La Plata, capital nacional del alcaucil
Es el quinto producto en el país en obtener la Indicación Geográfica. La capital bonaerense gana cada vez más importancia a nivel internacional en la producción de este vegetal.
Alcaucil.
por Hernán Marty
LA PLATA (Corresponsalía).- La ciudad de las diagonales, la ciudad donde las calles no tienen nombre, la capital provincial… Son tantas las formas de llamar a La Plata, que nada costaría agregarle una más: “capital nacional del alcaucil”.
Y ciertamente no se exageraría al citarla de esa forma, ya que allí se producen más del 60% de las alcachofas de nuestro país y se encuentran el 97% de las tierras bonaerenses para su cultivo. Teniendo en cuenta que la superficie total de su siembra en Argentina es de aproximadamente 1750 hectáreas, 900 pertenecen a La Plata, 450 a Cuyo, 250 a Rosario y 150 a Mar del Plata.
Cabe destacar también que es en tierras platenses en donde se concentran y se ostentan los mayores rindes para este noble fruto, con 14 toneladas por hectárea, cifra que duplica el promedio nacional.
Tan importante es la zona en la producción argentina, que desde hace dos años obtuvo un reconocimiento por parte de Presidencia de la Nación, quien a través del Ministerio de Agroindustria por la Secretaría de Agregado de Valor y la Subsecretaría de Alimentos y Bebidas, otorgaron al producto la identificación de Indicación Geográfica (IG) para “Alcauciles Platenses”, un sello distintivo que en el país ostentan solamente el Chivito Criollo del Norte Neuquino, el Salame típico de Colonia Caroya, el Melón de Media Agua de San Juan, el Cordero Patagónico y la Yerba Mate.
En aquella ocasión, el secretario de Agregado de Valor del Ministerio de Agroindustria de la Nación, Néstor Roulet, remarcó que “detrás de un producto hay vida y hay trabajo. Este reconocimiento es una forma de honrar a todos los horticultores que se levantan todas las mañanas trabajar la tierra que es algo maravilloso”.
Cinco años intensos
Mercedes Nimo, subsecretaria de Alimentos y Bebidas, explicó que para la obtención del sello de Indicación Geográfica “han sido 5 años para lograr este reconocimiento a los pequeños horticultores dedicados a esta hortaliza, y la idea es poder apoyarlos en lo que hace la agregación de valor y a la ubicación de los productos en las góndolas de los supermercados”.
Este sello identifica y garantiza una calidad particular vinculada con el origen geográfico del producto, posibilitando a los consumidores el acceso a una mejor información sobre los elementos que lo diferencian y brindando protección legal al cultivo que reúne a 100 productores de la zona y emplea unas 3 mil personas, según estimaciones de la Secretaría de Producción municipal.
Pero tal distinción no llegó de un día para otro, el alcaucil está instalado en la zona desde los años ’50, cuando los primeros productores eligieron el cinturón platense para iniciar el cultivo en el país debido a que en las características de la región encontraron muchas similitudes a las principales regiones productoras del mundo alrededor del mar Mediterráneo, como son Italia, España y Francia.
Las zonas de Arana y Los Hornos, fueron las primeras en acoger la alcachofa para luego seguir su crecimiento hacia Olmos, Gorina y Villa Elvira, que pronto cubrieron de alcauciles sus campos poniendo a los productores locales a la vanguardia de este cultivo en el mundo hacia fines del siglo pasado.
La siembra se inicia entre mayo y junio a partir de brotes (de romanesco o ñato) obtenidos de producción propia o de plantines de semillas híbridas o varietales que pueden ser tanto blancos como violetas.
Desde mayo y junio
El punto de cosecha de los alcauciles es generalmente determinado por el diámetro, la turgencia y la calidad del alcaucil. Se inicia entre los meses de mayo y junio para los alcauciles de primicia, dicho período se puede extender hasta octubre y noviembre, dependiendo fundamentalmente de las condiciones climáticas.
La cosecha tradicionalmente se realiza manualmente ya que no hay maquinaria específica que pueda ir seleccionando y cortando a medida que se transita el lote. Luego de cortado el capítulo hay varias formas de realizar el acopio para su posterior embalaje.
Se cosechan aquí 3 variedades de este cardo carnoso: el alcaucil francés; el híbrido violeta; y el híbrido verde y blanco.
La importancia que ha ganado la ciudad respecto a los alcauciles ha pasado no solo las fronteras de nuestro país, sino del continente americano, cruzando el océano para llevar el nombre y la marca de las alcachofas platenses a tierras europeas.
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