El fiscal Juan Pablo Lódola dispuso este sábado a la noche la libertad del hombre de 39 años que mató a un delincuente cuando estaba ingresando a su casa en el barrio San José.

Lódola pudo observar en la cámara de seguridad de la vivienda la manera en que ocurrió el hecho. “Es un claro caso de legítima defensa y por eso se dispuso su inmediata libertad“, confió una fuente consultada por LA CAPITAL.

De todas maneras, el vecino quedó imputado de homicidio agravado por el uso de arma de fuego hasta que se cumplan los pasos judiciales en lo que se determine su absolución.

Según pudo reconstruir LA CAPITAL en base a fuentes oficiales, el hombre de 39 años llegó en su auto este sábado a la noche a su casa ubicada en Olazábal al 3100 e intentó abrir la puerta. En esas circunstancias, fue sorprendido por dos motochorros: uno de ellos bajó del vehículo y le apoyó un arma calibre 38 en la espalda. El delincuente le quitó el celular, dinero y lo empujó contra la puerta de la casa. “En las imágenes daba la sensación que quería meterlo adentro”, reveló un informante.

En ese momento se produjo un forcejeo en el que el vecino llegó a sacar su arma 9 milímetros, darse vuelta y darle un certero disparo en el pecho. El ladrón no lo mató por milagro: también llegó a apretar el gatillo de su revólver pero el disparo no salió.

Lo cierto es que herido, el delincuente se subió a la moto e intentó huir, pero al llegar a la esquina de Olazábal y San Lorenzo se cayó al piso, donde minutos después murió. Su cómplice huyó.

La madre del dueño de casa fue la que realizó la denuncias al 911 y poco después llegó la policía al lugar para realizar las actuaciones de rigor.