por Marcelo Solari

Quilmes cumplió con su cometido. Si bien era casi una obligación, el partido había que ganarlo. Y lo hizo de la mejor manera. Prácticamente de principio a fin, con la seriedad defensiva necesaria y un ataque que aceptó todas las invitaciones de un rival que dio numerosas ventajas atrás. Así, en su mejor registro ofensivo de la Liga Nacional de Básquetbol 2016/17, el “tricolor” superó a Echagüe de Paraná, por 106 a 77 y refuerza sus ilusiones de seguir aspirando a los play-offs.

El arranque fue electrizante. Ambos anotaron con facilidad por méritos propios y también por frágiles respuestas defensivas del adversario. Antes de llegar a los 3 minutos, Echagûe se imponía 12-11 y se auguraba un juego de alto goleo.

El “tricolor” apostó al tiro exterior de movida sin éxito, pero cuando ajustó la puntería obtuvo réditos por esa vía. Y en cuanto ajustó las situaciones defensivas, consiguió el margen que necesitaba para poder correr y así comenzar a despegarse en el resultado. Amplió con acciones de pick and roll con Iván Basualdo como definidor y llegó a situarse 25-16, pero su minuto final del segmento no fue bueno y Echagüe acortó cifras.

Quilmes asumió la advertencia con determinación y liquidó al conjunto paranaense en el segundo cuarto. El “tricolor” ganó el capítulo 26-6 con un festival de tiros de tres puntos (completó el primer tiempo con 8 de 17, 47%) y frustró defensivmente a Echagüe, que apenas pudo sumar y se fue al descanso largo con 13 pérdidas de balón.

El conjunto de Javier Bianchelli capitalizó gran parte de las falencias defensivas que acarrea Echagüe a lo largo de la temporada, y con un inspirado Enzo Ruiz (4 de 5 triples), autor de 14 puntos, y buenas producciones de Eric Flor y Basualdo, la brecha se hizo inmensa.

Nada cambió cuando se reiniciaron las acciones. Quilmes profundizó su dominio anotando con continuidad, especialmente con Basualdo, ya que inexplicablemente Echagüe afrontó esa parte del encuentro sin Caracter ni Franco Barroso, sus pivotes. Y el ex Obras se hizo un picnic en la pintura. La máxima ventaja llegó a 69-32 antes de llegar a la mitad del tercer cuarto.

Entonces, sobrevino el único momento feliz de Echagüe. Porque Quilmes falló un par de tiros lejanos, y como su rival anotó en esas ocasiones, se le cerró la chance de correr. La decisión fue jugar adentro, pero Ariel Eslava, ahora frente a la defensa de Barroso, tampoco pudo convertir. Quilmes falló una serie de seis ataques consecutivos y sufrió un parcial de 15-0 en contra. Ráfaga que podría haber sido letal en cualquier otro partido. Pero no anoche. Después del pedido de “minuto” de Bianchelli, Quilmes retornó en modo francotirador, y con dos triples seguidos reacomodó enseguida la historia.

El local retomó el control, mantuvo la intensidad defensiva y encaminó definitivamente un partido del cual se adueñó con una supremacía abrumadora. Especialmente, logró extender hasta el final del juego aplicándose atrás (hubo una secuencia de tres tapas seguidas), algo nada sencillo cuando se juega con una ventaja tan amplia a favor. Gran noche de Ruiz, con 26 puntos (8 de 11 triples), y de Basualdo 21 y 9 rebotes, aunque pueda parecer injusto destacar sólo a ellos en un contexto de muy buenas actuaciones individuales reflejadas en el juego de conjunto.

Síntesis

Quilmes (106): L. Vildoza 16, E. Flor 16, T. Robinson 2, I. Clark 4 e I. Basualdo 21 (FI). B. Sansimoni 4, E. Ruiz 26, A. Eslava 4, M. Maciel 3, T. Reimundo 5, B. Provenzano 3, J. González Cheppi 2. DT: Javier Bianchelli.

Echagüe (77): J. Baeza 7, M. Nocedal 5, S. Uranga 2, J. Ayarza 10 y D. Caracter 2 (FI). F. Barroso 9, C. Buemo 16, E. Stucky 9, B. Davis 11, E. Zustovich 4. DT: Iván Najnudel.

Estadio: Polideportivo Panamericano “Islas Malvinas”.

Arbitros: Pablo Estévez y Oscar Britez.

Parciales: 25-21, 51-27 y 78-52.