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La Ciudad 16 de mayo de 2016

La era de los grupos en la red social

En los tiempos actuales, el teléfono casi no se usa para hablar y en muchos casos los aparatos fijos pasaron a ser casi objetos de museo. Reinan los grupos en las redes sociales y las agrupaciones se dan en pos de intereses en común.

La red social Facebook es una herramienta a través de la cual todo se comparte, se expone y también se agrupa. Simplemente teniendo un perfil en la red se puede estar “sociabilizando”, conectando con amigos y compartiendo vivencias.
Además, se puede participar en diversos grupos, que buscan reunir perfiles con intereses similares, y pueden ser públicos o cerrados, según sea la configuración de privacidad que el administrador haya determinado.
Hay grupos sociales, culturales y deportivos, entre otras temáticas. Algunos de los más populares en la ciudad son “No sos de Mar del Plata si…”, donde se comparten detalles que si no sos marplanauta no entenderías; “Yo fui al club Náutico Mar del Plata”; “Yo fui a Frisco”; “Amigos del instituto Stella Maris Adoratrices” o “Mdq-rollers Grupo”, por ejemplo.
Facebook tiene 1.600 millones de usuarios en todo el mundo, lo que significa casi un cuarto de la población mundial, ya que representa el 22 por cierto del total.
En Argentina, 6 de cada 10 personas usan internet, que multiplicó por 4 su cantidad de usuarios en la última década. En 2004 había 7,6 millones de usuarios, en 2013 subieron a 31,9 millones.
En el país, 11 millones de personas entran a Facebook todos los días y existen 24 millones de cuentas: 18 millones acceden a la red a través del teléfono celular.
Los integrantes pueden ser desde 2 personas a miles de usuarios, teniendo la posibilidad de ser públicos o cerrados, a los que se puede pertenecer si se recibe una invitación o se envía una solicitud que, obviamente, debe ser aceptada.

Comodidad

“Son muy prácticos para organizar las actividades de tus hijos, sobre todo cuando tenés muchos como yo. No sólo te avisa día y hora de la actividad, sino que te envía el recordatorio”, contó Mariolina, madre de cinco hijos.
Ella también usa la herramienta virtual para socializar, especialmente a la hora de organizar un evento en particular, como un cumpleaños. “Es un grupo cerrado para una fecha en particular y te sirve para organizar el regalo”, ejemplificó.
Muchas veces, ese grupo se inutiliza una vez concretado el evento -sea casamiento o la típica juntada de ex compañeros de colegio- pero, otras tantas, sigue concretada la reunión y se suben fotos del acontecimiento. Por supuesto que todos comentan.
Cada grupo tiene un administrador, o más, que regula a los participantes, quién entra, a quién aceptan. Guillermina es la administradora de un grupo armado entre sus compañeros de facultad surgido en 2012.
“Subíamos las clases, o las tareas que pedían o avisábamos las distintas actividades que había, pero ahora opté por el Whatsapp porque es más instantáneo. Claro que ciertas cosas las seguís subiendo al Facebook”, detalló la joven que trabaja como organizadora de eventos.
La administración implica responsabilidad, porque “hay que ver qué va y qué no, eliminar a quien no sigue, ordenarlo” y confesó que en la actualidad combina las dos redes sociales.

Versatilidad

Pero los grupos en las redes sociales no solo se vinculan con los servicios, ya que muchos apelan a la “morriña” de quienes viven afuera de la ciudad.
“Tengo varios, pero uno de los más divertidos es ‘No sos de Mar del Plata si…´, que está buenísimo porque si no sos marplanauta no sabes de qué están hablando”, explicó Mariela, que reside en Buenos Aires desde hace más de 20 años. En ese sentido hay varios, como de ex alumnas del Stella Maris o de asistentes al club Náutico.
Paola, madre de dos hijos, contó que le resulta práctico pertenecer a grupos con distintos intereses porque le facilita las cosas. Ahora integra “uno de veganos y vegetarianos, donde intercambiamos recetas, lo que se te ocurra. Es práctico”.
En cuanto a practicidad coincidió con Mariolina, ya que puede utilizarlos para combinar los distintos intereses que tiene en la vida sin caer en la invasión, como les sucede a muchos con el Whatsapp.
Si bien reconoció la utilidad, por ejemplo a la hora de socializar, la mujer aseguró que “es incomparable el encuentro cara a cara, mirar al otro a los ojos, ahora te mandan un beso con un emoticón. Pero bueno, lo uso cuando mi marido viaja por trabajo, incluso afuera del país, te permite estar comunicada”.
Claro que la paranoia también llegó a la web y a los grupos, sobre todo a los guiados por determinado signo político, a los que no se puede acceder sin la contraseña de la presentación de un integrante. “Te tienen que admitir, porque son muy celosos de quiénes participan de las acciones que realizan y la verdad es que no autorizan a participar a cualquier. Delinean políticas”, contó Víctor sobre los avatares virtuales de algunos militantes K en la ciudad.

Clasificados

Hasta hace pocos años atrás, al momento de tener que comprar o vender algo, la mayoría de la gente apelaba a los avisos clasificados, ya sea en los diarios o en semanarios especialmente dedicados a eso. Ahora, se crean grupos en la red social que hasta ceden distintos elementos.
“En el grupo ‘Grafiteros Mar del Plata’ regalás lo que querés, te mandan un mensaje para coordinar dónde y cuándo te encontrás y hacés el intercambio. Nunca se compra o se vende, no hay dinero de por medio”, explicó Paola que, a través de ese medio, entregó las cunas que sus hijos no usaban más y hasta regaló un vitraux.
“También a través de Facebook -contó- coordiné la entrega, lo tenían que venir a buscar a mi casa porque era muy grande, así que tuve la precaución de que estuviera mi marido por seguridad”.
Guillermina también apeló a “los clasificados virtuales” para conseguir elementos relacionados con la práctica de surf. “Es muy práctico y ágil, no solo compré sino que también vendí, desde tablas hasta pitas”, reseñó. El comercio electrónico también la llevó a navegar por distintos grupos entre los que “conseguí vender el celular. Es un recurso muy válido”.
Diego, que en su tiempo libre se dedica al cine y pretende convertirse en cineasta, pertenece al grupo cerrado “Festival de Cine de Mar del Plata” que hasta ahora cuenta con más de 280 miembros. “A través del grupo te enterás de las convocatorias y compartís consejos prácticos sobre técnica o podés comprar cámaras. Es una herramienta más”, aseguró el joven.
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