La junta golpista de Níger tilda de paternalistas e intervencionistas las declaraciones de Macron
París busca así "asustar" a los líderes africanos para "instrumentalizar" a la Comunidad Económica de Estados del África Occidental (Cedeao).
El Consejo Nacional para la Salvaguarda de la Patria (CNSP), nombre oficial de la junta, aseguró que Macron pretende "infantilizar" a los jefes de Estado africanos.
La junta golpista de Níger tildó de “paternalistas e intervencionistas” las declaraciones del presidente francés, Emmanuel Macron, a quien acusó de crear divisiones tanto en el país como en el continente africano “para perpetuar su control neocolonial”.
El Consejo Nacional para la Salvaguarda de la Patria (CNSP), nombre oficial de la junta, aseguró que Macron pretende “infantilizar” a los jefes de Estado africanos “agitando las diferencias entre los distintos contextos nacionales”, recogió la agencia de noticias local ANP, replicada por la española Europa Press.
París busca así “asustar” a los líderes africanos para “instrumentalizar” a la Comunidad Económica de Estados del África Occidental (Cedeao) y, con ello, hacer que los países se adhieran “al proyecto neocolonialista” francés de cara a una “invasión” de Níger, sostuvo el CNSP.
Agregó que sus palabras también buscan “crear una división étnica artificial para enfrentar a los nigerinos entre sí y crear las condiciones para un conflicto” a nivel nacional.
El CNSP afirmó que Francia quiere “perpetuar un control neocolonial sobre el pueblo nigerino” y que esa postura configura “una flagrante injerencia adicional en los asuntos internos de Níger”.
“Esta confesión demuestra que el régimen extinto estaba efectivamente al servicio de agendas extranjeras en detrimento de los intereses de Níger” y advirtió que el país se opondrá “a todo paternalismo y a todo intervencionismo de una época ya pasada”.
Esto se produce después de que el lunes Macron confirmara que el embajador galo en Níger, Sylvain Itté, no acatará la orden de expulsión decretada por la junta militar, ya que París no responderá ante “presiones” de las “autoridades ilegítimas” del país africano.
Macron dejó claro su apoyo al “valor” demostrado por el depuesto presidente Mohamed Bazoum, que permanece bajo custodia.
El mandatario liberal pidió ya en varias ocasiones la vuelta al “orden constitucional” en Níger.
Y recalcó que Francia “no puede actuar ni con “paternalismo” ni con “debilidad” en África, en un contexto marcado por la “epidemia de golpes” como el de Níger y ante el que apeló a una “política responsable”.
“La debilidad que algunos han mostrado en relación a los anteriores golpes de Estado ha alimentado las vocaciones regionales”, sostuvo Macron.
Los militares golpistas prohibieron ayer el acceso a las zonas de operaciones para las agencias de la ONU y otras organizaciones internacionales, en una convulsa nación que transita la cuarta asonada castrense de su historia y la inminencia de sufrir una tercera guerra civil.
El pasado 26 de julio, un grupo de oficiales integrados en el CNSP proclamaron la destitución de Bazoum alegando “el continuo deterioro de la situación de seguridad” y la “mala gobernanza económica y social”.
Al día siguiente, el mando del Ejército indicó que se unía a los oficiales golpistas “para evitar un baño de sangre” y preservar la integridad física de Bazoum.
El 28 de julio, se anunció que el general Abdourahamane Tchiani, excomandante de la guardia presidencial, asumía la jefatura del CNSP y las funciones de mandatario de transición.
Numerosos países y organismos internacionales condenaron en términos enérgicos el golpe, suspendieron sus programas de cooperación con el país y exigieron la restitución del orden constitucional.
El 6 de agosto, expiró el ultimátum de siete días que la Cedeao dio a los levantiscos para devolver el poder a Bazoum.
La Cedeao ordenó el 10 de agosto activar y desplegar su fuerza de reserva para una posible intervención militar, sin descartar por ahora la opción de un arreglo político.
Excolonia francesa, Níger proclamó su independencia el 3 de agosto de 1960.
Situado en el corazón de la región del Sahel, es considerado como uno de los países más pobres y conflictivos del mundo, al grado de haber registrado ya cuatro golpes de Estado y dos guerras civiles.
El nivel de pobreza se situó en un 48,8% en 2021, equivalente a más de 10 millones de personas, según datos del Banco Mundial. Ese año hubo cuatro golpes de Estado en África, la mayor cantidad en un solo año en dos décadas.