Llegar casi hasta el mar a bordo de su propio auto, internarse en el espejo de agua brava a bordo de un jet sky, almorzar un menú diseñado por alguno de los reconocidos chefs de la ciudad o disfrutar de una siesta sobre una de las tumbonas dispuestas bajo las sombrillas de paja son algunas de las alternativas que ofrecen los paradores del sur.

En la franja de arena comprendida desde el faro hasta el sector de los Acantilados, conocida como “las playas del sur”, son las más elegidas por distintas franjas etarias que abarcan desde los veinteañeros hasta familias jóvenes con hijos pequeños.

Una de las características básicas es la posibilidad de llegar hasta el mar a bordo de una 4×4, para plantar la sombrilla y desde esa locación pasar el día o la tarde en uno de los sectores playeros más buscados por las comodidades naturales que ofrece: amplias orillas y posibilidad de alquilar sombra.

Además, cada parador cuenta con los servicios habituales de cualquier balneario, con vestuarios, piletas y restaurantes con distintas orientaciones culinarias. Algunos instalan también sombrillas en la orilla y otros ofrecen tumbonas bajo las sombrillas de paja o “guarums”, sombrillas de paja más amplias que las convencionales.

Deportes y comida

Con bajas náuticas, los paradores del sur proponen la práctica de deportes acuáticos a motor, como los jets sky y los paseos en semirrígidos, algunos de los cuales suelen llevar -si las condiciones del mar así lo permiten- hasta la restinga a surfers para correr olas. La Restinga es el accidente geográfico sumergido bajo el mar, dónde finaliza el sistema orográfico de Ventania y Tandilia.

Mute Club de Mar es uno de los paradores históricos, que cuenta con todas las comodidades descriptas líneas arribas y es la sede de los recitales de música electrónica más convocantes de todos los veranos con la participación de numerosos artísticas internacionales de esa disciplina. Asimismo, en el marco de la pandemia por Covid, este verano cuenta con un vacunatorio con acceso para todo público.

La Restinga Club de Playa se erige en el medio de un bosque, con las comodidades clásicas de un balneario más el valor agregado de juegos para niños y clases de yoga, aquagym y zumba, además de la pileta climatizada.

Los más jóvenes optan por paradores con musicalización a toda hora, que en muchos casos combinan las clásicas carpas con actividades nocturnas como sucede en La Caseta. El reconocido chef Francisco Rosat es el creador de los menús del restó de Helena Beach, otros de los espacios elegidos tanto por las familias jóvenes con hijos chicos como la franja etaria comprendida entre los 20 y 30 que suelen “postear” sus actividades ociosas, en especial a orillas del mar.