“La suma de todo lo que está mal”: Iti El Hermoso en “Lo que quieren las guachas”
Declarada de Interés Cultural por el Partido de General Pueyrredon, "Lo que quieren las guachas" presenta sus últimas cuatro funciones.
Se avecina el fin de la temporada 2022 y “Lo que quieren las guachas” tiene nada más que cuatro funciones por delante. Dirigida por Mariana Cumbi Bustinza, esta pieza teatral se presenta los viernes, sábados y domingos a las 23 en el teatro Séptimo Fuego (Bolívar 3675). La entrada es a la gorra, pero se debe reservar en el Instagram de la obra (@loquequierenok) o llamando al 495-9572.
Esta pieza teatral contrapone lo ingenuo con lo explícito y abarca la violencia, el deseo, el miedo y el placer mientras hace especial hincapié en la discriminación y los prejuicios existentes entre las distintas clases sociales.
LA CAPITAL tuvo la oportunidad de conversar con Iti El Hermoso, quien interpreta a Valentino y supo describir en profundidad qué es “Lo que quieren las guachas”.
-Si tuvieras que explicarle a alguien que nunca vio la obra de qué trata, ¿qué le dirías?
-La obra abarca la diferencia de oportunidades entre clases sociales y está atravesada por el machismo y el aborto. Esta obra se empezó a hacer antes de que el aborto sea ley, pero igual creemos que sigue siendo importante hacerla y contar la historia, porque ambos tópicos atraviesan transversalmente la diferencia entre clases sociales, entre gente que quizás nace sin tantas oportunidades y gente que nace con todo acomodado. Y, ¡no te puedo contar más porque “spoileo” la obra!
-¿Cómo fue la construcción de tu personaje?
-Mi personaje es como la suma de todo lo que está mal en el universo. Es machista, clasista, misógino, racista. Creo que tiene todas las cosas posibles que pudimos meter. Y la construcción fue fácil porque lamentablemente hay muchos ejemplos de gente así que he conocido desde muy chico, muchos en mi seno familiar lamentablemente, así que tuve mucha fuente de inspiración para hacerlo. Al principio, me costaba mucho porque hay tratos muy bruscos con compañeras y yo soy cero así, así que me cuesta un poco en ese sentido. Además, salgo y la gente me insulta, eso tampoco me gusta mucho.
-¿Cómo sentís que juega lo explícito? Porque es una obra que no romantiza la realidad social y que también habla mucho de los prejuicios ¿Qué rol sentís que cumplen ellos en la obra?
-Para mí, hay gente que ve la obra y flashea que este teatro es muy necesario para hablar y discutir, y hay gente que la ve y dice ‘esto es muy exagerado’. Yo te puedo decir por experiencia propia que si creciste o estuviste en alguna relación donde hay violencia y cosas así, no es nada exagerado. De hecho, hay cosas mil veces peores. En ese plan, me parece que todo lo que tiene que ver con el diálogo entre clases sociales está lleno de prejuicios todo el tiempo y, por más que la gente se quiere hacer la deconstruida, es una mentira que tratamos de construir; el prejuicio existe y es indiscutible. Nosotros tratamos de verlos y yo siento que la gente al ver todos esos prejuicios y esas actitudes de golpe dice ‘ah, esto existe, me pasa y entiendo que no debería ser tan así’.
-Claro, ponen el foco en cosas que por ahí hay gente que no tiene en cuenta directamente…
-Hay gente que no ve estas cosas hasta que no las ve representadas, por eso es importante la ficción. Genera un diálogo de otro tipo. Vos le podés ir a decir a un pibe ‘che, sos re machista’ y el chabón te va a decir ‘ni a palos’. Pero de golpe si ve algo donde el personaje es un villano y es re machista y se siente identificado, va a flashearla porque va a decir: ‘¿Así soy? ¿Así me ven? ¿Esta criatura soy? ¿Esto es lo que genero en la gente?’. Yo creo que para personas que son así está bueno porque es mucho más útil que señalarlo y decirle ‘vos estás mal’.
-¿Por qué la gente debería ver “Lo que quieren las guachas”?
-Porque, primero, está buenísima; segundo, está muy bien actuada; tercero, porque estoy yo; cuarto, porque es una obra muy necesaria para la discusión social; quinto, porque se van pensando, que es muy importante; y sexto, porque no hay mucho teatro de este tipo, que sea de estas problemáticas sociales cotidianas y que sea tan crudo.