Como se repite en cada femicidio, el dolor perdura en el tiempo y se instala en las familias, en los allegados, en los amigos. Y ese dolor, cuando la víctima tenía hijos, es más palpable, más evidente todavía. Mientras el imputado está detenido, las personas siguen llorando el asesinato de una mujer por la violencia extrema de un hombre.

Carolina Barrios fue asesinada por su expareja, Ricardo Ramón Burgos Duarte, quien comenzó a ser juzgado este martes en el Tribunal Oral N°2 y su familia estuvo presente, porque la familia queda y lleva el dolor en remeras, en banderas, en el reclamo de justicia.

“Estamos muy mal, pensamos que llegar a esta fecha iba a solucionar algo y nos dimos cuenta que no, que fue revolver más todo lo que pasó”, expresó la hermana de Carolina, Daniela Faga y agregó: “Mis tres sobrinos están contenidos, pero esperando a su mamá todo el tiempo. Todos estamos muy mal”.

Daniela Faga dijo que llegaron al inicio del debate contra Burgos Duarte para “pedir justicia”, aunque sabiendo que lo que suceda no cambiará lo que sucedió. “La sentencia que le den a mí no me va a devolver a mi hermana. No me importa lo que le pase, esté 100 años preso o se muera, no me importa. El solo hecho de que respire, se levante, vea el sol, se lave la cara, que tenga derechos cuando mi hermana nunca los tuvo. Para mí no hay justicia que valga“.

Daniela explicó que Carolina Barrios había sido amenazada en más de una vez por el imputado por “homicidio agravado por el vínculo”. “Él la seguía a todos lados, la molestaba por teléfono, por redes sociales y le decía que la iba a matar, que no estuviera con sus hermanos, ni con su mamá, que dejara a sus hijos así no tenía contacto con el papá de los nenes”.

Si bien no hay denuncias formales realizadas, lo que grafica la hermana de la víctima expone una situación de violencia de género concreta. Además, Daniela asegura que Burgos Duarte le había pegado cachetadas en más de una oportunidad .

La hermana de Carolina explicó que la situación de pareja entre víctima y victimario comenzó a empeorar porque él “no toleraba la presencia del hijo” de ella. Ante esta situación, Carolina había decidido dejar a los nenes con el papá, “por miedo a que les hiciera algo”.

“Mi hermana había terminado la relación, pero él había comprado la parte de atrás de la casa donde Carolina vivía”, esa casa, la de Brumana al 1000 se volvió el escenario de la fatídica noche del 23 de diciembre de 2017.

“Ese día Carolina había llegado de trabajar, él empezó a decir cosas. Ella estaba preparando cosas para la cena de Navidad, estaba hablando conmigo por teléfono, estábamos haciendo los planes y ahí me dijo que estaba renegando con su ex”, recordó entre lágrimas Daniela.

Esa fue la última conversación que las hermanas tuvieron. Luego, lo que se sabe, lo que salió publicado en las crónicas policiales: Burgos Duarte, borracho y fuera de sí, discutió con amigos, amenazó con matarse y con matar a Carolina y al final cumplió una de esas dos.

Burgos Duarte sobrevivió a su “intento” de suicidio y fue detenido en Navidad. Carolina Barrios no contó con esa chance y el dolor por su muerte se mantiene en su hermana, en sus hijos, en el resto de su familia y en todos los que llegan a este juicio para reclamar una condena, aunque saben que eso tampoco les devolverá a “La Caro”.