“Me quedé arriba porque los hijos de mi tío lloraban”, dijo un sobrino del principal acusado
El mayor de los sobrinos de Julio César Bibbó (21), de 14 años, explicó por qué no bajó del departamento del séptimo piso de Sarmiento y Rawson hacia la vereda, donde sería asesinado de una puñalada Martín Mora Negretti (30). Los otros aprehendidos dijeron que fueron "a ver qué hacía" el principal acusado.
Martín Mora Negretti tenía 30 años.
Julio César Bibbó (21) regresa a su departamento con uno de sus sobrinos. Su pareja, Marilyn Brisa Vera González (23), está visiblemente alterada y le cuenta que momentos antes discutió con un grupo de gente que abajo aguarda un colectivo. Le dice que la insultaron, y que por eso está enojada y su otro sobrino, junto a otro menor que se quedó a dormir en la vivienda, también participaron del entredicho verbal.
En ese instante, Bibbó se transforma, empieza a gritar y busca una cuchilla en la cocina. En el espacio de un ambiente y medio un hijo suyo y dos de su pareja gritan y lloran. Todos son pequeños de entre 2 y 4 años. Lo que ocurrió luego, el crimen de Martín Mora Negretti (30), es lo que investiga la Justicia, pero la versión que dieron los dos sobrinos de Bibbó y el amigo de ambos ante el fiscal Marcelo Yanez Urrutia el domingo por la noche fue clave para reconstruir el caso.
“Yo me quedé arriba porque los hijos (sic, uno es del joven y otros dos de su pareja) de mi tío lloraban”, dijo el mayor de los dos hermanos, de 14 años. Y agregó: “No bajé porque me quedé a cuidarlos y vi todo desde el balcón”. Esas palabras, respaldadas con las imágenes tomadas por las cámaras de seguridad de la zona y el propio testimonio de los amigos de la víctima, acabaron siendo fundamentales para garantizarle la liberación de culpa. Cargo, vale recordar, no habría tenido debido a que los tres menores, por su edad, resultan no punibles para la ley penal argentina.
A pesar de esto último, el hermano menor de este adolescente que el pasado martes fue restituido a sus padres, aún está encerrado en el Centro de Admisión y Derivación (CAD) de Batán. Lo mismo ocurre con el otro joven, amigo de ambos del barrio Las Américas, donde todos viven con sus respectivas familias.
“Nosotros bajamos a ver lo que hacía mi tío, pero no fuimos. Los cuchillos los tenían otras personas”, dijo el sobrino menor de Bibbó, de 13 años. Y su versión fue ratificada por el otro aprehendido, de 14. Ambos, confiaron las fuentes, suministraron datos que al final terminaron por colaborar con la investigación judicial y permitieron, al cabo, establecer que los autores del crimen habrían sido los integrantes de la pareja de adultos.
Entonces, para aclarar del todo el hecho -como figura en la investigación hasta ahora-, es menester hacer un repaso de la información: Mora Negretti era marplatense y acababa de cumplir 30 años el sábado 18 de junio, cuando salió a festejarlo por la noche. Tras la medianoche, decidió regresar a la casa de su familia -vivía en Buenos Aires pero había vuelto a la ciudad para la celebración y por el Día del Padre- fue a tomar el colectivo a la parada de Sarmiento y Rawson.
En el velorio, Luis -padre Mora Negretti- se abraza a una de las mujeres que se encontraban junto a su hijo al momento del hecho.
En ese momento, a la víctima la acompañaban un amigo suyo y dos mujeres -las novias de ambos-, y fue entonces que desde el departamento C del 7º piso comenzaron a arrojar a la calle bolsas de agua y hielo. Sintiéndose agredidos, tanto ellos como otros peatones recriminaron la actitud de los habitantes del inmueble, y recibieron insultos desde arriba.
Según la investigación a cargo del fiscal Leandro Arévalo, en el departamento se encontraban Vera González, sus dos pequeños hijos, el de su pareja, Bibbó, y dos de los sobrinos de éste. “Ahora cuando vuelva mi marido van a ver”, habría contestado la mujer en medio de la discusión con Mora Negretti los demás transeúntes. Conforme se sospecha, el ahora principal acusado por el crimen había ido a hacer una compra junto a su otro sobrino (los tres adolescentes se quedarían a dormir en su departamento esa noche) a un mercado que está abierto las 24 horas.
Y de vuelta en su departamento, habrían ocurrido los hechos narrados en un comienzo de esta nota; Bibbó observó a Vera González, su pareja, visiblemente alterada. La mujer le contó entonces que momentos antes había discutido con un grupo de gente que abajo aguardaba un colectivo. Le dijo que la insultaron, que por eso está enojada, y que su otro sobrino, junto al amigo de estos que se quedó a dormir en la vivienda, también participaron del entredicho verbal.
En ese instante, el joven de 21 años que varias veces antes se peleó en la calle, causó disturbios en el barrio y hasta fue detenido, se transforma. Empieza a gritar, busca una cuchilla en la cocina y desciende junto a su pareja y dos de los menores. El absurdo homicidio de Mora Negretti fue cometido luego y conmocionó al país: primero, al arribar al lugar los policías de la comisaría novena, fueron aprehendidos los tres adolescentes y la mujer, y al otro día el propio Bibbó.
Uno de los tres adolescentes -el mayor de los sobrinos del acusado- que hablaron ante el fiscal Yanez Urrutia el mismo domingo por la noche, fue restituido a sus padres este martes, mientras que los otros permanecen encerrados por una medida extraordinaria, y se presume que en menos de 15 días recuperaran su libertad ya que no son punibles y además no habrían tenido en su poder ningún arma blanca. En tanto, Vera González declaró ante Arévalo que es inocente y que sólo bajó a la vereda para calmar a Bibbó, quien prefirió no ser indagado. Ambos permanecen detenidos en el Destacamento Femenino y en la Alcaidía Penitenciaria Nº 44 de Batán, aunque la Justicia de Garantías debe resolver si le concede a la mujer el arresto domiciliario que solicitó para amamantar al menor de sus hijos, hoy bajo la guarda de su hermana.