Rosa Florentina Trezzi de Fernández, mejor conocida como “Rosita”, cumplió 100 años el 29 de enero en Mar del Plata y celebró en perfecto estado de salud y rodeada de familia y amigos.

“Solo me cuesta a veces entender un poco las palabras”, contestó Rosita cuando le preguntaron si el centenario que lleva encima “le pesa”. Es que la mujer no sólo no aparenta la edad que expone su documento, sino que es “un ejemplo de vitalidad y lucidez” según su sobrino, Martín Monita.

Nació en Capital Federal y proviene de una familia italiana numerosa. La vida de Rosita, a quien también llamaron “La Nena”, transitó entre Buenos Aires y Mar del Plata durante más de 60 años, siendo testigo del crecimiento de ambas ciudades.

“En nuestra ciudad vivió en un pintoresco chalet, que aún sigue en pie, en el barrio de La Perla, luego se trasladó a una casona en la loma de Santa Cecilia y desde hace varios años tiene un departamento en el centro”, contó Monita y continuó: “En Buenos Aires, vivió en un petit hotel en el barrio de Caballito, muy cerca al Parque Rivadavia, y actualmente reside en Almagro, a unas cuadras de la tradicional confitería Las Violetas”.

Amante de los diarios en papel, lee todos los días las publicaciones de LA CAPITAL, desde “los chistes” hasta la información de política nacional, internacional o deporte. “De hecho, en la madrugada de su cumpleaños, aunque descansó, estuvo atenta a la final entre Nadal y Federer“, mencionó su sobrino. Su otra pasión es la cocina y dispone de un “envidiable cuaderno de recetas propias y ajenas que aún pone en práctica”.

No resulta habitual que las personas lleguen a los 100 con la lucidez que posee Rosita, a quien en tono de broma llaman “La Mirtha Legrand de la familia”, pero no sólo por su agilidad mental, sino también “por lo coqueta” y elegante que se mantiene en todo momento, cuidando detalles en la combinación de su vestimenta, accesorios e incluso el armado de la mesa.

En todos estos años, Rosita fue testigo de los cambios del mundo en todos sus órdenes. Es por eso que hoy se muestra preocupada por la asunción del presidente de los Estados Unidos Donald Trump “y el miedo a que desate una nueva guerra”.

“Nunca pensé celebrar los 100 años”, dijo a sus íntimos, pero lo hizo y a toda pompa, con una larga mesa de 20 invitados quienes se llevaron de recuerdo el árbol de la vida, hecho por un artesano de Mar del Plata, como símbolo de la renovación constante.