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La joya del motociclismo de velocidad

Ediseo Ortiz, un piloto para seguir bien de cerca.

El autódromo “Ciudad de Mar del Plata” será escenario este fin de semana de un espectáculo singular. Allí se correrá la tercera fecha del Campeonato de Velocidad en Pista de la Federación Bonaerense de Motociclismo (Febom), que presentará a todas sus categorías. La ciudad estará representada por tres pilotos: Rubén Canaya Villalba (en Master +de 50), Silvano Bentaverri (en Moto 3 – 250 cc) y una de las joyas del motociclismo de velocidad argentino: Ediseo Ortiz, quien compite en Moto 3 Pro -también 250 cc). El pibe de 14 años visitó ayer la redacción de LA CAPITAL para contar parte de su gran historia.

“Mi ídolo es Valentino Rossi -el italiano nueve veces campeón del mundo- y por él siempre supe que quería correr en moto. Me encanta la velocidad, manejar rápido”, dice.

Cuando era muy pequeño empezó, como muchos lo hacen, en el karting. Pero a partir de un choque y posterior golpe, no le gustó y quiso probar con las motos. Arrancó a los 5 años con una minimoto con transmisión directa y silueta de competición. Y nunca más abandonó la pasión por las dos ruedas.

Es cierto que durante un tiempo también incursionó en el fútbol (jugó en inferiores para Boca Juniors de Mar del Plata), pero la experiencia no duró demasiado. “Antes me gustaba el fútbol pero ahora ya no le doy importancia. Soy hincha de Boca, pero apenas miro los partidos”, explicó.

Sus progresos constantes pese a su corta edad le fueron abriendo puertas y presentando posibilidades. Se sumó a la ARTS (Argentina Race Team School), que dirige Jorge “Cachi” Cusanelli, y aprendió bien y rápido.

Tanto que en enero y febrero de 2014, llegó al país José Manuel “Chicho” Lorenzo, el padre y hacedor de Jorge Lorenzo (quíntuple campeón mundial) para entrenarlo especialmente. Fueron dos meses intensos en Villa Robles, cerca de Pinamar, en donde se potenció físicamente, recibió lineamientos teóricos y, por supuesto, práctica sobre la moto.

En ocasión de dos grandes premios de Argentina, en Las Termas de Río Hondo, tuvo ocasión de conocer a su gran ídolo (Valentino Rossi) y también a otros grandes pilotos de nivel internacional. Su meta es poder formar parte de esa elite en algún momento. Y, aunque sabe que es difícil, trabaja a diario -durante muchas horas- para eso.

La fortaleza de su nombre con reminiscencias mitológicas le permitió sobrellevar inconvenientes respiratorios cuando aún era un bebé, luego de haber nacido con apenas 6 meses y medio de gestación.

Se destacó en la división FZ (Yamaha 160 cc), pasó luego al Moto 3 (Honda Twinstar 250 cc) y desde el año pasado integra el Moto 3 Pro. En su primera temporada estuvo a punto de ser campeón pero un toque intencional de un rival en la última carrera, en 9 de Julio, le provocó una caída y adiós a la chance de título. En 2015 compitió en el Panamericano de Las Termas, hizo una gran carrera y terminó quinto, entre pilotos argentinos, españoles, estadounidenses, colombianos, mexicanos, brasileños y chilenos.

En 2018, fue séptimo en Olavarría (corrió con un fuerte esguince de tobillo tras un golpe en los entrenamientos) y sexto en La Plata.

Y llega a Mar del Plata con toda la ilusión de poder lucirse ante su gente. Como miembro del Nano Corse, entrena periódicamente en el autódromo local, en el predio de la ruta 88, kilómetro 6,5, trazado que le es cedido sin cargo alguno. Su agradecimiento a Rodolfo Nieto, propietario del autódromo, es permanente. Al igual que a todos sus patrocinantes.

Hace dos años, con mucho esfuerzo, logró conformar junto a miembros de su familia una pequeña estructura (Edi Racing), la cual se identifica con el número 346 que lleva en su máquina. El “3” remite a su primera moto y el “46”, obvio, al gran Valentino. Dicen que es algo especial cuando empieza a dibujar cualquiera trazado. Habrá que verlo en acción este fin de semana.

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