Tres de un lado de la mesa: Marcos Mundstock, Carlos López Puccio y Jorge Maronna; tres del otro lado: Tomás Mayer Wolf, Martín O´Connor y Horacio Tato Turano. La primera generación de Les Luthiers es la que lidera la charla, la segunda comenta, aporta y se suma a las risas.

Antes de arrancar con las cinco únicas funciones que realizarán en Mar del Plata, a partir de esta noche en el Radio City (San Luis 1750), el histórico grupo de comediantes y músicos se abren a una conferencia de prensa. No falta el humor, ni los recuerdos de los tiempos en que arrancaron con el café concert en esta misma ciudad y atraían a “un puñado de personas”.

“Cuando empezamos, pensamos que era una fiesta de un día, en nuestra prehistoria en el coro, así empezó una carrera que ninguno de nosotros imaginaba y con las inclusión de los tres nuevos (miembros), Les Luthiers está muy vivo, así que continuamos”, dice Maronna, en relación al presente y a la continuidad del grupo, que desde hoy y hasta el domingo presentará “Gran Reserva”. Se trata de una antología con los mejores pasajes cómicos y musicales del conjunto, “los que resisten al paso del tiempo”.

Aunque para Mundstock, lo que muestra Gran Reserva “no es todo lo mejor”. “Es un mix que tiene que ser equilibrado, con distintos tipos de humor. El criterio es que (el espectáculo) sea orgánico y divierta a la gente”. Y agrega que lo novedoso del espectáculo es que esta vez no tiene un hilo conductor que guíe cada segmento. “Tiene mucha música, muy variada, de todos los géneros, del jazz a la tarantela”.

Y dice que la antología se armó a partir de elegir de “un arcón” o de una suerte de depósito “las piezas que más nos gustan”. “Cada antología compite con la otra”, considera, en relación a otros espectáculos como “Viejos hazmereires” o “Chist”.

“Lo nuestro no es como un dúo, como ocurría con El Gordo y El Flaco, se parece más a un musical, hay papeles, hay atriles para cada instrumento, lo que hay que hacer es tocar esa música y representar esas acciones, eso permite una cierta elasticidad”, cuenta.

Para los históricos fundadores de Les Luthiers los tres nuevos integrantes “representan la sangre joven y son grandes músicos”. “Cada uno de los tres vino a dar su impronta”, entiende Mayer Wolf. “Es difícil reemplazar a Daniel Rabinovich o a Carlos Núñez, vinimos a ocupar esos lugares que estaban vacantes aportando cada uno lo nuestro, eso hizo que el grupo se reinventara”.

Es que “Les Luthiers” se formó “en base a las limitaciones de los otros cinco“, según agrega López Puccio. “Fuimos desarrollando un estilo que estaba recortado por lo que no podíamos hacer, yo soy un decente violinista, no soy muy bueno, no puedo tocar mejor de lo que toco. Y es la primera vez que la sangre nueva del grupo se acopla a un proyecto que está en funcionamiento, los buscamos en base a lo deseable, aportan cosas al modelo establecido”, agrega.

“El humor se caracteriza porque el humorista es mezquino, y ellos (por los integrantes más históricos) desde el primer instante que ingresamos han tenido generosidad, quieren que el lucimiento sea parejo y nos han permitido estar a su nivel”, aporta O´Connor.

Para los nuevos y los viejos integrantes, lo destacable del presente es que las nuevas generaciones también están dentro de su público. “Es otra de las cosas que no calculamos, que los chicos nos quieran y eso sucede, es parte de lo bien que nos hizo Les Luthiers a todos, que nos mejoró la vida”, dice Mundstock. Y O´Connor coincide: “Desde el escenario vemos a tres generaciones juntas riéndose a carcajadas, eso es algo que nos reconforta”.