La ropa hallada en el cementerio de Miramar es de otro bebé
Ayer a la tarde se hizo el reconocimiento ocular de la bermuda y la camisa halladas en la necrópolis de Miramar mientras se investigaba la desaparición del cadáver de Ciro Lescano. Los familiares aseguraron que las prendas eran del niño fallecido y el fiscal del caso pedirá la exhumación.
El cementerio de Miramar, escenario de un posible segundo robo de cadáver de bebé.
MIRAMAR (Corresponsal)
Camila Rodríguez y Nahuel Cepeda, padres de Liam Rodríguez (2), el niño fallecido en febrero pasado al caérsele un televisor encima, reconocieron ayer la bermuda y la camisa encontrada en el cementerio de Miramar durante la investigación del robo del cadáver de Ciro Lescano.
“Es la ropa que le habían colocado para el sepelio“, dijo una alta fuente a LA CAPITAL y ahora el fiscal Alejandro Pellegrinelli solicitará la exhumación de la tumba con las peores presunciones, ya que es altamente probable que haya un nuevo caso de robo de cadáveres de bebé en Miramar.
El reconocimiento de las prendas lo hicieron los padres y otros familiares del niño, lo que reafirmó aquello que ya habían asegurado tras ver las imágenes publicadas en Facebook por la madre de Ciro Lescano.
La diligencia se llevó a cabo en la sede de la Sub Departamental de Investigaciones local, situada sobre diagonal Illia entre 20 y 22, donde el titular de la dependencia, Octavio Olmedo junto a su grupo de trabajo mostró la vestimenta al grupo familiar, con resultado positivo. Era lo que Liam llevaba puesto el día del funeral.
La posibilidad de un segundo robo de un cuerpo de bebé del cementerio de Miramar surgió cuando la policía de Miramar realizaba un rastrillaje en el marco de la investigación del caso Lescano.
El cadáver de Ciro Lescano fue sustraído de su tumba entre el 3 y el 5 de julio pero su madre lo advirtió a mediados de este mes. El 18 de julio pasado, en la primera jornada de búsqueda del cuerpo de Ciro, los policías observaron una bermudas de jean y una camisa de color celeste. El asombro llegó cuando la madre de Ciro dijo que no eran de su hijo esas ropas. Luego, tomó una foto y la publicó en Facebook.
Los padres de Liam, a quien habían sepultado en el mes de febrero, vieron la imagen y se dirigieron a la policía a denunciar que era la ropa de su hijo.
El fiscal Pellegrinelli estaba a cargo de la investigación del caso Ciro Lescano recepcionó la denuncia y pidió secuestrar las prendas y someterlas a un peritaje geológico y químico, recién finalizado en la mañana de ayer.
Desde la Policía Científica le dieron algunos resultados que hicieron pensar que podía tratarse de la ropa de Liam, pese a que también indicaron que no tenía manchas de fluidos. Una vez liberadas las prendas, horas después se las exhibieron a los padres, quienes ratificaron lo que habían dicho antes: eran las de su hijo.
Lo extraño del caso es que solo cuatro días después del entierro de Liam, sus padres colocaron una lápida de material que cubrió la tumba. Ese dato y aquel resultado pericial arrojan una conclusión estremecedora: si el cuerpo no está en la tumba, lo robaron antes de que pusieron la lápida, allá por el mes de febrero.
A propósito, ayer los padres y otros parientes declararon y se les preguntó cómo se desarrollaron los hechos durante el día del fallecimiento del niño, el velatorio y posterior sepultura.
Con esta información el proceso investigativo seguirá adelante y ahora deberá actuar la Fiscalía de Turno que pedirá a la Justicia de Garantías que habilite una orden exhumación del féretro a realizarse, probablemente, durante el fin de semana.
LA CAPITAL pudo saber que la Policía Científica de Mar del Plata puso al fiscal Pellegrinelli en contacto con un grupo de antropólogos forenses que trabajan en la provincia de Corrientes y que se especializa en rituales aborígenes y de grupos religiosos y pseudoreligiosos. Este aporte puede significar una nueva mirada sobre estos hechos que por el momento generan desconcierto.
Vale recordar que en el año 2017 los cuerpos de los niños Matías Fernández Tejerina (2) y Ciro Aranda (1) fueron sustraídos del cementerio de la localidad de Comandante Nicanor Otamendi, también perteneciente, como Miramar, al partido de General Alvarado.