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La Ciudad 9 de enero de 2025

Las vacaciones de los jóvenes: comida en casa, tardes de costa y noches largas

Tienen presupuestos de hasta 50 mil pesos por día. Las salidas preferidas son a Playa Grande y los balnearios del sur. La mayoría elige trasladarse en aplicaciones como Uber.

Las mendocinas Guadalupe, Abi y Mica trajeron comida y esperan la salida del sol para ir a la playa.

“Juventud, divino tesoro”, cantaba Sumo a finales de los 80, mientras que los grupos de chicos y chicas que hoy circulan por la costa todavía no había nacido. Especialmente en la zona de Playa Grande, algunos con el mate y termo bajo el brazo, los jóvenes disfrutan de la costa en las tardes nubladas y de la arena cuando el sol aparece.

Algunos caminan con las bolsas del supermercado con “los básicos” para preparar la comida en el departamento alquilado.

“Elegimos Mar del Plata porque somos patriotas, apoyamos al ´Peluca´”, se ríe Franco, que llegó el 31 de diciembre junto a otros 12 amigos desde Rosario. “Alquilamos esta casa (en la zona de Playa Grande) a un conocido”. El joven de 20 años ofició de vocero del grupo de amigos al describir sus días de vacaciones en “La Feliz”, donde permanecerán hasta el viernes.

“Salimos todas las noches, vamos a Ananá o Quba, que bajamos caminando. Y también fuimos a algunas fiestas en el sur, en Uber o Didi”, contó. Los integrantes del grupo llegaron en micro y en auto y en su equipaje trajeron alimentos básicos, como “arroz, fideos, bebidas, latas y acá compramos carne, leche y alguna fruta”.

Aunque Franco junto con Tobías, Martín, Ramiro, Juan y Marco –también presentes en la charla con LA CAPITAL– reconocieron priorizar “la bebida por sobre la comida”, también aseguraron que no descuidan la alimentación: “Preparamos cosas básicas acá, no salimos a comer por una cuestión de presupuesto”. Sin contar el alquiler, los chicos estimaron que por día gastan “entre 40 y 50 mil pesos, incluidas las salidas, que es lo más caro”.

Un gran grupo de 13 rosarinos, como Tobías y Franco, toman unos mates en la vereda de Playa Grande.

Un gran grupo de 13 rosarinos, como Tobías y Franco, toman unos mates en la vereda de Playa Grande.

Entre mates y galletitas dulces, que compartieron sentados en la vereda, dijeron: “Para algunos, es la primera vez que vienen de vacaciones solos”. Y se esperanzaron con que “mejore el clima”. “Mar del Plata es linda y la elegimos porque gente de nuestro entorno venía para acá”, contó.

Guadalupe, Abi y Mica –estudiantes universitarias de Ingeniería y Psicología de entre 19 y 21 años– llegaron el pasado 2 de enero desde Mendoza después de 22 horas de viaje a bordo de un micro, con valijas que además de ropa, traían de todo. “Vino y algo básico de comida, como latas, arroz y fideos”, describieron. Y contaron: “Lo demás lo compramos acá y los precios están más bajos que en Mendoza”. Después de almorzar en una famosa churrería de la zona de Playa Chica, aseguraron: “Pensamos que nos iba a salir más caro”. Y reconocieron: “Salimos así todos los días y seguiremos saliendo, porque no nos acompaña el clima para la playa”.

Al ser consultadas sobre la elección del lugar para pasar sus vacaciones, dijeron: “Mar del Plata ofrece lo que estábamos buscando: joda y playa, pero hasta ahora la playa está en deuda”.

Debut

Violeta y Milagros, de 19 años, son estudiantes de Medicina y llegaron con seis amigas más desde Tucumán el pasado 29 de diciembre. En su debut de vacaciones solas, dijeron que la idea básica es “disfrutar y divertirnos”. “Por ahora, salimos todas las noches, porque el clima no acompañó y estuvimos poco en la playa”, contó.

Instaladas en dos departamentos en la zona de Playa Grande, van al supermercado para “comprar los alimentos y preparar cosas ricas”. “Comemos siempre en casa”, afirmaron. La misma metodología que implementan en “la previa” antes de ir caminando hasta los boliches de Playa Grande. “Una noche fuimos a una fiesta en Samsara, en el sur, en Uber, y pagamos 10 mil pesos”, resumieron. Como el vehículo de alquiler por la aplicación sube como máximo cuatro pasajeros, pagaron “$2.500 cada una, mucho más barato que el bondi. Y más cómodo”.

“Mar del Plata es divina –resumieron al explicar el motivo de su elección– y tiene todo para pasarlo bien. Ya conocíamos pero ésta es la primera vez que venimos solas, sin las familias”.

Según estimaciones oficiales, uno de cada tres turistas integra la franja etaria entre los 18 y 35 años, lo que genera una densidad de juventud que a lo largo del primer mes de enero podrá llegar al medio millón de personas.

Uno de los motivos del regreso de los jóvenes a “La Feliz” se debe a las múltiples posibilidades de divertimentos ofrecidos, tanto para el día como para la noche, apalancada en la denominada “nocturnidad cuidada”,  un accionar conjunto entre las fuerzas policiales, los privados y el gobierno municipal.

El menú de actividades para la juventud contempla todos los gustos, como recitales, fiestas electrónicas con artistas de primer nivel y numerosas fiestas temáticas con diversos géneros musicales, además de los paradores y balnearios.
Ana, Regina, Valeria y Delfina llegaron desde Rosario el 31 para celebrar el año nuevo en la ciudad. “Comimos sushi, porque era el cumple de una amiga, y nos invitó”, reseñó Ana con las bolsas del supermercado.

“Salimos todas las noches, a los boliches de Playa Grande y también fuimos al sur –contaron– porque la idea es salir e ir a la playa. La arena la pisamos pero al mar no nos pudimos meter por el frío. Esperemos que cambie antes de que nos vayamos”.

Con fecha de partida para el próximo 9, las estudiantes de Economía reconocieron: “Ordenamos un presupuesto y lo respetamos. Hasta ahora venimos bien”.