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La Ciudad 9 de mayo de 2016

La mujer que salva las esculturas que sobreviven en las plazas

Costanza Addiechi es directora coordinadora de Restauración de Monumentos Históricos. Desde el año pasado trabaja en la Municipalidad para reconstruir obras que fueron víctimas del vandalismo o quedaron olvidadas.

A la “Mujer Bañándose” le habían arrancado una parte de la cabeza de un palazo y llenado el mármol de grafitis. En el corazón de la plaza Colón, la obra que es una réplica de la realizada por Maurice Falconet y puede verse en el museo del Louvre, estaba abandonada.

Al monumento a Alfonsina Storni se lo había dejado en el olvido. La obra realizada por Luis Perlotti se encontraba repleta de grafitis que hasta impedían leer los versos que la homenajeaban.

“Diana la Cazadora” no corrió mejor suerte. Ubicada en Plaza Mitre, la escultura de hierro que fue traída a la Argentina a fines del 1800 y es única en el país lucía corroída por el abandono y pintada por el vandalismo.

En sólo unos pocos meses, estas obras que se encontraban en muy mal estado lucen renovadas. Es que desde el año pasado, la restauradora Costanza Addiechi se ocupa de recuperar los monumentos que fueron abandonados en el tiempo y víctimas del vandalismo. Su trabajo recién comienza: muchas obras de arte de la ciudad necesitan ser restauradas. Pero no sólo eso: también necesitan ser mantenidas en el tiempo por lo que la especialista en arte redactó un proyecto para que, en una primera etapa, 54 monumentos de la ciudad sean declarados patrimonio histórico.

Addiechi ingresó a trabajar en la Dirección de Espacios Públicos de la Municipalidad durante la gestión de Gustavo Pulti y ahora el intendente Carlos Arroyo la designó como directora coordinadora de Restauración de Monumentos Históricos, un área que depende de la Secretaría de Gobierno. “Era un trabajo que hace mucho tiempo quería llevar adelante como restauradora. Veía el estado en que se encontraban los monumentos y como marplatense consideraba que algo había que hacer”, cuenta en diálogo con LA CAPITAL. Y explica: “Me di cuenta lo necesario que era redactar un proyecto de ordenanza que identificara puntualmente cada uno de los monumentos”.

Addiechi realizó el trabajo y en un primer tramo incorporó a 54 obras que llegan hasta el periodo de 1939. “Fue un año de quiebre para la ciudad. Es cuando se comienza con la construcción de la Rambla de Bustillo y se decide demoler la vieja Rambla y el Paseo General Paz. Además se construye la ruta 2 que cambia el tipo de turismo y se vuelve más masivo. Entonces la idiosincrasia de la ciudad cambia”, explica la restauradora. Y cuenta: “En 1939 se desarma el Paseo General Paz y todos los monumentos que se habían utilizado para ornamentarlo se emplazan en las siete plazas fundacionales y el resto van a corralones municipales”.

La primera serie de obras que son propuestas para convertirse en patrimonio histórico de la ciudad fueron traídas en su mayoría de Europa y tiene un alto valor artístico. “Muchos monumentos fueron traídos de Francia desde la fundidora de arte más importante del mundo. Los de mármol llegaron de Italia. Y después tenemos obras maravillosas como las farolas que hoy están en plaza Mitre y antes estaban en la antigua Rambla”, explica Addiechi.

– ¿Cómo fue la redacción del proyecto?

– Cuando empecé a trabajar me di cuenta de la necesidad que había de darle un marco legal a cada uno de los monumentos escultóricos individualmente. Ahí comencé a redactarlo. Me llevó meses y lo hice fuera de mi horario de trabajo. No sólo hice una descripción muy detallada de cada una de las obras desde lo técnico sino desde lo histórico. También las patologías y las sugerencias de intervención. Todo está registrado y esperemos que ese mismo material pueda ir al Concejo Deliberante para que se trate como patrimonio histórico. Además, el mismo material va a ir a una parte del sitio web de la Municipalidad, en donde se habla específicamente de los monumentos, para que sirva como un apoyo escolar para docentes y alumnos cuando el programa de Educación Patrimonial llegue a los colegios.

Algunos trabajos

Al llegar a la Municipalidad, Addiechi realizó un estudio de patologías comunes de los monumentos y en base a sus resultados comenzó a trabajar a restaurarlos. “Me encontré con un degrado absoluto de los materiales. En algunos casos hasta estaba comprometida la estructura”, cuenta la restauradora. Y explica: “Los monumentos han sufrido intervenciones desafortunadas por desconocimiento, más allá del vandalismo y del maltrato”.

Addiechi, que se ocupa personalmente de hacer cada una de las restauraciones y aún no tiene un presupuesto definido para su área, empezó a recuperar los monumentos de la Plaza Colón. Su primer trabajo fue en la “Mujer Bañándose”, una obra hecha de mármol de Carrara. “Tenía rota la cabeza y estaba absolutamente grafiteada con aerosol rojo y azul que penetra en el mármol y es muy difícil de sacar”, cuenta. Y explica sobre su trabajo: “Fui retirando las diferentes capas de pintura y me encontré con el mármol impregnado de pigmentos, pero por suerte pude retirar absolutamente todo. También se logró desmontar la cabeza, hacerle el tratamiento que correspondía y dejarla en buen estado”.

Después fue el turno de la “Venus de Milo”, una obra realizada por una de las fundidoras de arte más importantes del mundo -Vald’D Osne de París-. “Es maravillosa y tuvo diferentes emplazamientos a lo largo de la historia de la ciudad. Estuvo frente al hotel Saint James, luego en el sector donde está el helipuerto del Hotel Hermitage y finalmente hoy se ubica en la Plaza Colón”, describe Addiechi. Y cuenta: “En algún momento de la historia fue pintada de blanco, pero en realidad es una obra de hierro fundido, un material que es maravilloso para ser mostrado. Cuando empecé a hacer los cateos, me encontré con la inscripción que hacía referencia a esta fundidora completamente cubierta de pintura y no se podía ver. Finalmente se pudo poner en valor”.

Addiechi restauró también en la Plaza Colón el monumento de “Isabel la Católica”. Cuando terminó su trabajo, la obra fue víctima del vandalismo. “La habían grafiteado toda de nuevo. No quise que se viera de ese modo y al otro día muy temprano a la mañana me puse a trabajar como para retirar los grafitis. Esto fue hace varios meses y nunca más se volvieron a vandalizar estos monumentos”, relata.

Addiechi siguió trabajando en distintas obras como el monumento a Alfonsina Storni, “Diana la Cazadora” y el “Copón de Mármol”, entre otras. Hoy a la restauradora puede vérsela todos los días frente a la Municipalidad restaurando a “La Sirena”, una obra de hierro fundido realizada en Francia y que se encuentra corroída por el paso del tiempo. Según la historia, la sirena fue traída a Mar del Plata en 1900 y emplazada en la antigua rambla en 1903. También pasó por la explanada Sur y terminó abandonada en los corralones municipales hasta que finalmente llegó a estar frente a la comuna. “Es una escultura que está pintada, pero debajo de las pinturas hay óxido. Entonces lo que estoy haciendo es retirar la pintura para convertir el óxido en hierro nuevamente y poder terminarla como corresponde. El objetivo por supuesto es recuperar el diseño y el acabado de superficies originales”, explica la restauradora.

Una vez finalizado ese trabajo, la directora de Restauración de Monumentos Históricos se concentrará en el “Niño Tritón” de la plazoleta Jorge Luis Borges y luego espera poder comenzar con la reparación de las Farolas de la Plaza Mitre. “Durante mucho tiempo se pensó que habían sido traídas de Europa, pero en realidad son diseñadas y fundidas en Buenos Aires. Están en muy mal estado y merecen recobrar su estado original”, dice Addiechi.
Para la restauradora, mantener en buen estado el patrimonio cultural marplatense es una forma de preservar el pasado. Y lo define: “Los monumentos escultóricos deben ser identificados, restaurados, protegidos y preservados para salvaguardar la historia de la ciudad”.