“El cine necesario para mí es el que te transforma, el que te abre a un mundo que no conocías y deberías conocer”, define Lita Stantic, pionera del cine en Argentina, directora, pero, fundamentalmente productora y para quien este arte, “desde chiquita, fue mi vida”.

La cineasta, referente del rubro en nuestro país, fue la protagonista de una de las “charlas con maestras” en el marco del 37° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. En el encuentro recordó cómo fue trabajar a la par de María Luisa Bemberg, cómo sorteó profesionalmente los problemas -políticos, económicos y sociales- del país en todas las décadas desde los sesenta en adelante y en la que expresó su preocupación por la situación actual del cine ante el impacto de las plataformas.

Presentada por el presidente del Festival de Cine, Fernando Juan Lima, acompañada por el titular del Incaa Nicolás Batlle y entrevistada por Sergio Rentero, Lita recibió de manos de la programadora Cecilia Diez un presente por parte del Festival, durante la actividad, co-coordinada con el Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires.

Lita compartió, durante el encuentro, que se dedicó de lleno a la producción porque consideró que “hacían más falta productores que directores”. Pero no solo productores como meros administradores de películas, sino que “tengan una visión, que se impliquen de otra manera. Siempre he dicho que la madre de una película es el director y el padre el productor, pero un padre presente, que interviene un poco en todo, que conversa”.

La referente, que produce la película que se estrena hoy en la competencia Latinoamericana, sostuvo que para elegir en qué película involucrarse “tengo que sentir respeto por el director como autor. Siempre tomo al director con su libro. En general, si me acerca un libro que me interesa y nos ponemos de acuerdo, avanza”.

De la mano de Stantic, directoras y directores que marcaron lo que se conoció como “el nuevo cine argentino” pudieron hacer sus primeras películas. ¿Cómo se decidió por esos guiones? “Era fines de los noventa y aparecieron jóvenes que habían realizado cortos muy interesantes y tenían libros interesantes. Por ejemplo, me había gustado mucho el corto Historias Breves de Lucrecia Martel. También estaban Trapero, Lerman, Caetano”. Así su premisa fue lanzarse por guiones que le gusten, de directores que tuvieran un corto que le haya gustado.

Mc Tiernan: “Los filmes de superhéroes son una acción política de los poderosos”

“Vengo de uno de los momentos más especiales del cine, los 60, que fueron muy interesantes y siempre me interesó el cine que deje algo. No me gusta el cine solo como entretenimiento” continuó definiendo.

De esa forma, de su mano se produjeron películas como La ciénaga, primer largometraje de Martel, Un oso rojo de Adrián Caetano, Mundo Grúa de Pablo Trapero, entre otras.

Al hablar de las dificultades de hacer cine de mediano presupuesto hoy, Lita Stantic tomó el ejemplo de La ciénaga. “La ciénaga hoy sería difícil de hacer. Fue un rodaje de 8 semanas, con mucha preproducción. Tendría que entrar una plataforma, a la que le das el guión y te preguntarían ¿qué es eso? no la entienden. Yo cuando leí el guión creí que Lucrecia iba a tener piedad con algunos de esos personajes. No la tuvo y hoy me parece que estuvo bien en no tenerla, en retratar a esa clase a la que no le importa nada. Pero es una película de un millón de dólares. Es cara. En aquel momento conseguimos algo de Sundance y luego se sumó Cuatro Cabezas”.

Esa situación la llevó a hablar de la crisis del cine. “Es evidente que hay gente que se queda en las plataformas y no va al cine. Los cines se llenan con público joven al que le gustan las películas de terror o de acción. Las películas de autor no llevan tanta gente al cine”.

“Las fiestas”, un retrato de vínculos familiares complicados y reconocibles

De todas formas, tal como se “arriesgó” con Martel -o muchas décadas antes con María Luisa Bemberg- Stantic está produciendo Errante, la conquista del hogar, de Adriana Lestido, quien estuvo 8 meses sola con su cámara en el ártico para una película que “me subyugó”.

Cuando le preguntaron por qué eligió dedicarse al cine, fue sencilla: “porque me gustaba, fundamentalmente”. Y se explayó contando que estuvo en una escuela de cine, en distintos cursos de Simón Feldman, pero que paralelamente estudiaba Letras “porque creí que no iba a tener lugar en el cine, porque el cine era un lugar eminentemente de hombres. Cuando había mujeres era porque los maridos ocupaban algún lugar importante”.

Stantic, que pensó dedicarse a la crítica, recordó que la primera vez que quise presenciar una filmación, el productor me dijo que no había problema, pero que perdía el tiempo porque ‘el cine no es para mujeres'”.

Lita Stantic, protagonista de las charlas con maestras, en el Museo Mar. Foto gentileza Museo MAR.

Pero entre el mundo de la publicidad, el estudio y la voluntad, estaba también María Luisa Bemberg, quién fue también su amiga y que, recordó, se acercó a ella buscando una productora mujer. “Me dijo que si no le decía que sí, no iba a poder hacer esa película”.

Esa película era Miss Mary. Fue su primer trabajo juntas y el inicio de “los diez años más intensos de toda mi vida profesional”.

“Ella no podía parar, se consagró totalmente al cine y dejó cosas muy interesantes. Hicimos cinco películas con ella, de las 6 que ella realizó en 12 años”.

Sobre la mirada de Bemberg destacó que “criticaba a la burguesía, era ideológicamente muy interesante, en un momento en el que el feminismo no estaba de moda tuvo una visión del mundo y de la mujer, a la que instaló en la pantalla de una forma fantástica”.

“De todos los directores con los que trabajé es con la que mejor me llevé” analizó.

Experimentación, ficción y documental entran en la competencia

La referente consideró que no siente haber perdido cosas por el cine, que desde muy chica ‘el séptimo arte’ fue su vida y que en este momento en el que se siente “triste” porque “el cine que me gusta, el cine de autor, en el cine, está desapareciendo” tiene fe en que los jóvenes que quieren dedicarse al cine, “encuentren los vericuetos para hacerlo”.

Sobre los temas que le parecen “necesarios” en el cine de hoy, definió que “hay muchísimos” y, como ejemplo, puso a la película “El suplente” de Diego Lerman, porque “mostró un mundo con el que uno no lo alterna y que existe. Es fantástico tener esa posibilidad” pero concluyó que “muchos temas son necesarios”.