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Interés general 23 de febrero de 2023

La tragedia de las gemelas marplatenses que conmociona a Cataluña y reabre el debate sobre el bullying

El pasado martes dos hermanas oriundas de Mar del Plata, de solo 12 años, decidieron lanzarse desde el balcón de su casa, angustiadas por una situación emocional extrema. Trasfondo social y de bullying en la escuela a la que asistían tras la elección de una de ellas de cambiar de sexo.

Imagen publicada por el diario La Vanguardia sobre ofrendas dejadas en el lugar del hecho.

Alana y Leila, dos gemelas marplatenses de 12 años, se arrojaron desde el balcón del tercer piso en el que vivían en Sallent, un municipio de Cataluña, España, a raíz de lo que se supone un trasfondo de bullying escolar. Alana murió en el acto y Leila permanece internada en el hospital Parc Taulí de Sabadell.

El trágico suceso, que conmociona a la pequeña localidad, pero también a toda la región catalana, ocurrió el martes por la tarde cuando la madre trabajaba en una cafetería y el padre se hallaba en otro sector del domicilio.

Su acento argentino y su condición de extranjeras habían sido, según refiere la investigación, los primeros elementos sobre los que se basaban otros alumnos para mofarse de ellas. Esto se incrementó en el último tiempo luego de que Alana informara a algunas compañeras que quería cambiarse de sexo y que la llamaran Iván. El abuelo Gustavo Lima que vive en Mar del Plata confirmó esto en diálogo con LU6 que “hace dos o tres meses se había empezado a cortar el pelo como un varoncito y se empezó a vestir como un varoncito. Ella había decidido cambiar de género. Y en la escuela le hacían bullying, la molestaban”.

De hecho, en lugar de llamarla Iván, como Alana pretendía, la llamaban “Ivana”.

Según informa el diario La Vanguardia y a pesar de toda esta evidencia, el Departamento de Educación de Cataluña y el Ayuntamiento negaron que las chicas fueran molestadas pero sí que estaban recibiendo tratamiento psicológico relacionado a cuestiones “sociales y familiares”.

El miércoles el alcalde del municipio, Oriol Ribalta, pidió respeto por la familia y en el pueblo comenzaron las muestras de apoyo, que se manifestaron con tres minutos día de luto, un minuto de silencio y con numerosas ofrendas frente a la casa del número 4 de la calle Estació. “Hoy puede ser el hijo/a de otro. Mañana puede ser el tuyo. ¡Stop Bullying”, decía uno de los carteles entre flores y velas encendidas!

El propio Ribalta este jueves en una comunicación telefónica concedida al diario ABC dijo que “dado que está bajo investigación no se descarta nada pero, de entrada, no hay hechos reales que indiquen que había acoso.  Tenemos que entender que es un caso social complejo y por lo tanto apuntar a algo por un solo hecho es hacer caso omiso de la verdad”. Además agregó que “al Ayuntamiento, que sí atendió a las niñas tras su llegada a España, no consta que hubiera una posible transfobia o xenofobia”.

Minuto de silencio en la plaza del ayuntamiento. Foto Agencia Catalana de Noticias.

Minuto de silencio en la plaza del ayuntamiento. Foto Agencia Catalana de Noticias.

 El episodio

Los Mossos d’Esquadra, el cuerpo de policía catalán, fue el primero en llegar al lugar el martes tras la comunicación al número de emergencia 112. Eran las 15.58. En el balcón del tercer piso había dos sillas que las hermanas habían acercado para ganar altura y dejarse caer. A un lado sendas cartas.

“En las cartas que dejaron Alana les pidió disculpas a todos, pero decía que no soportaba el acoso, el bullying que le estaban haciendo sus compañeros”, sostuvo el abuelo en la entrevista. Luego agregó que “Leila dijo que si su hermana no era feliz ella el resto de su vida tampoco iba a serlo, pero dijo que no quería morirse. Dijo que la iba a acompañar porque estaban juntas en todo”.

Tras caer sobre la vereda, Alana murió en el acto, mientras que su hermana sufrió fractura en los brazos, mandíbula y lesiones internas en la zona abdominal. Su estado es grave.

Alana y Leila concurrían en Mar del Plata a la escuela N°6 hasta que, en 2020, poco antes de la pandemia, partieron hacia España junto a sus padres y otro hermano. El padre trabajaba en la cocina del Hospital Interzonal y, luego de algunas idas y vueltas en pueblos españoles, se afincaron en Sallent, un pequeño municipio de poco más de 7.000 habitantes.

En los días previos a la decisión tomada por las gemelas, una de ellas había ensayado una especie de despedida con una compañera, pero ésta no lo tomó demasiado en serio, refirieron las fuentes. A partir de lo sucedido, el colegio al que concurrían activó protocolos para este tipo de casos, con distintas actividades de reflexión y acompañamiento.