La historia del joven que vio la muerte y hoy es fuente de esperanza
En el 2016, a sus 17 años, un accidente de tránsito lo dejó destrozado y, entre otras tantas operaciones que debió pasar, le amputaron una pierna.
Leo Di Scala es, como tantos otros jóvenes argentinos, fanático del fútbol. En Mar del Plata, sigue al “tiburón”, aunque juega al fútbol en Talleres. Es un chico con mucho talento para la pelota, y su futuro como futbolista profesional era prometedor, pero el destino tenía otros planes para él.
En el 2016, a sus 17 años, un accidente de tránsito lo dejó destrozado y, entre otras tantas operaciones que debió pasar, le amputaron una pierna.
Para cualquier aspirante a jugador de fútbol, eso hubiera sido un revés difícil de superar. Pero Leo, al contrario, es optimista y nunca perdió la sonrisa. Hoy está comenzando un nuevo proyecto: armar un equipo de fútbol para amputados. No sólo se trata de una idea que lo anima a él; también es la esperanza de otros muchos que perdieron una parte de su cuerpo pero quieren seguir adelante.
Ver la muerte a los ojos (y seguir luchando)
Leo es activo y muy querido por la gente que lo rodea. Cuando habla sobre su vida, lo hace con confianza, sin titubear ni que se le quiebre la voz. Incluso sonríe cuando cuenta que vio a la muerte, pero tuvo una segunda oportunidad.
En el año 2016, Leo iba a la escuela y entrenaba en Talleres de Mar del Plata. Como tantos chicos argentinos, el fútbol era una pasión y, ciertamente, su prioridad en la vida. Un día, como llegaba tarde al entrenamiento, le pidió a su padre la moto para llegar más rápido.
Entrenó como siempre pero a la salida del entrenamiento, lo esperaba el dolor. “Venía en la moto por la 39, doblé una cuadra antes de Edison a la derecha, y en la esquina un camión dobló, me enganchó, me caí boca abajo, y una rueda me pasó por encima”, precisa. Escueto, directo, sin miramientos. “Quebradura de pelvis y de cadera. Me reventé el intestino y la vejiga. Pero la pierna, por un coágulo que se formó detrás de la rodilla, me la tuvieron que cortar”, finaliza.
Amigos y conocidos se asombran cuando ven el aplomo con el que Leo se toma lo ocurrido. ¿Cómo puede un jugador con una carrera por delante en el fútbol estar tan tranquilo con una pierna menos? La respuesta que él da es tan honesta como cuando cuenta todo lo que le ocurrió.
“Es que yo en todo momento estaba despierto. Estuve intacto de la cabeza, y vi todo: vi como me pisó el camión, cómo se fue. Y vi y sentí cómo yo me estaba yendo. No es que me caí, me desmayé, y al otro día me levanté sin una pierna, sería otra historia ahí. Pero yo en todo momento estaba consciente, vi cómo el camión me arrastró y se fue y sentía un dolor tremendo en la panza”, relata. “Yo vi la muerte y estoy agradecido de estar acá, y no me importa si me falta una pierna, no me importa. Estoy acá y tengo que aprovechar la segunda oportunidad que me dio Dios”.
“La limitación está en la cabeza”
Parece increíble que una persona haya podido salir tan airoso de un accidente tan grave. Pero Leo es más fuerte de lo que todos imaginan. No sólo desafió a la muerte, sino también a los pronósticos de los médicos.
“La pierna me la amputaron a los 3 días del accidente. Y estuve internado en el Regional y me dijeron que iba a estar de siete a ocho meses internado. Pero estuve dos meses nomás, gracias al esfuerzo, la fe, y a la ayuda de la familia y un montón de gente que me ayudó también. Después fui a Inareps, y también, me hablaron de cinco o seis meses, pero sólo estuve tres. Así que nada, contento, contento de superar los promedios de los médicos también”, narra Leo con una sonrisa, y una leve expresión de orgullo en el rostro.
Así, con la misma confianza en sí mismo y la tenacidad que mostró durante los meses que duró su recuperación, hoy encara un nuevo proyecto: un equipo de fútbol para amputados.
“Arranqué hace un mes con el proyecto de equipo de fútbol para amputados representado por Talleres, y estoy buscando jugadores”. La propuesta surgió de una conocida, Alejandra, que le insistió para que pensara la idea. Leo al principio no entendía mucho, pero finalmente, se juntó a tomar un café con ella y conoció a un equipo de fútbol del amputados de Chaco, que estaban en Mar del Plata. “Viste lo que es el destino, me junté con ellos, me gustó y me decidí arrancar”. En Semana Santa, Leo viajó a la provincia norteña a jugar con ellos un partido, y mientras tanto el trabajo por formar el equipo marplatense sigue adelante.
“Toda la gente que quiera venir que tenga una pierna o un brazo amputados están invitados a Talleres a jugar y a competir”, aseguró Leo. En este sentido, por el momento no hay distinción de edad ni de ningún otro tipo: todo el amputado que quiera jugar al fútbol está invitado.
A los que no se animan, el mensaje de esperanza de Leo es muy simple: “La limitación está en la cabeza”. “Todos somos diferentes, y no todos se toman igual una situación tan grave. Pero un mensaje que le pueda decir a otra persona es: la limitación está en la cabeza, no en el cuerpo. Es como me dijo una amiga: ‘la palabra discapacidad no existe’ y si vos te limitás en la cabeza estás en el horno. Vos tenés que decir ‘sí puedo’ en todo; no importa si después se pone difícil, tenés que intentarlo”.
Contacto
Cualquier persona que tenga una pierna o brazo amputado y quiera participar del equipo de amputados de Talleres puede ponerse en contacto con Leo al 2235807515. También se pueden vincular a través de Facebook, a la página: Talleres Fútbol Club de Amputados – Mar Del Plata.