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La Ciudad 19 de junio de 2024

La dicotomía entre el ajuste y la generación de expectativas, barajar y dar de nuevo en los partidos políticos, y la relación jóvenes y democracia

Todos los entretelones de lo que es noticia en Mar del Plata.

La semana próxima, la Cámara de Diputados de la Nación tratará el proyecto de ley Bases tras la ajustadísima aprobación del Senado, lo cual fue celebrado por el Gobierno nacional que se anotó su primer triunfo legislativo. En aquella sesión del Senado, muchas de las miradas apuntaban al marplatense Maxi Abad, legislador por el radicalismo, quien finamente votó a favor en general de la ley Bases (tras un equilibrio de 36 votos afirmativos y 36 negativos, desempató la presidenta Victoria Villarruel), pero en contra de la delegación de facultades a Milei. Al justificar su negativa a la delegación de facultades, Abad dijo que su partido “no le dio facultades extraordinarias” a Néstor Kirchner, Cristina Fernández, Mauricio Macri ni a Alberto Fernández. “Cada vez que vinieron a pedir un cheque en blanco, ahí estuvo la UCR para decirle al gobierno de turno que de ninguna manera vamos a garantizar la discrecionalidad. Y si no lo hicimos en aquel entonces, yo no lo quiero hacer en este momento”, planteó el jefe del radicalismo bonaerense.

 

Mientras, La Libertad Avanza sufrió durante junio la peor caída de imagen en seis meses de gobierno. La agenda política estuvo impactada para LLA por la incertidumbre económica y la crisis política, según un estudio de la consultora Zuban-Córdoba. El escándalo que protagonizó el Ministerio de Capital Humano de Sandra Pettovello, con todas las ramificaciones que tuvo, fue la primera crisis grave del gobierno de Javier Milei. Se reflejó un alto nivel de decepción porque la Casa Rosada pasó del ocultamiento a la negación, la subestimación y luego, la información falsa. Esto motivó que más del 55% de los consultados opinara de manera negativa sobre el jefe de Estado y 60% cuestionara a la ministra. Sin embargo, en tan solo 48 horas, el Gobierno logró su primera victoria legislativa y política. El Presidente reconoció la importancia de la negociación y el consenso y gracias a ello obtuvo la sanción de la ley Bases en el Senado de la Nación. “Esto despeja momentáneamente las nubes grises que asomaban en el horizonte”, se consigna en el informe.

 

 

El último estudio de Zuban-Córdoba se realizó antes de la sanción de la ley, pero igual ofrece una buena foto sobre cuáles son los cambios en la opinión pública a partir de los hechos de la última semana. “El presidente Milei sufrió este mes una de sus caídas más pronunciadas en los seis meses de gobierno. La primera crisis en el último mes claramente ha tenido su efecto. Los distintos indicadores de gestión siguen mostrando una valoración negativa en lo económico. Más del 50% afirma que su situación económica empeoró desde que Milei es presidente y un 54% afirma estar quemando ahorros para llegar a fin de mes. El 70,5% opina que el ajuste lo estamos pagando todos”, se consignó.

 

Así y todo, sigue manteniendo dentro de su núcleo duro un apoyo importante al gobierno: un 64% afirma haber votado a Milei para castigar a la casta política y un 46,6% dice que Milei quiere cambiar el país, pero la casta no lo deja. “Hemos evaluado una batería de acciones y políticas del gobierno nacional, en donde destaca la relación con el campo, único ítem con diferencial positivo. Por el contrario, la relación con el Congreso y con los gobernadores son las que peor valoración tienen. Toda una señal para un gobierno que tardó seis meses en conseguir su primera ley”, revela el informe en el cual se añade que “la sanción de la ley Bases es sin duda un hecho relevante para el gobierno, que le permite mostrar capacidad de articulación política y estirar un poco la generación de expectativas. Altas expectativas para una sociedad agobiada por el ‘mayor ajuste de la historia’. Es un arma de doble filo, la obtención de las famosas ‘herramientas’ que el gobierno viene demandando, ya que podría quitarle uno de sus principales arietes narrativos. Así, la constante mención al gobierno anterior empezará a tener cada vez menos efectos y la gestión de Javier Milei será juzgada cada vez más por sus propios resultados”, se consignó.

En el plano local, no hubo novedades de importancia en materia política. La agenda sigue estando capitalizada por el conflicto entre el Ejecutivo y el Sindicato de Trabajadores Municipales, mientras tibiamente van surgiendo las roscas políticas que intentan delinear -en realidad, imaginar, en un escenario tan volátil- lo que puede suceder con las alianzas y candidaturas en las legislativas del año próximo. Hoy sin una reforma de la legislatura bonaerense, el intendente Guillermo Montenegro no podría aspirar a un nuevo mandato al frente de la comuna. Pero, en caso de que se derogue esa norma, ¿qué decisión tomaría? “Falta una eternidad, acá un mes es una vida. Con los quilombos diarios sería demencial ponerse a pensar en candidaturas futuras”, señalan intentando bajar la espuma desde las cercanías del intendente. ¿Será el turno de Fernando Muro o aparecerá algún tapado en caso de que Montenegro opte por otro futuro electoral? Debe consignarse que en General Pueyrredon sigue viva la alianza conformada por el PRO, la UCR y la Coalición Cívica que supo llamarse Juntos por el Cambio y que prácticamente se extinguió a lo largo y a lo ancho del país. Pero el de acá es un ejemplo casi único y nadie puede garantizar su presencia en las elecciones del año próximo. ¿Qué sucederá con el radicalismo? ¿Qué quedará del PRO? ¿Habrá alianza electoral entre La Libertad Avanza, el PRO y la UCR o todo se fragmentará? Los interrogantes se multiplican, pero los máximos arietes de esas representaciones políticas tienen mucho para perder (o ganar) cuando los argentinos vuelvan a concurrir a las urnas en 2025.

 

En la oposición también ya hay encuentros y análisis de cara a lo que viene. La excandidata a intendenta Fernanda Raverta volvió a su trabajo de siempre, tras haber ocupado cargos en la función pública, y en su entorno admiten que el año próximo será candidata a concejal por el kirchnerismo. “Nunca le sacó el cuerpo a las responsabilidades. Menos en estos tiempos tan duros”, señalan en relación con la extitular de la Anses. Poco o nada queda ya de la alianza electoral enhebrada oportunamente con el exintendente Gustavo Pulti, hoy convertido en un activo diputado provincial con cercanía al gobernador Axel Kicillof. ¿Intentará Pulti ser intendente por tercera vez de General Pueyrredon en 2027? “No hagan futurología que falta una eternidad”, señalaba sonriendo, semanas atrás, uno de los “históricos” de Acción Marplatense durante el reconocimiento a los periodistas en su día. “Nombraste a Montenegro, Muro, Raverta y Pulti. Meté en la lista a Alejandro Carrancio que se hizo fuerte con los libertarios en la provincia como armador, a Agustín Neme, a Juan Manuel Cheppi y a Ariel Ciano y te aseguro que de ahí saldrá el próximo intendente. Sería un milagro que aparezca otro o inventen uno”, acotaba en aquella fiesta uno de los periodistas más veteranos rodeado de colegas.

 

 

Interesante también el debate y las charlas que se registraron en la paella organizada por empresario textil para celebrar su medio siglo de vida. Mientras el presidente Milei se encontraba en Italia para el encuentro del G-7, se hablaba en esa bien servida mesa sobre el futuro del PRO, a propósito de la presencia de un diputado nacional “amarillo”. “En los 80 Alfonsín absorbió al Partido Intransigente de Oscar Alende, en los 90 Menem se comió a los liberales de la UCeDe y si sigue así, en unos meses Milei se come al PRO. Ya tiene a Patricia (por Bullrich) como tropa propia y va a aprovechar que están todos desorientados para atraer a las filas de las Fuerzas del Cielo a todos los del PRO que aspiran a mojar la medialuna el año próximo”, señalaba el dueño de casa, usando data y léxico de Jorge Asís. “¿Y si todo sale bien? Ojo, amigos…”, disparó uno de los comensales. “¿Y si todo sale mal?”, le preguntaron desde la otra punta de la mesa, iniciándose conversaciones y acaloradas discusiones cruzadas. Ya a la hora del postre, se habló del rol de los jóvenes en las recientes elecciones europeas y el acercamiento a posiciones de extrema derecha, con comentarios jugosos y que bien pueden traspolarse, en ciertos escenarios, a lo que se vivió en el proceso electoral que culminó con Javier Milei en la Casa de Gobierno.

 

 

Recomendaba periodista presente leer un informe sobre este nuevo fenómeno publicado por el diario El País de España firmado por Oriol Bartomeus bajo el título “Por qué cada vez menos jóvenes creen en la democracia”. “Las recientes elecciones al Parlamento Europeo han vuelto a poner encima de la mesa la atracción de una parte del electorado, especialmente las nuevas generaciones, por las listas de la extrema derecha”, se señala en El País, añadiéndose que lo anterior “responde a cambios en el papel de la democracia, de la política y del propio voto que se han ido produciendo a lo largo de las últimas décadas”. Bartomeus, autor de “El Peso del tiempo. Relato del relevo generacional en España” e investigador del Instituto de Ciencias Políticas y Sociales de la UAB, pone como ejemplo lo sucedido en España, Portugal e incluso Chile y Argentina, y sostiene que “todos estos fenómenos tienen un denominador común: sus principales nichos de voto suelen estar entre las generaciones nuevas, aquellas precisamente que no han vivido las dictaduras que todos estos partidos suelen reivindicar”.

 

“Algo ha fallado en la transmisión de los valores democráticos”, apunta, para consignar que “también es posible que las fuerzas democráticas pensaran que los valores democráticos sencillamente se darían (casi por arte de magia) por el simple hecho de vivir en un sistema de libertades”. Y, más adelante, remarca que “los nativos democráticos piensan, al igual que las generaciones antiguas, que los políticos no se preocupan por ellos y que solo se rigen por sus intereses personales”. “Para los nativos democráticos, justamente la democracia no lleva aparejados el bienestar ni la seguridad de un futuro mejor. Al contrario, los que hoy tienen menos de 35 años han interiorizado que van a vivir peor que sus padres, sin que la democracia aparentemente tenga ninguna posibilidad de cambiarlo”. En el artículo también se considera que la última generación que creyó en la política fueron los jóvenes de los sesenta. Después de ellos, “la política se convierte en algo vulgar, se cae del pedestal, por así decirlo, o peor, es un lastre. Los políticos ya no son líderes a los que merece la pena seguir y a quienes es posible admirar”.

 

 

El reino de la inmediatez. “El voto -se añade- ya no implica un compromiso por cuatro años, ni tan siquiera en su versión más laxa y condicionada. En nuestro nuevo mundo, el voto es la expresión de un estado de ánimo que busca una satisfacción inmediata, un grito que quiere ser escuchado. Así, hay una parte del electorado que no fundamenta su decisión en la posibilidad de aplicar unas políticas, sino más bien en contribuir a una victoria de una fuerza política determinada, o también en impedir la victoria de otra fuerza. De alguna manera, hay un número creciente de votos que se agotan en la misma noche electoral, puesto que ya entonces pueden saber si han ‘ganado’ o ‘perdido’. Lo que ocurra más allá no les concierne, no les compromete ni se sienten interpelados, puesto que han votado para que pase algo (o para que no pase)”. Finalmente, expresa Bartomeus que “la desacralización de la política implica bajarla a ras del suelo, lo cual no deja de ser positivo desde el punto de vista democrático, pero la obliga a disputarse la atención del elector en competencia con otras facetas de la vida social situadas en su mismo plano. Y esta disputa se produce con las armas y en los espacios definidos por la nueva realidad comunicativa: a gritos y en las redes. Y es aquí donde, de toda la oferta política, las opciones radicales y fuera del sistema tienen ventaja sobre unos partidos tradicionales muy lastrados no solo por sus inercias, sino por su papel como fuerza de sistema”.

 

 

En otra de las reuniones del fin de semana, el presidente de la UCIP, Blas Taladrid, destacaba el rechazo al proyecto de ley de indemnizaciones laborales que deberá ser tratado en el Senado, teniendo en cuenta que los bloques opositores ya anticiparon su voto negativo. “No creo que el proyecto llegue a ser debatido, pero en caso de que así sea, el oficialismo se encontrará con una derrota”, acotaba concejal local presente en el asado. De haber prosperado la iniciativa, se modificaba la actualización de las indemnizaciones laborales obtenidas vía judicial con una tasa compuesta por el CER más 6%, lo que da un monto final a pagar “inalcanzable para los empresarios, generando la ruina del emprendimiento”, señalaba Taladrid. En este sentido, no dejó de recibirse con beneplácito la declaración de la vicegobernadora y presidenta de la Cámara de Senadores provinciales, Verónica Magario, quien rechazó la iniciativa. “No ha sido una iniciativa de nuestro Gobierno provincial. Somos los que fomentamos el sostén de nuestras industrias y promovemos la actividad de las pymes, que son las que componen el entramado productivo, porque representan entre un 70 y un 80% de la producción en la provincia de Buenos Aires”, declaró Magario.