Cuando el personal de Drogas Ilícitas de la Policía Bonaerense irrumpió en el domicilio de Gianelli y 73 el canto alarmado llegó desde los fondos. Buscaban drogas y podían esperar griterío e incluso alguna detonación, como pasó en otros de los lugares allanados. Pero no. El cacareo urgente era de los casi 170 gallos cautivos en pequeños compartimentos algunos y jaulas algo más amplia otros.

Chavez, el propietario del lugar e investigado por la venta de cocaína y marihuana en ese sector de la ciudad, mantenía un centro clandestino de riña de gallos, con fuerte nivel de apuestas y un despliegue de recursos que asemejaba las arenas boxísticas bien organizadas.

Según pudo saberse, las actividades se realizaban los domingos desde el mediodía y había una importante concurrencia. Los policías pudieron percibir en el aroma ácido del galpón del fondo la intensidad de esas batallas.

Había jaulas en el piso con aserrín como asiento para los gallos y había otros gabinetes construidos contra las paredes y que tenían por única puerta delantera una reja. En todos los casos, pequeños recipientes de plástico contenían el alimento.

Otro sector del galpón de chapa, cerrado por una malla metálica con candado, tenía en su centro un ring confeccionado con cuatro caños y lonas de publicidad que se elevaban medio metro, lo suficiente para evitar el escape de los animales. Allí se enfrentaban los animales y corrían las apuestas. Miles de pesos se recaudaban.
Para asegurarse más letalidad en los gallos se los acondicionaba con púas que cubrían a los espolones naturales.

Aunque en un primer momento trascendió que un gallo había sido bautizado con el nombre de Esculapio, en referencia a la popular serie argentina Un gallo para Esculapio, que graficó el mundo del hampa en el Gran Buenos Aires, luego se corrigió el dato y se indicó que el apodo correspondía al responsable del lugar.

Fuentes judiciales informaron que la fiscal Andrea Gómez abrió una causa por violación a la Ley Sarmiento (ley de maltrato animal), ya que es considerado un acto de crueldad la pelea entre animales. La fiscalía analizará si los gallos se encuentran en buen estado e investigará lo referido a las riñas en las que podrían haber participado.