Por FdR

¿Qué tienen en común el abastecimiento de nafta para patrulleros Las Flores, el crimen de menor de 15 años en Villa Lugano, el apartamiento de un jefe policial por pedir regalos navideños en La Plata, una entradera a una pareja de ancianos en La Loma, el estrangulamiento de un joven en Capilla del Señor?

Una foto.

¿Y la crónica policial de un diario de Misiones, otra en uno de Chaco, otra en la señal televisiva de noticias más vista del país, o un texto de un portal santacruceño, un artículo en la página de Diputados de la Provincia de Buenos Aires o un contenido en la página de una radio?

La misma foto.

Tomada con una Nikon d7200 el 18 de julio de 2017 por el fotógrafo de LA CAPITAL, Mauricio Arduin, la imagen muestra un patrullero del Comando de Patrullas de Mar del Plata, a un policía acercándose a la puerta delantera y a una mujer policía más adelante. Se reconoce en el hundimiento de la carrocería y en la rotura de una óptica la ancestral dificultad de los choferes policiales para conducir sus vehículos sin andar colisionando objetos por ahí.

La foto es representativa de cualquier episodio vinculado al mundillo delictivo. En eso se respalda el insólito éxito que la desbordó y la transformó en la imagen más utilizada de las crónicas policiales del país.

La demanda gráfica de estos tiempos periodísticos, donde la fotaleza está depositada en la capacidad visual de comunicar, obliga a que cada artículo tenga la compañía de una imagen. Y muchas veces se agota la posibilidad de ilustrar con lo que está al alcance de cada medio. Es una práctica extendida (y permitida, al punto de que salvo excepciones no hay reclamos) que los medios de comunicación para sus soportes digitales realicen búsquedas en internet para conseguir una imagen que llegue a oxigenar su texto.

Al mismo tiempo, la vehiculización del contenido por medio de las redes sociales requiere de una fotografía y por eso es que se asume el desafío de encontrar la imagen que se ajuste mejor.

Cualquier persona puede posarse sobre la fotografía de más arriba y con el botón derecho del mouse ir a la opción “Buscar imagen en Google”. Luego se encadenarán páginas y páginas, y más páginas de resultados con noticias que utilizan esa imagen. De las más variadas en su contenido y en su punto geográfico.

El archivo JPG generado por primera vez llevó el nombre de “Patrulla66”, código que informa sobre tema y cantidad de imágenes de la serie. Es que ese día Arduin no solo se dedicó a cubrir el hecho policial sino que, previsor, se enfocó a capturar momentos “genéricos” a usar como “fotos ilustrativas”. Una de esas fotos utilitarias fue “Patrulla66”, que rompería todos los límites y las expectativas.

En decenas de redacciones de todo el país (incluidas algunas de diarios nacionales) alguien buscó en la web y le descubrió todo ese potencial oculto. “Esta va bien”, debe haber pensado el editor.

Pero…¿qué pasó aquel martes en Francia entre Falucho y Gascón de Mar del Plata? ¿Qué hacía ese patrullero patente OXF456 allí? Ese día un joven llamado Rodrigo Mollo, por entonces de 24 años), estaba junto a siete amigos -había algunas chicas también- cuando alguien se le acercó y le dijo ““Vos me faltaste el respeto, ahora arrodillate y pedime perdón”. Acto seguido, en aquella esquina del barrio Bernardino Rivadavia, el atacante adolescente le disparó al menos tres veces. Después escapó. La causa continuó su trayecto judicial.

Uno de los puntos extraños de la historia es que esa fotografía no se utilizó el día del hecho y recién apareció publicada por primera vez meses después. Claro, para “ilustrar” un procedimiento policial cualquiera. Ese fue su verdadero destino.