“La música es tan bella que no se puede negar, sin importar de donde provenga”
Mientras alterna su vida entre Argentina y el viejo continente, Raúl Barboza sigue disolviendo fronteras con su acordeón. Hoy presentará una propuesta de excelencia: "Universo chamamé", junto a una orquesta con músicos de diferentes países.
“A la música le vamos cambiando la ropa para que no envejezca, para que no ande con vestimenta raída. Le vamos modificando el exterior pero no su esencia porque es como los días, que tienen diferentes colores en nuestra vida”. Así, con la simpleza de su propio arte Raúl Barboza describe la nueva propuesta que presentará esta noche en Mar del Plata: “Universo chamamé“.
El acordeonista brindará un concierto junto a su trío y un ensamble de cuerdas dirigido por Ramiro Gallo. Será a las 21.30 en la sala Astor Piazzolla del Teatro Auditorium.
Se trata del primer concierto de chamamé orquestado para cuerdas que se realiza en la ciudad de Mar del Plata con temas del propio Barboza y clásicos del género que sonarán en la sala que lleva el nombre de quién le abrió las puertas de Europa al consagrado acordeonista.
El concierto transitará música de raíz guaranítica como un lenguaje universal, una idea siempre latente en las creaciones de este artista que está a punto de cumplir 70 años de trayectoria y compromiso con esa enorme parte de la música argentina.
Al respecto, Barboza explicó que se trata de una presentación junto a “una orquesta de nueve músicos que dirige el maestro Ramiro Gallo, un conocedor de la música del litoral y gran conocedor del chamamé y todos los giros que esa música tiene en particular”.
Referente en nuestro país y con una sólida trayectoria en exterior, el intérprete dialogó con LA CAPITAL con su tono siempre afable y su naturaleza de eterno viajero. “Andar por el mundo es una forma de vivir, pero al mismo tiempo no es fácil cambiar de montura. Sin embargo las motivaciones o inspiraciones surgen de la necesidad de llevar a mi tierra y mi cultura en un regreso constante”, dijo.
Y agregó: “Tengo mi casa en Argentina, pero por haber vivido tanto tiempo en Francia siempre regreso a Europa. Entonces, volví de allí y partí a Rusia. Desde Argentina me fui tres veces a Japón y volví. Lo mismo cuando estuve un tiempo en Brasil o cuando retorno a París. En definitiva, yo hago como las abejas o los pájaros que anidan en un lugar para regresar. Entonces, acá surgen las inspiraciones musicales del litoral y voy a mostrárselas a los europeos. Allá, del otro lado del océano me vienen las reminiscencias; es decir que en todos lados me motiva la misma pasión”.
En cuanto a esta propuesta de tocar con un ensamble, Barboza explicó que “hace décadas que quería recorrer el mundo con un grupo de cuerdas para asociar nuestras creaciones a la idea de los europeos sobre sus músicas y que vean que no hay mayores ni menores. Todas las músicas pueden tener una buena relación. En este caso, el chamamé y la orquesta de cuerdas son como un matrimonio de una europea y un aborigen que funciona muy bien”.
“En esta formación hay músicos de Cuba, Colombia, México y Argentina donde aprendemos el uno del otro y hacemos una mixura comprensible para todos”, agregó.
“En definitiva la música es tan bella que no se puede negar, sin importar de donde provenga”, remarcó.
En cuanto al repertorio y su manera de mantener vigencia, el instrumentista compositor consignó: “Cuando toco estoy creando. Mañana no voy a tocar igual que ayer porque siempre hay lugar para la improvisación, para el sentir del momento. Además, muchas veces hablamos de clásicos pero “”Kilómetro 11” fue un tema moderno en 1920 o en mi caso lo mismo sucedió con “Tren expreso”, que lo compuse en 1962. Hoy mostramos lo que hacemos, clásicos y modernos desde otro sonido”.