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Lisandro Aristimuño: La anécdota de los acantilados, los agudos y 20 años en la música independiente

Antes de su regreso a Mar del Plata con su octavo disco de estudio, este viernes 4 de octubre, el artista compartió experiencias y sentires que lo moldearon como persona y como artista.

Arte y Espectáculos 3 de octubre de 2024

“En un momento estaba más copado con ser compositor y hacer canciones, letras y acordes y demás. Después empecé ser más productor: Producir un disco y buscar los audios, encontrar distintas tramas y las sensibilidades sonoras, que no sean una guitarra nada más” define Lisando Aristimuño. Sin buscarlo, define los cambios, las búsquedas, acaso la evolución que ha tenido en sus 20 años de haberse presentado profesionalmente con su primer disco.

Es que para el artista “la música no es solo tocar, o cantar o hacer letras. Tienen imágenes (las canciones) tienen hasta olores, tienen muchos sentidos, o recuerdos, nostalgias o amores. Pensar que una canción es un acorde y una letra es perderse de otras cosas que también tiene la música”. Todo eso está presente a la hora de componer y de brindar herramientas para que, quién escucha, haga su propia interpretación, su propio viaje.

Con material reciente -su octavo álbum de estudio “El rostro de los acantilados”, el grabado en vivo en el Luna Park “El rostro y la Luna”- y todo el bagaje de sonidos, atmósferas, ideas, plasmadas a lo largo de su historia, el cantautor llega a Mar del Plata. El referente de las nuevas generaciones musicales, se presentará este viernes 4 de octubre, a las 22 en el teatro Radio City.

Su nuevo material es alegre, bailable y sobre eso, el artista considera que tiene que ver con la diferencia del contexto de su anterior disco, que había salido en plena pandemia. “Como si hubiera sido una revancha, tiene eso de poder volver a salir, de poder volver a tocar, de poder volver a ver amigos, de bailar, mover un poco el cuerpo después de estar en tu casa. Una especie de que se abrió la jaula y salieron las aves a volar” asegura.

– La imagen de tapa del disco son los acantilados vistos desde el mar ¿De alguna manera la metáfora invita a ver las cosas desde otra perspectiva?

– Si puede ser. Esto del rostro de los acantilados era un juego de mi infancia con mis hermanos. Te cuento la historia porque es literal: nosotros siempre íbamos a veranear a ese lugar, incluso ese lugar de la foto es donde nosotros poníamos la sombrilla y las reposeras con mi familia. Y me acuerdo que con mis hermanos jugábamos a encontrarle caras a los acantilados, era juego de toda la tarde. Imagínate que en esa época no había celular ni nada por el estilo. Entonces nuestros juegos tenían mucho que ver con la naturaleza cosa que agradezco. Imaginate la bronca de mi viejo diciendo “Miren para el mar, miren para allá”. Eramos una familia medio los Locos Adams, todos mirando al mar y nosotros, los cuatro hermanos, mirando para el acantilado. Y encontrabamos caras y nos reíamos. Surgio de ahí y, obviamente, que el mar es maravilloso, lo busque más por el lado del juego. El mar era como nuestro patio, Viedma tiene rio y tiene mar, y nosotros tuvimos la suerte de haber nacido ahí.

– En la canción “Bailar” manejas unos agudos extraordinarios…

– Cuando era chico y tenía mi banda de covers en Viedma, yo siempre fui muy fan de The Police y de la voz de Sting, que hacía unos agudos impresionantes, y yo siempre quería imitarlo y mis amigos machirulos me decían “dejá de cantar como una mujer”. En ese momento estaba de moda cantar mas grave, más rockero y roto y yo quería cantar bien arriba, agudo. Yo siempre digo que uno de mis héroes de Seru Giran es David Lebón, que siempre canta con falsetes y agudos. Siempre me gustaron las voces de hombre agudas. Por el momento, a esta edad, tengo un registro (de voz) bastante amplio hacia arriba, así que es donde más cómodo me siento también.

– ¿Cómo es el proceso de armado de las canciones? ¿Sos consciente del porcentaje que le das a lo electrónico, el porcentaje de voz, de poesía, cuando poner un efecto?

– Eso es lo que más me apasiona. Imagínate que el primer disco salió hace 20 años ya. Mi vida cambió muchísimo porque fue creciendo, madurando, por ejemplo, soy padre hace 12 años ya, mi vida fue cambiando y todo el mundo fue cambiando. En un momento estaba más copado con ser compositor y hacer canciones, letras y acordes y demás. Después empecé ser más productor: Producir un disco y buscar los audios, encontrar distintas tramas y las sensibilidades sonoras, que no sean una guitarra nada más. Y me empecé a copar con todo ese mundo y ahora ya encaro una canción desde ese modo, ahora ya no solo hay una guitarra criolla o acústica sino que también hay máquinas alrededor, las empiezo a armar con baterías electrónicas, con teclado, con secuencias con samples, ya es parte de la creación tener esas maquinitas cerca, se me hizo como muy natural también. Empiezo a jugar con lo aparatos desde cero, cosa que antes no hacía, antes era la guitarra y la batería arriba, aca arranca desde el inicio.

– ¿Tus canciones son como montajes?

– Sí, puede ser. Tengo mucho de eso, me parece que la música no es solo tocar, o cantar o hacer letras, tienen imágenes (las canciones) tienen hasta olores, tienen muchos sentidos, o recuerdos, nostalgias o amores. Pensar que una canción es un acorde y una letra es perderse de otras cosas que también tiene la música, como oyente, como alguien que escucha, vos le das tu interpretación, tu momento, te lleva a otros momentos. Yo nunca quiero que la interpretacion esté tan fijada, me encanta que sea abierta y que otra gente pueda pensar que es otra cosa. También tengo el privilegio desde la autogestion de ser sumamente libre en eso y no pensar en que si pongo tal palabra o tal cosa va a desviar la atención, lo hago por la canción misma, todos los sonidos y todo lo que escribo y lo que hago lo hago por la música, no lo hago por querer pegarla o por querer meter un hit.

– Le das un montón de lugar a quien escucha, porque cada uno puede poner en la canción su propia historia.

– Sí, absolutamente. Volviendo a lo del montaje, tiene que ver que que mi viejo es director de teatro y mi mamá es actriz. Yo iba a los teatros desde muy chiquito, a ver obras o los escuchaban ensayado, a veces estaban cinco horas en una mesa con los diálogos, diciendo los diálogos mientras yo estaba jugando en mi pieza y escuchaba que gritaban y bajaba corriento las escaleras, a ver que paso y era la actuación. El cine y el teatro los tengo muy naturalizados, a la hora de hacer las canciones pienso en qué quiero decir, dónde quiero situar al que escucha, si hay viento, si hace calor, si estoy en un lugar que hace frío, esos detalles que por ahí te hacen encontrarte mejor con la letra y con lo sonoro.

– ¿Cómo evaluás estas dos décadas?

– Primero agradeciendo, mi oficio de músico es un privilegio para mi, es hermoso divertirme, ser feliz, jugar. Estoy muy agradecido de que en estos 20 años haya jugado tanto y haya sentido tantas cosas y tantas emociones, tantos viajes, tanto los lugares que conocí, tanta gente, amigos, colegas, compañeros. Y después me parece que estuvo re bueno también el hecho de ser independiente y de la autogestión. Yo soy una persona sensible en lo social, no soy de entrar a un bar y de ponerme a hablar con todos, soy mas bien el que está al costado observando y la música me ayudo mucho a eso. Y la autogestión me ayudo a eso. Bueno, yo no tengo problema de laburar de otra cosa como para sustentarme económicamente pero a la música no la voy a tocar, la música va a ser lo mas puro que puedo hacer. Y siempre tuve esa confianza desde el primer disco y también es increíble que desde ese primer disco de hace 20 años, siga teniendo la misma confianza de decir yo voy a hacer lo que siento, yo le creo a la gente que me escucha, creo que me va a escuchar y que va a intentar encontrar ese camino también como yo. Agradezco un montón que haya tenido la libertad y el equipo de gente, es mi banda desde hace mas de 15 años que como los acantilados, están ahí. Agradezco la libertad de mi camino independiente que me dejó hacer lo que quería en este país, en Argentina, me encanta ser argentino y haber nacido en la Patagonia.