Ayer, en la Plaza de la Memoria ubicada en el Complejo Universitario de la ciudad, autoridades de la institución, junto a referentes de organismos de derechos humanos y representantes de la vida de la comunidad, realizaron un acto en conmemoración de los 41 años de la última dictadura cívico militar que sufrió el país.
A poco de finalizarse su mandato, el rector de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP), Francisco Morea, destacó el rol de la educación pública como garante de los derechos de toda la sociedad.
Luego de agradecer a los presentes, aseguró que “la universidad ha sido siempre en la Argentina el foco donde los represores ponían el ojo”.
Estos “ataques”, señaló, no eran “distraídos”, porque “la universidad que no se quería era la universidad que pensara, cuestionara, avanzara, tanto en los términos científicos y en las ciencias duras, como cuestionando los sistemas sociales imperantes”.
“La universidad tiene la capacidad, en sus jóvenes, no sólo de la militancia y movilización, sino que tiene también las posibilidades de generar alternativas científicas y viables a estos sistemas”, sostuvo, al tiempo que señaló que esto “afecta a los sectores del poder que todavía no tenemos desmantelados”.
“Si nosotros queremos terminar con los golpes militares, que dado el siglo XXI puede cambiar de modalidad y ser distintos, tenemos que denunciar y transitar el camino de cuáles son los intereses concentrados de la Argentina. De esos intereses concentrados en Argentina, vamos a encontrar mucho de los ideólogos y articuladores de la política que, en el siglo XX, nos llevaron a los golpes de Estado”, concluyó.

“Hemos escuchado verdaderas injurias”

Por su parte, Leda Barreiro, de Abuelas de Plaza de Mayo filial Mar del Plata, se mostró muy contenta por la convocatoria del acto.
Recordó que su hija, desaparecida durante la dictadura, fue víctima de la Concentración Nacional Universitaria (CNU) y señaló a la Universidad como el lugar en donde “todo comenzó”.
Señaló al 24 de marzo de 1976 como “un antes y un después” y ratificó su incesante búsqueda por su nieto.
“Seguimos en la búsqueda, no se va a terminar con nosotros, porque a todos nos marcó”, señaló.
En este sentido, se mostró molesta con algunas declaraciones por parte de funcionarios públicos en los últimos tiempos.
“Hemos escuchado verdaderas injurias de parte de un gobierno democrático”, dijo y mencionó una frase que un funcionario de segunda o tercera línea habría dicho: “Lo que pasa es que los militares se equivocaron, tendrían que haberlos fusilado y entregar el cuerpo a sus familias y entonces se terminaba esa cosa de los desaparecidos”.
Su respuesta fue contundente: “Fue terrorismo de Estado, un plan sistemático de robo de bebés por razones políticas, fue un hecho sin precedentes”.

En la memoria de los jóvenes

En representación del cuerpo de alumnos de la institución, Ana Catelen, presidenta de la Federación Universitaria Marplatense, mostró el compromiso de los más jóvenes en la reivindicación de la lucha por la memoria, verdad y justicia.
Señaló que si bien los sucesos de la historia argentina que se conmemoran no forman parte de “la memoria individual”, sí sienten la “responsabilidad de ser parte de la memoria colectiva”.
También destacó la presencia de los jóvenes como necesaria, “por el momento que estamos viviendo como sociedad y por lo que se pone en debate desde el mismísimo Gobierno nacional”.
“Hemos vivido y escuchado frases, discursos y acciones que nos dan a entender cuál es la idea del Gobierno nacional de los derechos humanos”, señaló.
A su vez, le otorgó a la universidad el rol de “contrapeso” frente “a la actual gestión oficialista del municipio con dichos tan desafortunados como que ‘hace 40 años estábamos mejor'”.