Juan Ignacio Gandiani tiene 22 años y esta semana recibió el título de Técnico en Radiología. Hizo la carrera en tiempo récord lo que no es un dato menor si se tiene en cuenta que padece de autismo.

Juani, como todos lo conocen, logró romper con los prejuicios y se convirtió en uno de los pocos jóvenes con autismo que avanzó en su educación formal. Su empeño y perseverancia son, sin dudas, lo que lo movilizan y hacen que no baje los brazos y siga superándose.

Detrás están sus padres, Claudia y Gabriel, y su hermano Tomás, que lo acompañan y también piensan que nada es imposible a pesar de las trabas que aparecen en el camino. Es que después de ver a Juani este martes subir al escenario a recibir su título terciario con la música de fondo de Michael Jackson (su ídolo), no tienen por qué dudarlo. “Nosotros queremos que sea feliz, así que verlo así es todo lo que pedimos”, aseguran sus papás en diálogo con LA CAPITAL.

Como prácticamente todos los padres que tienen que enfrentar la situación de un hijo con algún tipo de trastorno del espectro autista -que es una discapacidad del desarrollo que puede provocar problemas sociales, comunicaciones y conductuales-, hasta llegar al diagnóstico la familia y el propio Juani debieron pasar por montones de consultas, estudios y largos períodos de incertidumbre.

“No fue nada fácil hasta llegar al diagnóstico y enfrentamos desafíos cada vez que Juani se expone a nuevas situaciones, pero no caemos”, dice Claudia y admite que también transitan situaciones difíciles que los llevan a caer, pero la fuerza y ganas de Juani los hace repuntar.

“Como muchos otros chicos con autismo o discapacidad, pasamos por situaciones en las que nos sentimos solos, sin apoyo. Pero por suerte también se abrieron muchas puertas”, relatan.

Su escolaridad

Juani transitó por las escuelas primarias del Parque y San Andrés del Mar, la secundaria por el Instituto Tejedor, y la carrera terciaria la hizo en el Instituto Pedro Luro. “En todos lados nos abrieron las puertas y acompañaron a Juani”, dicen los padres que no tienen más que palabras de agradecimiento para autoridades, compañeros y amigos de su hijo. “Estamos convencidos que tener la posibilidad de estar escolarizado fue fundamental para su vida”, comentan.

El autismo del joven se refleja sobre todo en el habla, pero a pesar de ello pudo rendir exámenes orales. Su metodología de estudio es a través de imágenes, resúmenes y la ayuda de la familia. “Es muy metódico y para él nunca es tarde ni está cansado para estudiar”, cuentan los padres quienes aseguran que siempre está dispuesto a cumplir con sus deberes.

Juan Ignacio Gandiani junto a sus padres, Claudia y Gabriel.

El próximo lunes, Juani enfrentará un nuevo desafío. Esta vez en el plano laboral. Durante seis meses trabajará en la Cooperativa El Amanecer. “Gracias a un convenio con la municipalidad, los chicos con discapacidad tienen la oportunidad de realizar prácticas laborales”, explica Claudia mientras su hijo celebra la noticia. “Nuestro objetivo es que sea feliz y que tenga las herramientas y posibilidades para valerse por sí mismo cuando no estemos”, dicen los papás que no logran borrar la sonrisa y orgullo de sus rostros cuando hablan de Juani.

Perseverante, así se lo puede calificar a este joven autista que rompió los prejuicios y echó por tierra el diagnóstico de un médico que cuando era pequeño le aseguró: “Nunca podrá llegar a la secundaria”.