La muerte de su hija la llevó a recopilar sus textos, cartas y dibujos: editó “Los diarios de Mariel”
La joven Mariel murió a los 29 años. Dejó textos, cartas, poesías y dibujos en los que asoma su paz y su amor. Su mamá editó un libro que puede leerse gratuitamente.
“El libro contiene un mensaje: todo aquello en lo que Mariel creía y su inmenso amor por la vida y hacia los demás“, asegura Claudia López Grillo, mamá de Mariel Bacino, una joven Licenciada en Biología, activa defensora de la naturaleza y de la ecología que falleció a los 29 años, en 2016, “en el momento más feliz de su vida”, recuerda.
El año pasado, motivada por esa tragedia personal, Claudia emprendió la recopilación de textos personales de su hija: cartas, reflexiones, poesías, dibujos que realizó desde los 6 a los 29 años. Y con ese material editó “Los diarios de Mariel”, un libro que se puede descargar gratuitamente y que contiene una síntesis de la joven: “El mensaje de Mariel, el amor, como única forma posible de vivir y relacionarnos”, señala su mamá.
Mariel Bacino.
“Ella amaba escribir, lo hacía siempre, en diarios, agendas y cuadernos -sigue Claudia-. Desde muy chiquita, contaba lo que le ocurría y sentía, creaba cuentos, canciones, historietas y poesías. También le gustaba mucho dibujar y pintar. Entonces, esencialmente para que no se perdiera todo lo que ella expresaba, decidí comenzar a recopilar sus textos y dibujos para armar un libro que reflejara algo de su maravillosa esencia y que quedara como homenaje a su memoria”.
Entre el dolor y el duelo, entre la angustia y el enojo, a Claudia no le resultó sencillo semejante tarea: “Hubo momentos en que pensaba que no iba a poder, lloraba y me reía acordándome de tanto, pero casi sin darme cuenta, el libro comenzó a tomar forma y a ser una realidad. Pude publicar ‘Los diarios de Mariel’ en el 2019, en base a una selección cronológica de su escritos, transcriptos textualmente, sin ninguna corrección”.
Cabe señalar que Mariel murió a causa de una Malformación Arterio Venosa Cerebral, “afección puede ocurrirle a cualquiera sin distinción, se desconoce su causa, no es hereditaria, no tiene que ver con ninguna causa materna o paterna o factor durante el embarazo. La manera de detectarla es con una Resonancia Magnética Cerebral, estudio inocuo, que debería hacerse de manera preventiva a todos los niños, ya que en algunos casos puede detectarse a tiempo”, escribe Claudia en la parte final del libro.
-Es notable cómo se desprende de la escritura de Mariel su amor por la naturaleza y cómo se ve el crecimiento, su escritura se complejiza a medida que crece: la ecología, el vegetarismo, su rechazo a la minería, entre otras causas.
Una de las poesías de Mariel.
-Los que lo lean, comprenderán que el libro contiene un mensaje, todo aquello en lo que ella creía y su inmenso amor por la vida y hacia los demás. Ya desde chiquita sufría por las guerras, el odio racial, la desigualdad, la injusticia, y recurría a sus diarios para escribir al respecto. Amaba la naturaleza, los animales, el cuidado del ambiente y se preocupaba mucho por lo que ocurría en el mundo. A medida que fue creciendo y estudiando, comenzó a participar activamente en relación a los temas ecológicos y de protección animal. En el libro hay cartas que escribió por la mega minería a cielo abierto o por la depredación indiscriminada y cruel del ser humano. Admiraba su fuerza y lucha al respecto, jamás se daba por vencida y la verdad es que muchas veces, aún siendo muy pequeña, me enseñó a ser más consciente. Eso se traduce en sus escritos y es el mensaje que nos dejó.
-¿Te parece que hay una suerte de legado de Mariel, algo para aprender?
-Claro que hay un legado, el libro ya comenzó su camino y está llegando a muchas y diferentes orillas. Creo sinceramente que quien lo lea, va a recibir su esencia y el mensaje de Mariel, el amor, como única forma posible de vivir y relacionarnos. El libro es gratuito, está ya en muchas bibliotecas de nuestra ciudad, en pueblos, en varias provincias y en el exterior. También lo usan docentes para sus clases. El mensaje se multiplica, un día o todos los días, ahora y en el futuro, alguien podrá sacar de un estante de alguna biblioteca su libro, leerlo, impregnarse de sus ideas, creencias y sentimientos, conocer quién fue Mariel y su legado. El libro está en una plataforma virtual donde puede leerse, y para docentes, bibliotecas generales y escolares, centros culturales, barriales, lo enviamos por correo (su mail es [email protected]).
La tapa del libro.
-¿Cómo era Mariel?
-Es muy difícil describir en pocas palabras a Mariel, quisiera contar tanto sobre ella, en el libro se menciona algo, muy poco, de todo lo mucho que era Mariel y con lo que van a coincidir seguramente, todos los que la conocieron. En ella no cabía la maldad, absolutamente buena, sencilla, pura, simple, humilde, transparente, su dulzura era inmensa hacia todos los seres sin distinción. Irradiaba una gran paz, sabía escuchar siempre con sensibilidad y comprensión. En sus 29 años, nunca la escuché gritar o insultar, ningún acto de violencia o agresión. Demasiado inteligente, miraba y sonreía dulcemente, como entendiéndolo y perdonándolo todo, incluso nuestros errores y faltas. No hablaba demasiado, decía lo justo, lo adecuado, jamás algo hiriente, respuestas que hacían pensar, palabras que acompañaban. No le interesaban las cosas materiales, muchas veces le insistía para comprarle algo y simplemente me decía: no hace falta. Gran compañera y amiga, protectora, cuidaba a sus seres amados. Elegida mejor compañera en repetidas oportunidades, amada por todos. Siempre trataba de ayudar, apoyar y aconsejar. Fomentaba la lectura, prestando o regalando sus libros, ayudaba a sus amigas y familia en materias como química, física y matemática. Además de escribir y dibujar, tocaba el piano con una enorme facilidad, amaba la música, le gustaba componer. Practicaba con pasión Kendo, representando a nuestro país, como parte del equipo femenino en el Mundial realizado en Brasil y en muchos otros eventos. Amaba su carrera, se recibió de Licenciada en Biología y había ganado una beca para realizar su doctorado. Daba clases en la Facultad. Tuvo un solo y gran amor, que la acompañó hasta el final. La recuerdo en su habitación de la clínica, sentada en la cama, sonriendo con los ojos cerrados, asintiendo con un leve gesto de su cabeza, como diciéndome, está todo bien mamá y tendiéndome sus brazos totalmente abiertos, para que nos fundiéramos en un abrazo infinito, y así fue.
-¿Pudiste aceptar su muerte?
-No puedo afirmar que acepté totalmente su partida, y a veces me rebelo, grito, lloro, insulto al cielo, al infierno y a todo. Tampoco me parece adecuado dar consejos, sólo puedo decir que ayuda apoyarse en los seres amados, tener alguna actividad que nos haga bien o proyecto, aprender y tratar de ser mejores personas, sin estar resentidos con la vida. Cuando tengo alguna duda, pienso en lo que ella me diría y rápidamente todo se aclara. Cuando decaigo, sé lo que ella querría que hiciese con mi vida, entonces, me levanto, continúo adelante y trato siempre de hacer aunque sea mínimamente, algo bueno o útil cada día. Siento que ella está presente en cada instante de mi vida, su mensaje, su ejemplo, su enseñanza, su amor, continúa estando en cada cosa bella y buena de este mundo, eso ayuda a seguir.
El link al libro acá: https://losdiariosdemariel.blogspot.com/
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