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La Ciudad 13 de abril de 2025

“La vejez es el momento de la vida donde no hay que rendirle cuentas a nadie”

El reconocido gerontólogo Diego Bernardini asegura que durante el envejecimiento "llega el momento de las preguntas existenciales". "Empezamos a cotejar qué vida soñábamos, qué tenemos, y entendemos lo que es la finitud", afirma.

Diego Bernardini dio una charla en Mar del Plata.

 

Por Natalia Prieto
np@lacapitalmdq.com.ar

Desarrollo de buenos hábitos, cuidado integral de la salud y sociabilización son algunas de las recomendaciones del doctor Diego Bernardini para disfrutar de una vejez interesante. Antes de la charla “La vida, parte II”, que brindó en la sede del Colegio de Escribanos organizada por la fundación OSDE, el especialista en Gerontología dialogó con LA CAPITAL. Sugerencias desde un enfoque innovador para repensar el envejecimiento, con herramientas y estrategias pensadas para el buen vivir.

-¿Por qué denominás a la segunda mitad de la vida como “la más larga e interesante”?

-Porque en esa etapa entramos después de los 40 hasta los 100, y en comparación con la adolescencia o la juventud, ésta es la más grande e interesante porque llegamos a ese momento habiendo experimentado, habiendo tenido tristeza, pérdidas y muchas alegrías, habiendo cumplido con lo que se esperaba de nosotros, un oficio, una educación, un rol, una familia. Entonces, empezamos a decir ya cumplí, ahora empiezo a mirar lo que quiero para adelante y empiezan una serie de replanteos muy personales, muy propios.

-¿Es la etapa de disfrute después de cumplir con lo estipulado?

-Es el momento de la vida donde no hay que rendirle cuentas a nadie. En ese sentido, se es egoísta en cuanto a privilegiarse uno. En ese momento empezamos a cotejar qué vida soñábamos, qué tenemos, y entendemos lo que es la finitud de la vida. Es el momento de esas preguntas existenciales.

-Muchos hablan de la crisis de los 40 o los 50.

-Ya no se habla de crisis. En los estudios actuales, cuando se le pregunta a quienes están transitando ese momento de la vida, lo consideran como un momento de transformación. No lo relacionan ni con envejecimiento ni con una crisis ni con pérdidas, sino con un cambio de óptica. Me parece que ahí hay un punto importante porque tiene que ver con cómo se vive en el siglo XXI, que no es como se vivía antes. Eso me parece que es un punto muy relevante de transformación, que no es igual a cambio. El cambio es algo externo, viene de afuera, mientras que la transformación es tomar esos cambios y darles un sentido de lo que está pasando en ese momento. La segunda mitad es eso, se le está dando un sentido diferente a la vida.

-¿Hay una edad cronológica en la que empezamos a envejecer?

-Claramente no nos pasa a todos de la misma forma. En términos generales, dejamos de percibirnos jóvenes pasados los 40, ya se siente que hay cosas que van cambiando. También hoy sabemos que la edad cronológica, la que tenemos, no es como dicen muchos ´es un número y no es importante´. No, es un número y está ahí, pero la edad lo único que te dice es el tiempo que estás vivo. No te habla de tus sueños, ideas, proyectos, ganas de vivir o no. Eso también nos confronta con un desafío que a mí me parece muy importante, que es no romantizar el paso del tiempo, la vejez. No es fácil envejecer, es todo un tema. Hay personas que lo llevan bien, otras no tanto. Y tenemos datos en base a la investigación médica que nos dicen que podemos intervenir sobre esos estados de ánimo, pensar sobre nuestra salud y tenemos que actuar a nivel social. Tenemos desafíos: cómo cuidar la salud para no caer en dependencia, cuidar nuestros vínculos afectivos y emocionales para no quedarnos solos. Por otro lado, el tema de entender que cada uno tiene por detrás un curso de vida y eso te va a condicionar el día de mañana, cuando seas mayor. Es una transformación que no solo es personal, sino social, de la comunidad. Mar del Plata es un lugar clave para eso.

-Bueno, es la ciudad del país con mayor población de adultos mayores.

-Mar del Plata tiene la posibilidad de ser modelo para la región y el país. Hay que pensar una política pública y compromiso comunitario que hoy todavía no existe.

-¿Y qué hay que hacer?

-Hay que pensar, buscar mecanismos, tenemos que ser suficientemente ingeniosos para que la persona que no puede llegar a tener esos medicamentos pagos los tenga. Y los que puedan pagarlos, que los paguen como un mecanismo de solidaridad. La jubilación es un mecanismo de solidaridad, es un invento del siglo XX. Hoy tenemos menos hijos, vivimos más, hay que cambiar la óptica.

Bernardini 06

-¿El sistema debería cambiar?

-Totalmente, lo que entendemos por jubilación, retiro, flexibilización laboral. No podemos seguir jubilando a las maestras a los 55 años, porque estamos perdiendo a gente de mucha experiencia. Hay que empezar a trabajar un poco eso, sobre la vida de cada uno y un compromiso de vida pública.

-Mucho se habla de la “revolución silver”.

-Todo esto está generando un movimiento que se conoce como economía de la longevidad, donde entran las necesidades que tenemos las personas mayores de 50, que buscamos otro tipo de productos, de servicios, aquellas personas que necesitan cuidados, aquellos hijos que deben resolver situaciones de padres, aquellos mayores que quieren seguir trabajando, emprendiendo, aportando. En definitiva, uno es consumidor hasta el último día de vida, pero también puede ser productor, en el sentido de poder aportar. Hoy lo que está faltando en la sociedad es darle a esas personas, a ese grupo, la oportunidad de aportar, de seguir comprometidos de alguna manera, de seguir brindando esa experiencia que fue acumulando durante la vida.

-¿Envejecemos como vivimos?

-Creo que sí. El que fue jodido toda la vida va a ser un jodido de grande. El que fue bueno de joven también lo será de mayor. Lo importante es que así como aprendemos un oficio o un idioma, podemos aprender a envejecer. Y es bueno que aprendamos, porque las personas que no se llevan bien con el paso del tiempo no solo sufren, sino que viven menos y lo pasan peor. Así como dicen que todos tenemos un niño en nuestro interior, también tenemos a un viejo. Hay que hacerse amigo.

Recomendaciones para el buen vivir de la segunda mitad

“El indicador cualitativo de una buena o mala vejez es la salud. Si tenés buena salud, va bien. Ahora, si tenés mala salud, la vas a pasar muy mal”, afirmó el doctor Diego Bernardini.

En ese sentido, consideró: “A la salud podés trabajarla durante toda la vida, podés empezar a moverte a los 70 años, salir a buscar gente, hacerte chequeos médicos. Los hábitos saludables se pueden aprender”.

Y afirmó que “todo es una cuestión de hábitos”, razón por la cual recomendó “moverse más, cerrar el pico y mantener un peso adecuado; estar rodeado de gente amiga, afectos que te quieran y te lleves bien; y es importante la posibilidad de dejar un legado, un propósito de vida. Los que piensan en el otro suelen tener mayor satisfacción”.
Un destacado profesional

Diego Bernardini se recibió de médico en la Universidad de Buenos Aires (UBA) en 1996 y tiene un máster en Gerontología por la Universidad de Salamanca (España). Actualmente, reside entre Buenos Aires y Washington DC y es profesor titular de la cátedra “Salud del adulto mayor” en la Escuela Superior de Medicina de la Universidad Nacional de Mar del Plata, entre otras actividades académicas.
También lidera la comunidad de aprendizaje “La segunda mitad”, con capacitaciones y servicios para el segmento 50+, produce y dirige la serie de podcast “La segunda mitad” junto a Flora Proverbio, brinda charlas y escribe libros. Más información en www.diegobernardini.com.