Las cifras del presupuesto confirman algunas de las declaraciones con las que el secretario de Economía y Hacienda, Hernán Mourelle, intentó justificar el recorte de las remuneraciones del personal docente de la comuna.

Tal y como lo indicó el funcionario, durante este año los fondos que terminen aportando la Nación y la Provincia de Buenos Aires no alcanzarán para cubrir las erogaciones salariales de los maestros y profesores municipales.

Todo parece indicar que esa “novedad” surge de una escasez de fondos originada en que, por alguna razón, la gestión del intendente Carlos Arroyo omitió o desistió de hacer cumplir el acuerdo que establecía que ambas jurisdicciones cubrirían de manera “permanente” la “totalidad” de los gastos del sistema educativo municipal.

Las cifras oficiales, publicadas por la propia comuna, son elocuentes.

Mientras que los recursos de esa subvención estimados para el presupuesto 2016 exhibían una cifra que cubría el 95,27% de los gastos del personal de la Secretaría de Educación, en el presupuesto de 2018 ese mismo número, fue equivalente a apenas el 70% de la masa salarial del área, determinada antes de que se dispusieran los distintos incrementos de haberes decretados durante este año.

Si bien las cifras concretas desmienten algunos dichos de Mourelle, en el fondo, confirman el sentido general de sus apreciaciones.

Tal como lo dijo el funcionario, el monto de la subvención ya no cubre la totalidad de los gastos de las erogaciones salariales docentes de acuerdo a lo que se había resuelto en un convenio firmado en mayo de 2009, ratificado por un decreto del Poder Ejecutivo Nacional.

Lo llamativo es que para tratar de corregir esa situación el gobierno local no haya emprendido ninguna gestión para que la Nación y la Provincia comiencen a cumplir con el acuerdo de manera estricta e incrementen el monto de la subvención que le giran a la Municipalidad.

En vez de transitar por ese camino el intendente Arroyo, junto al secretario de Economía y el de Educación, Luis Distefano, firmaron un decreto para recortar las remuneraciones de los docentes, aplicándoles una significativa rebaja en la bonificación especial que perciben desde hace más de 30 años.

En 2010, cuando el convenio de financiamiento de la educación municipal comenzó a ser implementado durante un ejercicio completo, la Municipalidad destinó al área de Educación un presupuesto de 122,3 millones de pesos, de los cuales 117 millones tuvieron como destino el gasto en personal.

De acuerdo a aquellas cifras, la comuna estimó que por el aporte de la Nación y de la Provincia recibiría 114 millones de pesos, es decir, el 97% del total de los gastos salariales previstos para la dependencia.

Ese porcentaje se mantuvo prácticamente en el mismo nivel a lo largo de los siguientes ejercicios, incluido el de 2016, es decir, el primero para el cual la gestión del intendente Carlos Arroyo elaboró su propio presupuesto.

Según los datos de ese año, la subvención que aportarían la Nación y la Provincia sería de 530 millones de pesos, lo que alcanzaría para cubrir el 95,27% de los gastos salariales del sistema educativo.

Sin embargo en 2017 el monto nominal de la subvención estimada no tuvo variaciones, haciendo que resultara cada vez más difícil que la Municipalidad afrontara por sí misma los aumentos de haberes acordados en las paritarias.

En tanto que en el presupuesto 2018 el secretario de Economía le asignó a esa partida un valor previsto de 530 millones de pesos, es decir, de 3,6 millones menos que en 2016.

Para ese momento ya resultaba más que claro que existía la necesidad de que los montos de la subvención tuvieran una significativa actualización puesto que el sueldo bruto de un maestro de grado, que en agosto de 2015 era de $8.353 ya había alcanzado, en agosto de 2017, los $13.572, registrando una variación del 62% en dos años.

Sin que durante dos ejercicios consecutivos los aportes de la Nación y la Provincia tuvieran la actualización requerida, su valor comenzó a quedar cada vez más retrasado en relación a la necesidad de la Municipalidad de hacer frente a su gasto salarial docente.

Lo curioso es que tal y como se desprende del análisis del presupuesto, esta situación haya sido al menos consentida por la gestión de Arroyo, que así fue renunciando a la posibilidad de que la Municipalidad siguiera teniendo garantizado el financiamiento de su servicio educativo.

En ese sentido la semana pasada se produjo un entredicho notable entre el municipio y el ministro de Educación de la Nación, Alejandro Finocchiaro.

En diálogo con LA CAPITAL el funcionario se refirió al conflicto que la gestión del intendente Arroyo mantiene con sus docentes, y citando la letra del acuerdo vigente desde 2009, remarcó que la Nación y la Provincia “financian el 100%” del sistema educativo municipal.

Pero la comuna decidió cruzarlo exponiendo nuevos datos.

Y al hacerlo dio a conocer un acuerdo firmado en junio de este año por el intendente Carlos Arroyo, Finocchiaro y el director de Educación y Cultura de la Provincia, Gabriel Sánchez Zinny.

Así exhibió cifras todavía más inquietantes de las que se desprenden del presupuesto estimado para este año.

En ese documento se observa que, a diferencia de lo previsto originalmente en el cálculo de recursos -que hacía referencia a un número de 530 millones de pesos- el jefe comunal aceptó que para el actual ejercicio ambas jurisdicciones le enviaran, cada una $258,6 millones, haciendo un total de $517 millones.

Y según reconoció el Ejecutivo ese monto apenas alcanzaría para financiar -aumentos de haberes mediante- el 52,2% de la “masa salarial del sistema educativo”, es decir, un porcentaje que está muy lejos del 95% ó 97% que solía registrarse en el pasado.