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Interés general 12 de agosto de 2021

“La voz en pandemia, uso adecuado y cuidados”

Por Silvina Intaschi
Fonoaudióloga

Por el uso continuo de tapabocas, protecciones faciales, distancia preventiva y la voz en la virtualidad (mensajes de audio, llamadas telefónicas, reuniones virtuales, utilización de plataformas virtuales, etc.), sumado al stress laboral y el contexto de pandemia, se ha observado un incremento de consultas por disfonías generadas por fatiga vocal, mal uso o abuso de la voz. Los síntomas referidos por las personas consultantes son: alteraciones en la respiración (falta de aire e incoordinación); resequedad (nariz y/o boca); molestias en la garganta por el esfuerzo al tratar de hablar a mayor intensidad.

Asimismo, una cuarta parte de quienes han contraído COVID-19 han presentado síntomas de disfonía leve a moderada, fatiga vocal, fatiga muscular general, que afecta el tono muscular del diafragma y por lo tanto la respiración.

Los barbijos y las máscaras plásticas funcionan como un filtro acústico, que atenúa las frecuencias agudas, perjudicando la inteligibilidad del habla. Afectándose además, la proyección de la voz, la lectura labial y gesticulación.

Por lo tanto, se sugiere:

• Utilizar mensajes cortos, hablar más lento, de frente al interlocutor/a. Las miradas y los gestos favorecen la comunicación.
• No desplazar la voz a frecuencias graves o agudas. Mantener un tono cómodo.
• Respirar entre frases, exagerar la articulación, evitar aumentar la intensidad.
• Prestar atención a los esfuerzos musculares al hablar, tratar de evitarlos.
• Apoyarse de información gráfica, escrita y gestual.
• Es muy importante la hidratación previa, durante y posterior a la jornada laboral.
• Descansar la voz luego de la jornada laboral e intercalar momentos de silencio durante la misma.

La voz en el trabajo virtual, recomendaciones:

• Cuidar la intensidad de la voz, evita gritarle a la pantalla.
• Controlar el ruido de fondo para evitar forzar la voz, tener mejor concentración y lograr una comunicación clara y eficiente.
• Hablar lento y claro. Se recomienda utilizar la voz durante 30 o 40 minutos y realizar descansos. Economizar el uso de la voz.
• Si utilizas auriculares, hacerlo en una intensidad justa, y si son de copa (cascos) mejor. Intensidad media-baja es lo recomendado. Realizar descansos auditivos y utilizar solo un auricular para poder monitorear la propia voz (intensidad y tono). Dosificar el tiempo de uso para evitar la fatiga vocal y auditiva.
• De usar micrófono, hablar en un tono cómodo (ni agudo ni grave), con buena articulación y a una distancia óptima de la boca, a una intensidad de suave a media.
• Realizar descansos entre clase y clase, algunos estiramientos, reposo vocal y toma agua, es recomendable hidratarse desde una hora antes de la clase con agua principalmente, té verde o de hierbas. También hacerlo al finalizar.
• Prestar atención a la postura, utilizar una silla cómoda, tratar de mantener la espalda recta y la cabeza en posición neutra (ni hacia arriba, ni hacia abajo), para evitar contracturas.
• Evitar el adelantamiento de la cabeza, para ello colocar el monitor/ computadora a una altura en la que no elevemos los hombros ni genere posturas inadecuadas de columna o cabeza.
• Por último, cuidar que la alimentación sea saludable y equilibrada, para tener más energía y evitar la pesadez. Se recomienda comer dos horas antes de una clase.
• Para evitar acidez y/o reflujo: comer liviano, evitar salsas, picantes, exceso de mate o café. No dejar de consultar con profesionales de la salud.

En caso de notar cambios en tu voz, que persisten por más de una semana consultar a un/a Otorrinolaringólogo/a o Fonoaudiólogo/a especialista en voz.

Ilustracion postura

 

La voz y el stress

 

Las situaciones estresantes provocan tensión generalizada en cabeza, cuello, garganta y mandíbula, así como en la parte superior del pecho, la espalda y los hombros, que fluye a través de todo el mecanismo de la voz. Cuando la tensión es demasiado grande, las cuerdas vocales dejan de trabajar de forma eficiente. Esto conduce a cambios en la calidad de la voz, sobre todo, respecto al tono, la intensidad y la resonancia, pudiendo conducir a la fatiga vocal o incluso, a la disfonía.

¿QUÉ HACER?

• Terapia de la Voz: con un/a especialista en Voz (Fonoaudiólogos/as).
• Asesoramiento/Psicoterapia: hay muchos enfoques psicológicos diferentes disponibles.
• Actividad física y recreativa.
• Aroma-terapia, relajación guiada, yoga, otros.
• Alimentación saludable y equilibrada.

Rutina para una voz saludable:

• PREPARAR LA VOZ: antes de utilizarla intensamente realizar ejercicios sencillos tales como: masajes en rostro, cuello, mandíbula. Relajación de hombros, cuello y espalda. Burbujas en agua sin sonido y en tono cómodo, vibración de labios en tono cómodo y entonando canciones sencillas.
• HIDRATACIÓN: antes, durante y después de la actividad vocal.
• ARTICULAR MUY BIEN EL HABLA, NO GRITAR, HABLAR LENTO Y ACOMPAÑARLO DE LA GESTUALIDAD Y LA RESPIRACIÓN.
• DESCANSOS: entre clase y clase, reuniones, etc.
• ENFRIAMIENTO: estiramientos de la musculatura corporal y vocal, para volver al tono habitual, mediante vibración labial.