Una tarde de hace poco más de un año el hombre de la casa próxima a la iglesia de Italia al 2800 recibió una visita. Estaba con su pareja y dos amigos, cuando el “Cumbia” y su sobrino “El Rengo” golpearon la puerta. Venían a proponerle un acuerdo vinculado, naturalmente a la venta de drogas. Naturalmente porque el hombre hasta hacía poco tiempo vendía drogas y los dos visitantes eran sus proveedores. Pero esta vez el negocio no lo iba a favorecer en lo más mínimo y de eso se dio cuenta al ver las dos pistolas Glock, apuntándolo.

El hombre, cuya identidad solo se mencionará con las iniciales J.A., fue asaltado junto a su esposa y sus amigos. Al mismo tiempo le informaban que se olvidara de la casa, que se fueran porque ellos se la iban a quedar. El “Cumbia” vivía a la vuelta, por Garay, donde tenía su propio “point”, aunque, al parecer, esto no lo conformaba.

En el asalto los dos delincuentes no sustrajeron más que 15 mil pesos que J.A. tenía en su bolsillo y con ello demostraron que en realidad lo que querían era la casa. A los 10 minutos llamaron a un remís “trucho” y subieron a las víctimas en el asiento. Al chofer lo hicieron bajar y le pidieron que esperara que “ya volvían”. Con el “Cumbia” de custodio y el “Rengo” al volante, se fueron hasta un campo de la Ruta 226 donde los dejaron abandonados.

—No vuelvan a la casa, no los queremos ver más —dijo el “Cumbia” y se oyó un disparo.

J.A. su esposa se fueron a alquilar un dúplex a la otra punta de la ciudad y aunque intentaron recuperar la casa el 24 de julio siguiente, solo recibieron amenazas y un nuevo disparo.

J.A. denunció los hechos el año pasado pero la muerte los sorprendió unos meses después y la investigación, ante la falta de su impulsor, quedó en la nada.

Mientras tanto, la casa de Italia 2854 se convirtió en un “point”, aun con la iglesia evangélica a unos metros de allí. Pasó a ser tan evidente la venta de drogas que alguien del barrio se cansó y realizó una denuncia anónima semanas atrás a la fiscalía de Estupefacientes a cargo del fiscal Leandro Favaro.

Finalmente, en las últimas horas la Justicia de Garantías avaló la prueba reunida en el expediente y permitió allanar no solo la casa de la calle Italia y la de Garay (están en la misma manzana), sino otras en Garay al 7500, en Neuquén al 2900 y en Alvarado al 6800.

En la casa del “Cumbia” la policía secuestró 5,6 gramos de presunta cocaína, 77 gramos de presunta marihuana y casi 6.500.000 pesos, municiones varias, un dispositivo DVR y un teléfono celular.  En la puerta de la casa se requisó su vehículo y se hallaron pequeñas cantidades de cocaína y marihuana, cinco teléfonos celulares y casi medio millón de pesos.

La Municipalidad de General Pueyrredon derribó la casa de Garay al 7500.

Otros policías allanaron la vivienda de calle Italia, donde estaba “El Rengo”, y le encontraron 56,1 gramos de presunta cocaína, 19,7 gramos de presunta marihuana, un teléfono celular, una balanza de precisión y la suma 126.500 pesos. Además, llevaba consigo un revólver calibre 38.

Para “El Rengo” no fue una situación extraña la de ser detenido, porque cuenta con numerosos antecedentes penales, incluso alguna causa que llegó a juicio por venta de drogas, aunque logró ser sobreseído. Su hermano -quien no está involucrado en esta causa- también forma parte del mundo del delito y tiempo atrás ocupó los medios de comunicación por fugarse del penal de Batán donde estaba detenido por haber atacado a tiros a un policía.

En la vivienda de Garay al 7500, por último, el personal de la Delegación de Drogas Ilícitas detuvo a dos hombres y una mujer con 58,9 gramos de presunta cocaína, 226,31 gramos de presunta marihuana, dinero, celulares y una pistola 9 milímetros. Se cree que “Cumbia” y “El Rengo” eran los proveedores de este “point” y ahora todos deberán afrontar cargos por tenencia de estupefacientes con fines de comercialización.

Esta casa fue demolida por la Secretaría de Seguridad de General Pueyrredon en la tarde de este miércoles.