por Matías Varela

Belén Casetta. Su nombre resuena desde la mañana del pasado 14 de mayo cuando corrió y saltó más rápido que todas sus rivales para coronarse campeona iberoamericana en los 3.000 metros con obstáculos. Un logro enorme que le brindó el pasaje a un desafío aún mayor: los Juegos Olímpicos. Y lo hizo en la pista del Estadio João Havelange de Río de Janeiro, el mismo escenario en el que volverá competir pero esta vez ante las mejores del mundo en la disciplina.

De esta manera, la joven de 21 años a la que se la podía ver corriendo por la zona de Varese o tomando apuntes en un aula de la universidad Fasta, donde estudia la carrera de medicina, representará dentro de muy poco a la ciudad en la máxima competencia del deporte mundial. Estará cumpliendo un sueño, que tiene desde que se inició en el atletismo y que forjó hace varios años con su padre, quien falleció el año pasado.

– ¿Cómo fueron tus comienzos en el atletismo? ¿Qué fue lo que te sedujo de la disciplina?

– Me inicié a partir de los 13 años, gracias a mi papá que una vez me fue a buscar a la escuela y me propuso entrenarme para la competencia de la mini maratón de APAND. Entonces arranqué entrenando con él. Competí y gané la carrera, mi papá se comunicó con un amigo y fue cuando me hicieron el contacto con Leonardo Malgor. Así que mis inicios fueron con Malgor y Daniel Díaz.

– ¿Cómo fue el proceso posterior hasta especializarte en los 3.000 metros con obstáculos?

– Antes participaba en velocidad, corría 400 metros con vallas y 400 metros llanos. Incluso he sido campeona sudamericana en 400 con vallas en dos oportunidades. Además participé en los Juegos Olímpicos de la Juventud en Singapur en el 2010. Con los obstáculos empecé gracias a un campeonato de copa de clubes, donde me faltaban unos puntos y como yo tenía la técnica de valla competí, pero no tenía el entrenamiento de fondo. Me hicieron correr un 2.000 metros con obstáculos y la primera vez que lo corro hago la marca mínima para el Mundial de menores que se disputaba en Francia. Ahí me dijeron: “Te dedicás a esto. Si hiciste la marca para un Mundial corriendo por primera vez te vas a entrenar obstáculos”. Participé en el Mundial, fui finalista, salí en el puesto 10. Así que mi especialidad siempre van a ser los obstáculos.

– Venís de consagrarte campeona iberoamericana, ¿Lograste tomar dimensión de todo lo que se te viene?

– Sí, ahora sí. Ya arrancamos y nos enfocamos con mis entrenadores, tanto con Díaz como con Malgor, en los objetivos que nos planteamos hasta el 13 de agosto que voy a competir en Río de Janeiro.

– Cuando corriste, pasaste la meta y viste que habías clasificado a los Juegos Olímpicos ¿Qué se te vino a la cabeza?

– Yo primero iba mirando los relojes digitales, donde me iban marcando el tiempo. A medida que me iba aproximando a la llegada, y veía que me salía la marca, cruzo la meta y lo primero que se me viene a la cabeza es que cumplí el sueño que me había propuesto con mi papá, era un sueño mutuo, que teníamos entre los dos, el poder entrar a los Juegos Olímpicos. Ni bien crucé la línea dije: “Lo logré”. Así que imagínate la felicidad que tenía.

– Y terminaste besando la pista…

– Eso fue de instinto (risas). Pasar la línea y besar la pista fue el instinto que me salió en ese momento de la alegría que tenía.

– ¿Cómo va a ser el entrenamiento de cara al gran acontecimiento que se avecina?

– Va a ser un entrenamiento específico, en los obstáculos, en la técnica, en la fuerza, en el tema de la elongación, con el cuidado físico, obviamente kinesiología, masajes, hacer tipos de rehabilitaciones y previo a los Juegos. A mediados de julio vamos a hacer un entrenamiento de 21 días a la altura de Paipa, Colombia, junto a Mastromarino y Peralta.

– Mientras contás todo esto, que no es para nada sencillo, seguís cursando la carrera de Medicina. ¿Cómo hacés para dividirte el tiempo entre el estudio y el deporte?

– Ahora estoy media complicada con la facultad por los Juegos Olímpicos. Estoy cursando para poder rendir finales, me estoy preparando y algunas materias estoy cursando. Pero la preparación para los Juegos Olímpicos te exige un buen descanso con respecto a las horas de sueño. No puedo lesionarme para una competencia que solamente se hace cada cuatro años. Retomo con la facultad después de agosto, para el segundo cuatrimestre, pero igualmente sigo estudiando para no perder el ritmo.

– ¿Cuesta manejar la ansiedad faltando tan poco?

– La verdad que sí, más para mí que soy una chica muy ansiosa. Nos enfocamos en Río, pero tratando de manejar esa ansiedad. Por ejemplo, yo controlo mi ansiedad con el estudio, porque tengo la cabeza en otro lado, por eso no dejo de estudiar para tampoco perder el ritmo de estudio.

– ¿Van a asistir a la ceremonia inaugural?

– No, no vamos a poder estar porque vamos a llegar sobre la fecha de los Juegos después de la altura. La villa olímpica también es un medio de distracción, estás expuesto por el tema de la comida, con el descanso, porque ahí se comparten habitaciones con las demás chicas de Argentina. Aparte dentro de la villa olímpica es medio complicado también poder entrenar y es un poco lejos del estadio donde vamos a competir, aproximadamente es una hora de viaje.

– ¿Estuviste estudiando a las rivales? ¿Hay alguna favorita?

– Sí, hay favoritas, yo más o menos las conozco. Están las rusas, pero con el tema del doping no sé si van a poder participar, si van a habilitar a Rusia para estos Juegos Olímpicos, y hay una que otra de Kenia.

– ¿Te imaginás un final similar al del iberoamericano? ¿Es posible traerse una medalla a Mar del Plata?

– Nada es imposible. Todos tenemos las mismas oportunidades y todos somos personas y tenemos las mismas condiciones. Mi objetivo principal es intentar entrar en la final, yo siempre digo que es intentarlo. Obviamente voy a dar todo lo que pueda para representar a la Argentina de la mejor forma posible. Pero vamos primero con esto de intentar entrar a la final. Si uno logra entrar a la final, obviamente que el objetivo tiene que cambiar, tiene que ser otro, pero primero es entrar a la final.