Lo "operan" al técnico pero la Selección contesta con triunfos y una buena posición en las eliminatorias. El dilema del enlace y el mejor acompañamiento para Messi.
por Vito Amalfitano
Gerardo Martino se siente perseguido por alguna operación, o por un par de medios o periodistas, o por todo eso junto. Aunque no los identifica, no está tan errado. Después de una serie exitosa como la que pasó para la Selección Argentina de fútbol, tras la cuál quedó en segundo lugar en las eliminatorias, cuesta entender algunas duras críticas, si se tiene en cuenta que ante similares situaciones, resultados halagûeños pero rendimientos no tanto, se fue mucho más benevolente, por ejemplo, con Alejandro Sabella, en la etapa clasificatoria.
Asistimos a una valiosa victoria de la Selección en Santiago y a una actuación aceptable con nuevo triunfo ante un rival sin equivalencias, Bolivia, en Córdoba. Pero desde algunos sectores se habla de Martino como si el equipo hubiera perdido o estuviera afuera del Mundial, lo que efectivamente sí era cierto antes de esta serie.
Por esas operaciones, o persecuciones, que quizá se deban atribuir a la salvaje interna de la AFA,-con algunos interlocutores útiles- Martino contesta muy a la defensiva en sus conferencias de prensa. Ve “fantasmas”, que existen, pero en todos lados. Porque además ya vivió una experiencia similar en Barcelona.
LA CAPITAL le consultó en la conferencia en Córdoba posterior al partido sobre la función de Ever Banega. En la pregunta, al deslizar que “ligeramente” se dice que la Selección juega con “tres números cinco”, quedaba implícito que estabamos de acuerdo con la respuesta que iba a dar el entrenador. Que, efectivamente, Banega no es “5” en la Selección, y que juega como en Sevilla, libre, suelto, como enlace con los delanteros. “Hay que mirar menos videos viejos de Boca y mirar más al Sevilla hoy”, contestó Martino, con una ironía “finamente” agresiva, pero que tenía como destinatarios a aquellos “operadores” en las sombras. Pero la pregunta iba más allá y ahí sí faltó respuesta. Si Martino se aferra a la idea de jugar con un enlace, con una especie de enganche,-lo cuál está muy bien para la identidad del fútbol argentino-, Banega parece ser hoy apenas una solución alternativa, un “plan B”, ante la lesión de Pastore (que tampoco parece ser el “plan A” definitivo), y ante la no maduración de otros jugadores con esas características, más allá de las promesas de los Lo Celso o los Cervi.
Mientras tanto, sigue faltando que le pasen más y mejor la pelota a Messi. Más allá de que en la noche cordobesa Gonzalo Higuaín lo hizo mejor que nadie ultimamente.