruzzi es la contrafigura femenina de Moldavsky, el humorista que inaugura en esta cinta su primer protagónico en la pantalla grande. Le sigue un elenco que integran Campi, Michel Noher, Liz Solari, Celina Fort y Matías Desiderio.
“Este es un guion que empecé a escribir hace quince años”, rememora Farji, quien acompañará esta noche el estreno del filme (recién llegará a las salas comerciales el 2 de diciembre). “Esta película era un drama, la misma anécdota pero con un tono dramático. Era la historia de una mujer cuyo marido la tenía cooptada. Las mujeres fuimos cambiando, y no solo las mujeres, la sociedad. Creo que el humor y la sonrisa son una buena manera de transformar”, agrega, desde el NH Hotel Provincial.
Además del paradigma feminista que se instaló en la actualidad, otra coyuntura atravesó a “Ex casados”: la pandemia de Covid 19 que obligó a suspender el rodaje a solo una semana de haberse iniciado.
“Creímos que parábamos solos dos semanas, lo cual ya era un desastre. Pero esas dos semanas terminaron siendo nueve meses -repasa la cineasta-. Fue duro porque no había certezas de continuidad y había mucho en juego: una inversión y obligaciones. Vivimos mucha inestabilidad”.
En noviembre del año pasado, de la mano de las aperturas en diversos rubros, el equipo de trabajo retomó el rodaje.
“La verdad es que fue muy divertido, porque teníamos esa historia detrás. Nos cuidamos muchísimo: fue la primera película que trabajó con protocolo”, recuerda.
“No hubo contagios en el rodaje, trabajamos con un nivel de conciencia muy grande en el set, para que nadie se contagiara. Muchas de las mujeres que trabajaron en el set eran madres o tenían a sus padres a cargo, esta situación hizo que fuera más riguroso”, acota Farji.
“La vuelta fue doble”, acota Moldavsky. “Fue hacer la peli y festejar la vuelta a la vida, además de ser mi primer protagónico, esta película tiene un poco de historia en el medio”, agrega el humorista, que pasó varios veranos en esta ciudad con sus espectáculos cómicos.
“No me considero actor”
En el filme, Moldavsky interpreta a Roberto, un publicista con cabeza patriarcal que lleva su mismo nombre. “Le pedí a la directora que dejara mi nombre, porque cuando dicen mi nombre me doy vuelta. Cuando hacés un personaje lo querés, le gusta la joda por ejemplo y aunque tiene otro perfil es también es un tipo sensible y yo soy un tipo sensible”, explica las similitudes de su personaje, que enfrenta al desafío de cambiar su cabeza para poder alcanzar la felicidad.
-Es tu primer protagónico en cine, ¿cómo fue la experiencia?
-Fue una mezcla de muchas cosas, tenía mucha expectativa, era un desafío, como todo lo que uno hace nuevo en la vida, pero a la vez disfruté mucho, la pasé muy bien.
-¿Te sentís actor?
-No, es un tema, puedo actuar, por eso debería serlo y la verdad es que creo personajes en el teatro, pero no me considero actor. Cuando pienso en los actores a los que admiro me da un poco de cosa sentirme colega de ellos, bien coucheado como estuve en esta película creo que estoy bien y muy contenido, rodeado de actores brutales. No me considero actor pero sí considero que laburo mucho en el teatro, manejo público, sé expresarme, se hacer reír, entonces algún tipo de relación con la actuación tengo.
-Tu personaje debe empezar el camino de la deconstrucción del machismo para poder avanzar en la vida, ¿te pasó, te toca?
-Yo soy de la generación que vivió la adolescencia en la dictadura militar… tengo todos los boletos comprados, machismo, otro paradigma, otro humor. Yo estoy haciendo un camino, me encanta una frase de Jorgelina (Aruzzi) que la repito siempre: “El feminismo se aprende”. Yo estoy aprendiendo, lo estoy haciendo no para quedar bien con la mujeres o con mi hija, lo estoy haciendo porque me parece que está bueno, desde la positiva, estoy feliz, es un cambio que me suma, cometo errores, digo pavadas, hago algún comentario que aún no está pasado por los filtros, me gusta el empedramiento de las mujeres, me gusta esa historia, es la gran revolución que se viene. Trato de sumarme desde mi lugar y desde donde se puede.
-¿Ves que hay muchos Robertos que tienen que emprender el mismo camino que tu personaje?
-Está repleto, hay Robertos que no han empezado el camino, hay Robertos que no se dan cuenta de que tienen que cambiar y hay muchos Robertos que estamos trabajando, desde lo positivo. Yo no lo hago porque si no me quedo afuera, lo hago feliz y aprendo cosas, aunque tampoco me gusta cancelar a los Robertos que están tratando de cambiar. Hay que acompañar los momentos de cada uno y entenderlos, no justificar nada, porque cuando uno piensa en las cifras de los femicidios no hay ni tiempo de discutir.