Durante su ponencia, Brutomesso expuso que a medida que ha ido creciendo la población mundial, el comercio se ha convertido en uno de los principales catalizadores de la globalización. El auge del comercio ha impuesto nuevos estándares y requerimientos a los métodos de carga y transporte, así como a los mismos puertos. En los últimos 50 años, la capacidad de carga de los barcos se ha incrementado en un 1200%. En 1968, un barco de carga tenía capacidad para 1,530 contenedores normalizados (20 pies o 6.1 metros). Hoy en día, los barcos de carga tienen capacidad para 19,000 contenedores normalizados, y ya se encuentran en desarrollo barcos con capacidad para 22,000.
Crecimiento de la capacidad de carga marítima en los últimos 50 años. Fuente: worldshipping.org
Esta tendencia no es única en la industria del transporte marítimo. El fenómeno conocido como “gigantismo” también es común en la industria del turismo. En 1912, el RMS Titanic contaba con capacidad para 3500 personas aproximadamente (tripulación y pasajeros). En la actualidad, el crucero más grande del mundo—el “Harmony of the Seas” de la compañía Royal Caribbean International—tiene una capacidad de más de 6000 pasajeros.
Siguiendo estas tendencias no es difícil imaginar un futuro en el que los barcos cruceros sean parte del “Skyline” de las ciudades. Estos patrones de crecimiento tienen grandes implicaciones para los puertos—mayores requerimientos de espacio, energía, capacidad logística, dotación de personal—las cuales han complicado las relaciones entre el puerto y la ciudad.
Puerto de Nassau, Bahamas. Foto: Andreina Seijas
Fases de desarrollo de los puertos urbanos
De acuerdo con Brutomesso, inicialmente existía una simbiosis entre el puerto y la ciudad. Esta relación solía ser tan íntima que las calles urbanas llegaban hasta los muelles. En otras palabras, casi no existía una separación entre el puerto y la ciudad. Una vez que la actividad portuaria comercial adquirió éxito, los puertos alcanzaron una etapa de expansión en que crecieron más allá de sus dimensiones originales y cambiaron la huella urbana y la imagen de las ciudades.
Foto histórica del puerto de Londres, antes el más grande del mundo y hoy el segundo del Reino Unido. Fuente: The Times
Si esta expansión continua, da lugar a la etapa de separación en la que se produce una fractura entre la ciudad y el puerto. Para Brutomesso, el conflicto que se produce radica en que existe un contraste pronunciado entre las condiciones sociales de la ciudad y las oportunidades económicas que brinda el puerto. El objetivo último es armonizar las relaciones entre el puerto y la ciudad, apuntando a la colaboración y a la convivencia.
Para lograr esto, Brutomesso ofrece una serie de recomendaciones:
- Entablar un diálogo entre las autoridades portuarias y municipales en el que se puedan identificar distintas zonas y/o articulaciones en el puerto donde realizar intervenciones armonizadoras. En este proceso deben participar diversos actores—instituciones públicas y privadas involucradas en la gestión portuaria, los cuerpos laborales, el marco legislativo, la seguridad y control, el medio ambiente—cuyos intereses deben tomarse en cuenta para lograr un consenso duradero.
- Identificar oportunidades de reconciliación y acercamiento, las cuales existen en las zonas de conexión puerto-ciudad, o en las que normalmente se encuentran los cruceros. Por ejemplo, los terminales de pasajeros pueden servir como bisagras entre la relación de las actividades portuarias (tráfico de pasajeros y cruceros) y las actividades de la ciudad. Los waterfronts o líneas costeras también ofrecen oportunidades interesantes pues no suelen ser áreas puramente comerciales sino que abarcan también usos turísticos o deportivos.
World Trade Center, un complejo empresarial con oficinas, comercios y hotel situado junto al puerto de Barcelona. Fuente: World Trade Center
- Lograr un conocimiento mutuo de los retos: Si se toman en cuenta las necesidades de ambas partes, aumenta la probabilidad de formular planes unificados para el desarrollo el puerto y la ciudad que logren minimizar externalidades negativas tales como tráfico, efectos ambientales, empleo, seguridad, entre otros. Estos programas tienen como objetivo promover la competitividad y fortalecer el branding de la ciudad, un elemento clave para atraer inversiones y capital nacional e internacional.
Hacia un plan unificado para el desarrollo puerto-ciudad
Para Brutomesso, los mejores planes son aquellos que incluyen equipos de trabajo multidisciplinarios en los que expertos técnicos y autoridades trabajan de la mano para alcanzar acuerdos sobre la visión futura de la urbe. Dicha visión integrada incluye:
- La recuperación de espacios portuarios obsoletos y abandonados,
- La mejora de condiciones ambientales especialmente en los terminales portuarios,
- La modernización de terminales de pasajeros,
- El desarrollo de redes de infraestructura de transporte para el tráfico portuario (carreteras, ferrocarriles y canales), y
- Nuevas maneras de formular e institucionalizar el diálogo entre el puerto ya la ciudad, entre otros.
(*): trabaja en el BID desde junio de 2015 para apoyar al equipo de eventos y conocimiento del programa de Ciudades Emergentes y Sostenibles.
BLOG: http://blogs.iadb.org/ciudadessostenibles/
TWITTER: @BID_Ciudades
Este es un artículo original del Blog de Ciudades Sostenibles de la División de Vivienda y Desarrollo Urbano del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).