Las escuchas de una fallida estafa con el bono de 10 mil pesos
Con la excusa del bono de 10000 pesos que entregó el Estado, delincuentes se hicieron pasar por personal de Anses para intentar vaciar la cuenta bancaria de la víctima, que al darse cuenta registró la comunicación.
La historia es ya conocida, hay delincuentes que aprovechan el aislamiento para realizar estafas telefónicas, cuentos del tío en los que se hacen pasar por trabajadores de Anses para engañar a las víctimas que necesitan cobrar el bono de 10000 pesos por el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE).
Sin embargo, en este caso, el llamado del estafador sonó en el teléfono del abogado Marcos Romero, que al darse cuenta de que intentaban estafarlo registró la comunicación que exhibe todas las artimañas que intentan utilizar los delincuentes para engañar a una víctima: desde cómo le indican que vaya a un cajero hasta la información que buscan sacarle.
En un informe publicado en LA CAPITAL, la mecánica de estos “cuento del tío” es mediante un llamado telefónico a una casa o celular y convencer mediante engaños a la víctima para que entregue dinero o claves personales. En estos días de aislamiento, el engaño es a través de un supuesto un trabajador de Anses. De esta manera el delincuente llama por el pago del bono del Ingreso Familar de Emergencia y se ofrece a ayudar a la víctima para realizar el trámite en un cajero automático y así agilizar el cobro. Cuando la estafa se concreta, esa “ayuda” termina en cuentas bancarias vaciadas.
“Un caballero o una dama se va a comunicar y te van a brindar los 22 dígitos que serían del Banco central y hacen la acreditación de los 10000 pesos en efectivo, si querés sacás el dinero”, se escucha que le dice el estafador, quien se había identificado como empleado de la central de Anses, al abogado Marcos Romero.
-¿Está en tiempo y forma para ir al cajero automático?
-Si, voy a tardar unos 40 minutos hasta llegar, voy en bicicleta.
-Bien, dame un segundito. No cortés la comunicación. Si te preparás para salir me vas avisando. (
Luego de unos segundos de un ruido exagerado de alguien usando un teclado, el estafador vuelve a hablar.
-Perfecto, se va a dirigir ahora al cajero, ¿no?
-Sí, agarro la bicicleta y voy.
-Te aguardo en línea, no me cortés la comunicación, te aguardo en línea y te ayudo en el servicio de home banking.
La situación, de por sí, parece rídicula. El supuesto trabajador de Anses se ofrece a esperar en línea a la persona y el abogado Marcos Romero, al explicarle que debe agarrar la bicicleta y pedalear unos 40 minutos, muestra a un más lo inverosímil que es la llamada y la propuesta del estafador.
-Quería hacerte una consulta porque me consultan del Banco Central. ¿Qué estarías cobrando desde la tarjeta del banco Itaú?
-No estoy cobrando nada.
-Cómo anda de qué sería la cuenta?
-Una caja de ahorro.
-Cuándo fue la última vez que tuvo movimiento esa cuenta?
-Ayer que fui al almacén.
-Si te podemos hacer la acreditación, será la cuenta. Has tenido más de 10000 pesos en la caja de ahorro eso.
-No, no tengo nada que cobrar en esa cuenta.
-¿Cómo la mantenés?
-Se mantiene con gastos administrativos. Tenía 1800 y gasté 1400 en el almacén.
-Perfecto, quedaron 1400 en la cuenta entonces.
-¿Pero desde cuando Anses pregunta tanto para darme el bono de los 10000 pesos?
-Tengo que preguntarte que ingreso tenés en la cuenta. No sé por qué te molesta tanto.
Este diálogo deja en evidencia el objetivo del estafador, saber exactamente de cuánto dinero dispone en la víctima para poder vaciarle la cuenta y ver si toda la operación tiene sentido o no.
-¿Esa es la única tarjeta que utilizás? ¿No tenés a nadie del Banco Provincia? ¿Papá o mamá que cobren jubilación o pensión? Te podríamos hacer la transferencia ahí.
-Sí, mi vieja pero no está acá.
-Es que si tuvieses a alguien del Banco Provincia sería ideal, porque ingresa todo más rápido y en dos minutos tenés la acreditación.
-¿Aunque no sea familiar mío? ¿Puede ser un amigo?
-Puede ser un amigo, no hay ningún inconveniente.
Este diálogo final, entre el abogado Romero y el estafador, muestra la desesperación del delincuente por concretar la estafa, que no le importa de quién puede ser la cuenta en la que depositaría Anses los supuestos 10000 pesos, ya que lo que necesita es una cuenta bancaria con dinero para vaciar.
Luego de tener al delincuente en el teléfono por casi una hora, el abogado cortó con la comunicación.
Este hecho fue denunciado por el abogado al 911, aunque, según explicó a LA CAPITAL, las autoridades no le dieron ninguna respuesta.
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