Un gusto amargo. Eso les deja a los turistas que llegan y se van de la terminal de Mar del Plata el conflicto que desde hace cinco días mantienen los trabajadores de carga y descarga de equipajes por el histórico reclamo de reconocimiento laboral y mejoras en las condiciones laborales.

Con los accesos bloqueados por los maleteros y sus familias -que desde el sábado se encuentran acompañándolos en la protesta-, los cerca de 500 servicios diarios que circulan por la estación deben parar en las calles adyacentes a la misma, para el descenso y ascenso de los pasajeros.

Esta situación -desconocida para muchas personas, sobre todo para quienes recién arriban a la ciudad- genera diferentes inconvenientes y complicaciones, tanto a los usuarios de los transportes de larga distancia, que deben trasladarse con sus valijas y bolsos unos 100, 200 y hasta 300 metros, como a los vecinos de la zona, quienes se quejan por el caos del tránsito y las dificultades que atraviesan para entrar y salir de sus propias viviendas.

Así y todo, los micros están funcionando, y para una mejor operatoria, desde la Terminal recomiendan, desde iniciado el conflicto, que los turistas se acerquen a las boleterias y aguarden adentro de la estación hasta que un empleado los escolte hasta la ubicación del colectivo.

Esta sugerencia provocó que muchos pasajeros decidan llegar al predio de Luro y San Juan con tiempo suficiente para asegurarse todos los pasos a seguir. Y si bien la permanencia de una multitud de personas en la terminal en plena temporada de verano suele ser habitual, la postal actual arroja un desborde particular.

Con las confiterías repletas por quienes aprovechan para comer algo durante la espera, muchos aprovechan cualquiera espacio vacío, sea piso o silla, para instalarse ahí y aguardar. Los más cansados, acomodan algunos bolsos como almohadas y descansan el tiempo que los separa de la subida al colectivo que los llevará a sus lugares de origen.

“La pasamos hermoso. Todos los siete que días que estuvimos acá. Pero es una pena que tengamos que irnos con esta imagen. El taxi nos dejó a tres cuadras, en medio de la basura, y tuvimos que venirnos hasta acá para ver, finalmente, de dónde y cuándo sale nuestro colectivo”, dijo una mujer que, junto a sus dos hijos, esperaba en uno de los andenes el anuncio de la salida del servicio a Mendoza. “Te deja un gusto amargo”, agregó.

Pese a la imposibilidad del ingreso y egreso de micros, los andenes de la terminal están repletos. Esto se debe a que en las boleterías, les indican a los pasajeros que allí deben aguardar a que algún empleado de la empresa o terminal los guïe hacia el colectivo correspondiente. Los que se van de la ciudad, en general, paran sobre Luro, mientras que los arriban lo hacen por 9 de Julio o 3 de Febrero.

Paola llegó con su hermana y su hijo de 3 años desde San Juan y el paso por Mar del Plata iba solo a ser un trámite, ya que su destino final era Miramar. Sin embargo, tras más de veinte horas de viaje, fue recién en el ingreso a la ciudad cuando los chóferes informaron acerca del conflicto con los maleteros y que iban a ser dejados ya no en la terminal, sino a unas dos cuadras.

“Es una vergüenza que pase esto. Estamos con todos los bolsos y valijas en el medio de la calle. Tenemos miedo de ir hasta la terminal para sacar el boleto para Miramar porque están los piqueteros. Ya llamamos a familiares de Miramar para que nos vengan a buscar”, señaló a LA CAPITAL la mujer.

En tanto, el servicio de carga y descarga de equipaje se realiza por los propios choferes de las empresas. En el medio de calle y bajo el sol de este medio día, se llegó a ver hasta a pasajeros cerrando las compuertas de los micros. Muchos turistas también aprovechan a consultarle a los conductores dónde pueden tomarse un colectivo de línea o un taxi. Una gran mayoría de estos últimos aguardan sobre 9 de julio, casi San Juan.