La localidad de San Agustín celebró sus 110 años con un festejo popular
Reconocieron a quienes hicieron mucho por la comunidad. También recordaron los años gloriosos y la actividad ferroviaria.
BALCARCE (Corresponsal).- Con casi la totalidad de sus 500 pobladores y el acompañamiento de otros que protagonizaron el éxodo en la década del ’70, la localidad de San Agustín celebró sus 110 años de vida. Atrás quedaron las épocas de esplendor, donde los alrededor de 5000 habitantes veían una comunidad pujante dentro del Partido de Balcarce.
Sin embargo, el cierre de varios ramales del ferrocarril fue una puñalada al corazón productivo. Varias familias tuvieron la iniciativa de irse a ciudades más grandes, con más oportunidades para trabajar y opciones para que sus hijos estudiaran.
Balcarce fue una de las más elegidas aunque también Mar del Plata recibió una gran cantidad de gente que decidió buscar nuevas oportunidades.
Algunos decidieron poner el hombro y seguir en la pequeña localidad. Uno de ellos fue el padre Germán Lips, que fuera recordado en el festejo del domingo, fue impulsor de infinidad de actividades para darles oportunidades a sus habitantes. Principalmente, se ocupó de la educación y la salud, dos temas centrales para el desarrollo de cualquier comunidad.
Otro fue Roger Nagore, que integró cada una de las comisiones de las instituciones de la localidad. Fue quien en persona leyó una poesía de su autoría donde describió algunos aspectos. “Recordemos el pasado cuando llegó el viejo tren, trajo trabajo, con él al campo casi inexplorado, el progreso había llegado. Salían las grandes chatas con el carrero al pescante, su caballada elegante, afirmándose en sus patas algún ladero de yapa”, indicó.
También estuvo presente doña María Césari, la vecina más longeva de la comunidad, a poco de cumplir sus cien años de vida, tuvo a su cargo la suelta de la paloma con la que se dio inicio al desfile.
Todas las instituciones de la comunidad se dieron cita para organizar el festejo. Fue una oportunidad para aunar esfuerzos y mostrar que San Agustín tiene vida, más allá de la modernización.
Así es como surgió la realización de un evento que posibilitara un festejo popular con olor a reencuentro de aquellos vecinos que emigraron y de aquellas tradiciones que fueron gestando el terruño.
La actividad desarrollada incluyó el descubrimiento de placas alusivas en presencia del intendente, Esteban Reino y la delegada, Mariangeles Pietrantuono, un desfile con los integrantes de todas las instituciones, y la entrega de certificados.
Luego llegó el turno de una fiesta popular a través de la elaboración de una vaquillona de casi 400 kilos y un cerdo de más de 100 que se distribuyeron gratuitamente entre todos los presentes. Una gran cantidad de cantantes, payadores y bailarines hicieron gala de su arte en la plaza central. Sobre el final, se cortaron una decena de tortas que se dieron a degustar entre los presentes para ponerle un broche a una celebración donde la emoción se mostró a flor de piel y los recuerdos se hicieron presentes en cada charla.